Europa
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Una vil maniobra política
Julio Carreras (h)
El derechista partido gobernante quiere usar políticamente a las víctimas
de los atentados. Dos objetivos se persiguen: radicalizar a la opinión
pública contra el País Vasco. Y ganar las elecciones.
Gerenciamiento político En el mundo empresario un delgado hilo separa
la "audacia" de la irresponsabilidad. La derecha globalizadora desde hace varias
décadas ha aplicado criterios empresariales a la gestión política.
Es un concepto consolidado entre ellos que un líder debe aplicar "audacia
empresarial" a su gestión de gobierno.
Esta "audacia" en individuos de baja sensibilidad neuronal como Bush o Aznar
provoca brutales maniobras cual las efectuadas por Bush luego del trágico
11 de septiembre de 2001. O cual las que intenta ahora el PP, llevando como
mascarón al incinerado jefe de gobierno que embarcó a su país
en una de las guerras más injustificables de la historia.
Pues ningún criterio sensato autorizaba a echar tan categóricamente
la culpa a la ETA por el horrendo atentado sobre los trenes de Madrid, ocurrido
en la mañana del 11 de marzo de 2004. Sólo una mezquina, desesperada
obsesión de poder, precipitó a estos pseudopolíticos en
el intento de usar la masacre en beneficio propio. Unida a esa increíble
distancia que suele aislar a los grupos dirigenciales privilegiados en una burbuja
que les impide por completo vislumbrar la realidad.
El plan de Aznar tiene como objetivo bélico al pueblo vasco, en realidad.
Acusando a la ETA, los PP creen que demonizarán lo suficiente las aspiraciones
de independencia vasca como para congelar durante un largo tiempo sus conquistas
políticas.
Ni el hallazgo de indicios que apuntaban evidentemente hacia grupos islámicos,
ni la reivindicación de Al Qaeda, publicada esa misma tarde por un diario
inglés, ni la negación de la organización ETA alcanzaron
para torcer el obstinado plan de la derecha española, evidentemente apoyada
por la CIA y el espionaje inglés. Tozudamente, continúan acusando
a los separatistas vascos por el crimen.
El pueblo español no parece haber tragado el sapo, sin embargo. Y esto
quedará claro, posiblemente, en las elecciones del domingo. Precisamente
un resultado adverso es lo que trataban de evitar Aznar y su equipo con este
indignante megaoperativo de prensa. Hoy se verá si efectivamente lo han
logrado.
Fracaso de la seguridad hispana Con la proximidad de las elecciones, el Ministerio
del Interior blindó la ciudad con la denominada 'operación Genil'.
Desde los primeros días de marzo trabajan más de 200 agentes de
las Unidades de Intervención Policía (UIP, antidisturbios) en
un control que debió ser escrupuloso. El despliegue incluye controles
aleatorios y selectivos en las grandes vías de acceso a la capital, a
la búsqueda de vehículos o personas sospechosas, así como
la vigilancia de estaciones, aeropuertos y otros nudos de comunicación.
El atentado del 11 de marzo asestó además un golpe demoledor a
los sistemas de seguridad españoles, mostrándolos totalmente inútiles.
Esto es otro asunto que el gobierno español desde un primer momento decidió
ocultar.
En tal contexto, debe tomarse como una reacción bélica la actitud
del gobierno de Aznar responsabilizando a ETA, pese a que esta organización
jamás había efectuado acciones indiscriminadas contra objetivos
civiles.
Siempre que ETA actuó militarmente lo hizo contra fuerzas de la represión
o políticos comprometidos con el sistema que mantiene a su país
bajo un dominio que consideran opresivo. Una acción de este tipo, además,
contradiría su estrategia que busca ganar la legalidad para fuerzas políticas
afines y una alianza con independentistas vascos y catalanes.
ETA tiene más de cuarenta años de actividad política, es
decir experiencia suficiente como para comprender que una acción así
no le traería rédito alguno y sí en cambio el repudio de
toda la sociedad. Aparte de ello, ETA no dispone de la infraestructura necesaria
como para burlar el impresionante operativo policial que controlaba la capital
de España. Y menos con atacantes suicidas, pues parece cierto que los
atentados han sido hechos por combatientes dispuestos a morir en el intento.
Por otra parte, Batasuna y otras fuerzas legales ligadas al ETA han mostrado
su "plena solidaridad con el pueblo madrileño y el conjunto de las víctimas"
así como el "más absoluto rechazo a una acción indiscriminada
contra la población civil". Pese a tales evidencias, las autoridades
del gobierno español no retrocedieron en su intento de aprovechar políticamente
contra el pueblo vasco a esta horrible situación.
Evidencias Aún antes de que el ministro de Interior español anunciara
su acusación a la ETA, una combi con siete detonadores y una cinta con
versículos del Corán había sido hallada en Alcalá
de Henares, precintada por la Policía.
Pero esa misma tarde Al-Qaeda reivindica los atentados, a través El ministro
Acebes, con harta demora, salió a decir entonces "el gobierno contempla
la posibilidad de que se trate de un grupo islámico, aunque sigue manteniendo
como hipótesis que pudiera tratarse de la organización etarra".
La red integrista islámica, en cambio, dice que "es un ajuste de cuentas
con el cruzado y aliado de América".
A través de una carta, enviada por e-mail al diario en árabe de
Londres Al-Quds al-Arabi, señala: "Hemos tenido éxito a la hora
de introducirnos sin ser vistos en el corazón de la Europa de los cruzados
y atacar las bases de la alianza imperial". La misiva denomina la operación
'Trenes de la muerte'.
El comunicado consta de cinco folios en los que dice que los atentados "saldan
en parte viejas cuentas con España, el aliado de América en su
lucha contra el Islam". También se dirige al presidente español
por su apoyo a la guerra de Irak: "Aznar, ¿dónde está ahora América?
¿Quién te va a proteger de nosotros? ¿Gran Bretaña, Japón,
Italia, otros?".
La matanza fue perpetrada por la facción de Al Qaeda Brigadas Abú
Hafs al Masri, que se atribuyó el atentado del pasado agosto contra la
sede de la ONU en Bagdad. Según su reivindicación, "para ustedes
está bien matar a nuestros niños, mujeres, ancianos y jóvenes
en Afganistán, Irak, Palestina y Cachemira". Debido a eso "no sentimos
pena por los denominados civiles". Además, anuncia que hay otro gran
atentado en marcha que perpetrarán en Estados Unidos y que "está
preparado al 90%", al que denominan 'Vientos de la Muerte Negra'.
El director del diario árabe londinense, Bari Atwan, dijo que el comunicado
"parece auténtico", porque el lenguaje es coherente con otros anteriores.
Los servicios de inteligencia españoles analizan esta carta para intentar
determinar si, combinada con el resto de los indicios hallados, podría
dirigir la nueva línea de investigación que se ha iniciado.
Por otra parte, las Fuerzas de Seguridad que localizaron en el mencionado vehículo,
que había sido robado en Madrid el pasado 28 de febrero, indicaron los
siete detonadores sin activar como de la misma partida usada para activar las
bombas en los trenes.
La guerra de civilizaciones Los mayores atentados contra civiles de la historia
reciente tuvieron lugar contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono
de Washington con un total de 2.976 muertos. Los ataques fueron obra de la red
Al-Qaeda, que el 7 de agosto de 1998 había causado 241 muertos en un
doble atentado contra las Embajadas de EEUU en Nairobi (Kenia) y Dar es Salam
(Tanzania).
Veamos sólo algunos otros: el 12 de diciembre de 2002, en Indonesia,
mueren 202 personas, la mayoría turistas de 21 países, y más
de trescientas resultan heridas al estallar simultáneamente dos coches
bomba en una zona de discotecas en Kuta, al sur de la isla indonesia de Bali.
El atentado fue obra de Jemaah Islamiya, vinculada a Al-Qaida.
El 16 de mayo de 2003, en Marruecos, cuarenta y cinco muertos (cuatro de ellos
españoles) y 60 heridos resultan como saldo de cinco explosiones en Casablanca.
Fueron perpetradas por 14 combatientes islámicos suicidas. Los atentados
fueron obra de la organización Salafía Yihadía.
El método de atacar civiles es propio de corrientes fundamentalistas
sunnitas ligadas a Osama Bin Laden. Este procedimiento se ha visto desde Nueva
York hasta Bali, incluyendo los ataques recibidos por objetivos relacionados
con las fuerzas de ocupación en Iraq. No es un dato menor el que los
autores de la carta mencionada en el párrafo anterior sean los mismos
en adjudicarse la destrucción de la ONU en Bagdad.
Entre los ejército irregulares islámicos y los gobernantes halcones
se está generando una trágica dialéctica. Ambos juran que
son sus peores enemigos, pero las matanzas del uno acaban potenciando a los
del otro bando, quienes aprovechan ello para mostrar que el mejor camino a seguir
es la mano dura. Aprovechan también para acusar de falta de firmeza a
sus rivales internos (los socialistas españoles, los demócratas
estadounidenses o los comunistas rusos, en el bando occidental, los islámicos
pacifistas, en el área musulmana). De esta manera van precipitando a
una espiral de violencia con visos de "Guerra de Civilizaciones" a toda la humanidad,
que en realidad no quiere la violencia como método habitual para resolver
conflictos.
Por ello la actitud de Aznar y toda la cúpula del PP intentando aprovechar
políticamente esta horrible circunstancia resulta deleznable. No es menor
tampoco la colaboración insidiosa obtenida de los medios de información
masiva, como el diario El País, que publicó un titular catástrofe
el primer día responsabilizando a la ETA. O las declaraciones del principal
dirigente socialdemócrata, Rodríguez Zapatero, convalidando la
operación.
La historia se encargará de pedir cuentas por estas verdaderas traiciones
a la buena fe del pueblo español, que lo son también a la de toda
la humanidad.
Imagen: Fragmento
de la carta de Al Qaeda