Internacional
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Lisandro Otero
Rebelión
"Simultáneamente con la purificación de nuestra vida pública el gobierno
emprenderá una purificación de la vida moral del cuerpo de la nación. El sistema
educativo, el cine, la literatura, la prensa, los cables serán usados como medios
para ese fin. Deben servir al mantenimiento de los valores eternos que son esenciales
en el carácter de nuestra gente… La neutralidad internacional está desapareciendo
rápidamente. [Los que no están con nosotros están contra nosotros]. La traición
será erradicada sin piedad. Los principios de la justicia no serán otros que
los mismos del Estado. El gobierno está dispuesto a asegurar un profundo renacimiento
religioso de nuestro pueblo… El capital sirve a los negocios y los negocios
sirven al pueblo. El gobierno no protegerá los intereses del pueblo mediante
una burocracia del Estado sino por el estímulo a la iniciativa privada y el
reconocimiento de los derechos de la propiedad privada… La protección de las
fronteras y de las vidas de nuestros ciudadanos está en manos del Estado… Este
instrumento de nuestra defensa nacional se cumplirá aún en medio de las mayores
dificultades. No deseamos otra cosa que nuestro derecho a vivir en libertad.
Educaremos a nuestro pueblo en este espíritu del deseo de libertad. El honor
nacional, el honor del ejército y los ideales de la libertad deben ser sagrados."
¿Un discurso de George W. Bush? No, fragmentos de un discurso de Adolfo Hitler
pronunciado ante el Reichstag alemán el 23 de marzo de 1933. No son de extrañar
las nuevas medidas discriminatorias que estipulan la obligatoriedad para todos
los latinoamericanos que llegan a Estados Unidos de ser fotografiados y fichados.
Brasil ha tenido la digna iniciativa de fichar, a su vez, a los estadounidenses
que arriban a sus puertas. El ministro de Seguridad Interior, Tom Ridge, ha
estado supervisando personalmente la aplicación de ese programa de control totalitario
que revela la naturaleza racista, despreciativa de los mestizos latinoamericanos.
Los rubios, blancos, europeos están exentos de la medida. Una vez más se esgrime
la lucha contra el terrorismo para justificar esta disposición dictatorial inspirada
en el más rancio nazifascismo.
El racismo ha sido un elemento acompañante del desarrollo histórico de Norteamérica.
Thomas Jefferson, uno de los padres de la nación, vivía con una de sus esclavas
negras, con la cual tuvo varios hijos, y nunca les concedió la libertad ni a
ella ni a sus vástagos. Estados Unidos, en su proceso de expansión imperial,
exterminó a los indios en el movimiento hacia el oeste y en la expoliación de
México, lo cual significó una prolongación del esclavismo un siglo después que
la Declaración de Independencia de 1776 proclamara la igualdad de los hombres.
Grandes líderes han tenido los negros americanos, como Martin Luther King, quien
contaba con un gran poder de convocatoria. Su plataforma se basaba en la apertura
a todas las razas de las facilidades públicas: baños, transportes; pretendía
una ley para ampliar los derechos al voto, desigual en todos los estados; reclamaba
oportunidades de empleo equitativas. La población penal negra en Estados Unidos
excede la matrícula de blancos en las universidades.
King nunca predicó el racismo negro, al contrario trató de ejercer influencia,
de sensibilizar la mentalidad de los blancos. Usó el método de la no violencia,
similar al de Ghandi. Martin Luther King, Malcolm X y Eldridge Cleaver, así
como las Panteras Negras fueron hitos significativos de las luchas de los negros
por su igualdad.
Un estudio de la Universidad de los Ángeles (UClA) demuestra que por cada dólar
que posee una familia blanca, la negra cuenta con sólo once centavos. Cada núcleo
blanco dedica anualmente 12 mil dólares al ahorro y el negro, cero. El salario
medio de una familia blanca es de 56 mil dólares al año y el de la negra es
de 12 mil.
La medida migratoria excluyente para los latinoamericanos es una manifestación
más del racismo inherente al sistema de vida estadounidense.
gotli2002@yahoo.com