Europa
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27 de marzo del 2004
Tras un año de guerra contra Iraq,
¿camino de la segunda tra(ns)ición?
Estitxu Martínez de Guevara
El Partido Socialista ha ganado las elecciones con el ¡No a la guerra! de las manifestaciones espontáneas y la consigna de la vuelta inmediata de los soldados españoles de Iraq. Sin embargo ahora pone como condición para no retirar las tropas de Iraq el aval de la ONU. Este es un condicionante falso: esta guerra es inmoral, injusta y bárbara, tanto si la avala la ONU como si la rechaza. Aceptar una mayor implicación de la ONU en Iraq implica internacionalizar el conflicto y alinearse con los objetivos estratégicos de Washington, que se basan en la elección de métodos militares para reforzar su hegemonía y en la sustitución de la ONU por la OTAN como medio de gestión del orden internacional.
Para cuando se publiquen estas líneas, habrá transcurrido más de un año desde el inicio de la guerra contra Iraq. Para la población iraquí este periodo ha supuesto ya más de 10.000 víctimas, algo así como padecer 50 veces los atentados del pasado 11 de Marzo, además de personas heridas, traumas personales, familiares y sociales. Las condiciones de vida reducidas a lo infrahumano y un caos político, económico y social en las antípodas de la liberación propagada por los ejércitos de ocupación, son el verdadero rostro de esta guerra.
La mayor cercanía de las muertes y lo inesperado del ataque nos pueden hacer sentirlos mucho más brutales, sangrientos y demenciales pero, bien pensado, no encontramos grandes diferencias entre los atentados de Madrid y los bombardeos sobre Iraq de hace un año (u otros similares en otros tiempos y lugares), salvo que unos invocan como coartada la defensa de Occidente y los otros la del Islam; que unos utilizan todo el poder de sus militarizados aparatos estatales de destrucción masiva y los otros el fanatismo, fruto -en la mayoría de los casos- de las múltiples agresiones (militares, culturales, económicas, religiosas, medioambientales…) infligidas a lo largo de los años por las autodenominadas Fuerzas del Bien. Este aparente conflicto de civilizaciones encubre el verdadero objetivo: controlar los recursos económicos de todo tipo.
El Estado, la mayoría de los Estados, son votados por los ciudadanos, pero gobernados por el gran capital. Los partidos políticos mayoritarios están al servicio del capital y las multinacionales. Vivimos en "democracias de baja intensidad": se puede votar libremente lo que se quiera: blanco, azul, verde o rojo. Pero eso no tiene ningún efecto, pues la suerte se decide en otra parte, fuera del Parlamento: en el Mercado. Por eso Zapatero no puede decidir nada: el camino para que Europa –incluído el Estado español– pueda distanciarse del imperio de EEUU son las luchas sociales y políticas para imponer nuevos compromisos entre capital y trabajo. Son los pueblos quienes han de construir un frente mundial por la justicia social e internacional. Si se logra, el terrorismo desaparecerá por sí solo. Sólo la ciudadanía en la calle, en lucha, y de forma autónoma, pueden sacar las tropas españolas de Iraq.
No olvidemos que podemos gritar ¡No a la guerra! en las manifestaciones y después colaborar con ella de múltiples formas. Así, durante el año que ha transcurrido desde el inicio de la guerra contra Iraq, nuestras fábricas de armamento han incrementado sus eficaces productos para la resolución justa y pacífica de los conflictos:
La alavesa EXPAL (Explosivos Alaveses) ha comenzado a desarrollar la Bomba Penetradora de Guiado láser BPG-2000, la bomba más potente producida nunca por la industria española, realizando pruebas de este nuevo ingenio en el Campo de Tiro de las Bardenas. Para ello, en noviembre pasado se le otorgaron los primeros 2.000 millones de pesetas. Dos empresas pertenecientes al Grupo EXPAL –EDB en Burgos y UEE en Galdakao- son las fabricantes del explosivo y los detonadores utilizados en los atentados de Madrid
La vizcaína ITP (Industria de Turbo Propulsores) además de continuar con el programa para el que fue creada (el avión de combate europeo Eurofighter) ha firmado contratos para su participación en el helicóptero de combate Tigre (en el que le acompañarán, entre otras, la guipuzcoana SAPA y las alavesas GAMESA y EXPAL); en el avión de transporte militar europeo A400M y en el programa del nuevo caza estadounidense JOINT STRIKE FIGHTER.
La también vizcaína SENER, además de hacerse con la mayoría de ITP, ha alcanzado un acuerdo con el gobierno español para el desarrollo tecnológico del Misil Aire-Aire de corto alcance Iris-T, para dotar a los F-18 y a los Eurofighter con 1.000 ejemplares de este misil.
Durante 2003 las empresas de la industria militar vasca han suministrado material militar al Ministerio de Defensa español, vía adjudicación de concursos, por un importe cercano a los 22.000 millones de pesetas (superior en un 146,5% al del año 2002). Las exportaciones vascas en Armas y Municiones se han incrementado en un 30% en los últimos dos años hasta alcanzar los 10.000 millones de pesetas.
La generación de nuevas guerras, además de a los mercaderes de la muerte que controlan las fábricas de armamento y a las corporaciones financieras que en ellas invierten han beneficiado también a otros sectores (de esto sabe mucho el BBVA).
Las implicaciones y colaboraciones van más allá:
el Gobierno Vasco del tripartito ha decidido invertir en ITP más de 2.000 millones de pesetas (el 5,3% de su capital), con el increíble argumento de que se trata de una inversión estratégica. No sabemos si entre las condiciones del G.Vasco figurará la de que los cazas y misiles se adornen con el label vasco, pero de cualquier manera parece una curiosa forma de llevar a la práctica sus discursos sobre la paz.
las organizaciones sindicales de la Naval de Sestao (con UGT y CCOO, esas que encabezan buena parte de las manis contra la guerra) han solicitado a la empresa que transfiera carga de trabajo de buques y naves militares.
Igualmente ha tenido que ser el Diario Oficial de la Unión Europea del 27-02-2004 el que, al aprobar unas cuantiosas ayudas de los gobiernos español y vasco a ITP, se atreva a poner por escrito lo que la UPV calla: "debe observarse la larga tradición de colaboración entre ITP y la Escuela de Ingenieros de Bilbao o la Universidad Politécnica de Mondragón con el fin de desarrollar un tejido profesional capaz de responder a las necesidades del sector". ¿Cómo detener las guerras si, desde Euskadi, consentimos la aprobación de presupuestos millonarios para los ejércitos y el armamentismo, apoyamos la investigación militar en las Universidades y exigimos desde los Sindicatos que se transfiera carga de trabajo militar a las empresas?
Los datos podrían seguir, pero este artículo tiene que acabar. A pesar de todo, aunque la masacre de Madrid nos haya aproximado abruptamente la realidad de las guerras (todo lo que no consiguieron ni las masacres de Iraq ni las de tantos y tantos otros lugares lejanos), esa proximidad parece no haber sido suficiente aún como para permitirnos distinguir las raíces profundas de esos conflictos, ni percibir nuestras implicaciones directas. Clamamos en estos días en nuestras calles y plazas contra la guerra, exigiendo la paz y justicia mundial, y nuestra propia e interesada ceguera no nos permite discernir que esa Paz y Justicia mundial, con mayúsculas, pasa inexorablemente por dimitir de nuestras complicidades cotidianas con las guerras, por renunciar al modelo económico-político que sustentamos y a los privilegios que como occidentales disfrutamos, unos privilegios surgidos del latrocinio, explotación, expolio, sometimiento y condena al no-futuro del resto del planeta. Sólo el día que afrontemos estas cuestiones estaremos en condiciones de poner las bases para un mundo realmente justo, igualitario, equitativo y en paz. Sólo actuando sobre las causas que producen las guerras podemos pararlas.
* Estitxu Martínez de Guevara, en nombre del Colectivo "Gasteizkoak".