Europa
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19 de marzo del 2004
¿Xenofobia o sentido común?
La comunidad árabe musulmana en España después del 11-M
Amarela Varela/Fidel Pérez
Aislamiento "preventivo" de "presos islamistas" en las cárceles españolas y guardias civiles custodiando los comercios de paquistaníes en Barcelona, contrastan con el "sentido común demostrado por los españoles" según reconocen organizaciones de migrantes, a quienes sí les preocupa la estigmatización mediática.
En Barcelona, el tema de los posibles brotes xenófobos contra musulmanes ha movilizado a colectivos de migrantes y organizaciones barriales. Desde la capital catalana, el riesgo de una crispación de ánimos contra los migrantes provenientes del mundo árabe es más un temor que una realidad.
De todas formas, los trabajadores migrantes se mantienen alertas y expresan sus temores:
"En el trabajo hay gente que al saber que soy marroquí hablan de nosotros como si fuéramos los responsables de los atentados", dice Josep, miembro del Grupo de Migrantes Marroquíes de Barcelona. "Uno de mis compañeros de trabajo me ha dicho, '¿sabes que los detenidos son marroquíes?', y una clienta remarcaba exaltada: '¡Siete, son siete marroquíes!".
El gobierno de Rabat, a través de declaraciones a Radio Francia Internacional hechas por su portavoz oficial, expresa "la preocupación de las autoridades marroquíes por eventuales represalias contra la comunidad marroquí establecida en España".
En Barcelona, la policía local montó en el barrio de El Raval (en el que más del 50% de sus vecinos son inmigrantes) "guardia preventiva" toda la noche del 11 de marzo para "evitar cualquier signo de violencia". Sin embargo, admitió que no se ha reportado hasta el momento ningún tipo de agresión a los comercios ni a sus dueños.
El martes posterior a las elecciones, en el mismo barrio una vecina que miraba la portada del diario El País en la que se hablaba de seis marroquíes identificados como posibles responsables del 11-M, comentó mientras pagaba el ejemplar: "¡Marroquíes, que malos que son! ¡Deberían matarlos a ellos también, si mataron a tanta gente, deberían matarlos a ellos. Han acumulado mucho odio, entre ellos no se quieren tampoco, por eso matan!".
Ese mismo diario publicaba esa mañana un testimonio de un marroquí de Madrid que ya no se atrevía a salir solo a la vía pública: "A un amigo mío le han escupido por la calle y a otro, que es albañil, sus propios compañeros le han dado de lado", narró Monear Mahmud, vecino del barrio madrileño de Lavapiés.
"Sentido común"
En la televisión, marroquíes residentes en Madrid y Barcelona son entrevistados sobre la posibilidad de brotes racistas o agresiones directas. Todos lo reconocen como posibilidad, pero las voces de los migrantes organizados recalcan que esto no es Estados Unidos y en España "impera el sentido común de la gente".
Entrevistado por Masiosare, Mohamed Chair, de la organización marroquí IBN BATUTA, alaba el tono sereno con que la sociedad española ha respondido al no mezclar a los musulmanes con Al Qaeda, pero le advierte a la medios que evite relacionar el credo islámico con el terrorismo. "Los propios musulmanes estamos sufriendo atentados", aseguró en referencia a los marroquíes que fallecieron en mayo de 2003, cuando la Casa de España en Casablanca fue blanco del terrorismo.
La actitud de la gente de a pie no, pero la manera en que los medios de comunicación se refieren a estos actos y sus responsables sí que es cuestionada por las comunidades musulmanas, pues consideran que contribuyen a la estigmatización de su cultura, su religión y de ellos mismos.
"Cuando la prensa habla de que los culpables de los atentados son marroquíes nos sentimos muy mal porque seguro nos va a afectar más, - afirmó Josep, luego de conocida la noticia de las detenciones de 3 marroquíes por la venta de uno de los teléfonos móviles que la policía pudo identificar el día de los atentados -, nuestra situación como inmigrantes es difícil porque el fenómeno de la migración aquí es nuevo. Ahora con esto del terrorismo la gente se va a venir todavía más contra nosotros".
"Y de cualquier manera, si después sale en la prensa que al final no son marroquíes, el efecto no se podrá revertir, el mensaje ya está, la imagen negativa en la gente habrá quedado. Como inmigrantes somos víctimas de los medios de comunicación porque observamos que la prensa tampoco tenía cultura de inmigración y no miden las repercusiones de lo que dicen", agregó.
Por su parte, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, reconoce que existen grupos que podrían intentar ataques contra los musulmanes, aunque afirma que "la sociedad española está dando hasta ahora muestras de sentido común". También recalcó que de darse agresiones directas en contra de los inmigrantes musulmanes, éstas podrían provenir de grupos minoritarios de extrema derecha, los llamados skin heads que, antes o después del 11-M, hacen de los trabajadores extranjeros su blanco.
Los colectivos de defensa de los derechos de los inmigrantes se preparan ya ante el eventual surgimiento de cualquier acto xenófobo: "Alertamos al conjunto de la sociedad del grave riesgo de que se produzcan reacciones racistas y xenófobas. Los efectos de estas reacciones en un momento en el que la inmigración de procedencia árabe es ya una parte constitutiva de la sociedad española, son de extrema gravedad", según un manifiesto signado por más de 20 organizaciones.
Así, llaman a evitar las generalizaciones que identifican al Islam con el terrorismo y a Al Qaeda con el conjunto de las comunidades de origen árabe; instan a salvaguardar el estado democrático y las libertades, que podrían ser recortadas bajo el pretexto de combatir el terrorismo y exhortan a la sociedad en general a denunciar cualquier manifestación de racismo y xenofobia que se genere como producto de los atentados del 11-M.
Por su parte, Merche García Arán, miembro de una asociación de intelectuales de Cataluña, admitió que con la victoria del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) hay menos riesgo en el tema del recorte de las libertades para los españoles pero que el riesgo del maniqueísmo y la simplificación en torno al mundo árabe musulmán está latente.
En la misma línea, Papeles para todos, un colectivo multicultural que se agrupa en torno a las demandas de inmigrantes indocumentados, califica de "interesada y mentirosa" la identificación de inmigración con terrorismo, además de que sirve como "excusa para el cierre de fronteras al igual que los atentados del 11 de septiembre lo fueron para la guerra contra Irak".
Expresaron también su intención de reforzar las acciones a favor de una total regularización de los inmigrantes de cualquier nacionalidad: "La más firme condena de los asesinatos de Madrid va para nosotros unida a la voluntad de continuar luchando contra toda discriminación de cualquier tipo, contra toda legislación que la permita como la Ley de Extranjería y por la igualdad de todas las personas, igualdad imposible sin la regularización para todos los inmigrantes que hoy viven en el territorio del Estado español".
La amenaza de nuevos atentados terroristas que se ha extendido por toda Europa ha implicado a comunidades de inmigrantes de otros países que se mantienen también alertas. Es el caso de Sans Papiers en lutte (Sin Papeles en Lucha), un colectivo francés que tras los atentados de Madrid advierte sobre los peligros que para la convivencia entre individuos de diferentes culturas puede acarrear sucesos como el de Madrid.
"Los actos asesinos de ese tipo sólo pueden favorecer la estigmatización de las minorías de inmigrantes por la otra parte de la sociedad. Los fascistas y extremistas de todas partes, de todas las comunidades, son los únicos beneficiarios del odio que genera odio", manifestaron.
Por si acaso, y sólo por "razones preventivas", la Dirección General de Instituciones Penitenciarias que depende del Ministerio del Interior, anunció que desde el domingo 14 de marzo 33 reclusos acusados de pertenecer a grupos terroristas han sido aislados de los presos comunes, aunque aclararon que no se ha registrado ningún ataque en su contra.