Europa
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25 de marzo de 2004
"La Cope: si no mientes, qué quieres que haga ...
Alberto Matamoros Muñoz
En la mañana del día 12 de marzo, un día después del atentado en Madrid, cuando la prensa internacional no descartaba en absoluto la hipótesis de que fuese Al Qaeda la autora, cuando la BBC News el día anterior por la tarde entrevistaba en sus informativos a personas bajo el rótulo de "Experto en terrorismo" que afirmaban con rotundidad que era posible que fuese Al Qaeda, cuando la base social afín a los objetivos de ETA y algunos medios de comunicación vascos se habían desmarcado totalmente (con todo lo que ello implica no respecto de su credibilidad, sino a su ubicación con respecto a la posibilidad de que fuese ETA), cuando Interpol, Europol y la Audiencia Nacional optaban también por la hipótesis de la banda islamista, cuando el propio Ministro de Interior había reconocido ciertas pruebas en contra de sus declaraciones iniciales, cuando el día anterior el comunicado del Rey no citaba a ETA explícitamente, pues bien, en esa mañana del día 12, en la tertulia del programa La mañana de la Cope, sobre las 8:45 h. se decía lo siguiente:
"-FEDERICO JIMENEZ LOSANTOS: [-en tono vehemente] Fue bastante desafortunada la aparición del Ministro de Interior anoche [por el día 11] porque abonó no la hipótesis, sino la intoxicación de la que se prevalen los cómplices de la ETA, de los de Perpiñan, de los de Estella, para disimular antes de las elecciones lo que podría ser un perjuicio electoral- que es lo único que evidentemente les interesa- .
-CARMEN TOMÁS: Le dio a la intoxicación cuerpo de naturaleza. Cuando estábamos todos más o menos diciendo bueno... esto es la prensa internacional,... las intoxicaciones y tal..., luego va el Ministro y dice que sí, que es una línea de investigación, luego qué quieres que haga....
-FJL: Tampoco dijo eso exactamente.
-CT: Hombre, dijo que eso era una línea de investigación.
-FJL: No, dijo que lo único que hay es una cinta con unos versículos del Corán en una furgoneta en Alcalá de Henares, y eso es una línea de investigación.
-CT: Bueno, ...
-FJL: Podría haber dicho: como en todos los atentados tenemos pistas falsas -que siembran los criminales- y no voy a entrar en esa discusión.
-CT: Pero no dijo eso...."
Como se puede apreciar aquí lo que menos importa es si la hipótesis es cierta o falsa. De lo que se trata es de cómo defender una hipótesis desarrollando un esquema clásico: 1º Nominalizar peyorativamente la opción rechazada, utilizando la palabra "intoxicación" 2º Calificar la opción como inmoral, "que es lo único que evidentemente les interesa" [sus intereses particulares y no el interés general] 3º Identificar la opción rechazada con un enemigo generalmente compartido, asociándolos a ETA".
Pero lo reseñable de este fragmento no es el esquema mil veces repetido, sino la frase de Carmen Tomás : "Cuando estábamos todos más o menos diciendo bueno... esto es la prensa internacional,... las intoxicaciones y tal..., luego va el Ministro y dice que sí, que es una línea de investigación, luego qué quieres que haga....". La "periodista" hace una reflexión en alto diciendo "qué quieres que haga" como dirigida al Ministro, en la que muestra que es difícil defenderle si reconoce públicamente que la hipótesis rechazada (por ellos nominalizada, inmoralizada y criminalizada) es algo que no descarta el Ministerio. Y a su vez, Jiménez Losantos, en otra línea, le recrimina que admitiera que los hechos constituyan una hipótesis, según cree él había sido mejor decir "como en todos los atentados tenemos pistas falsas", es decir, que esos hechos existen pero no son suficientes como para constituir hipótesis. Es decir, o que niegue el hecho o que niegue la hipótesis.
Desde el punto de vista de la opinión pública está claro: en la mañana del día 12 sólo existe una prueba y no es muy sólida –una furgoneta en Alcalá de Henares con una cinta con versículos del Corán-; pero desde el del Ministerio esta prueba que se ofrece a los medios de comunicación es una válvula de escape para -en su momento- poder corregir la hipótesis que antes o después debía reconocer. La opinión pública gubernamentalizada hubiera preferido para su mejor defensa que el Ministerio hubiera mentido no ofreciendo ningún tipo de prueba o indicio, que no hubiera comunicado el hecho, o si no hubiera más remedio, que hubiese rechazado directamente la hipótesis. Pero el gobierno tenía muchísima presión, la opinión pública internacional y los gobiernos extranjeros querían saber cuales eran las investigaciones reales porque afectaba muchísimo la toma de sus decisiones. No debemos olvidar algo que es muy infrecuente, Silvio Berlusconi después de haber convocado en su país un Consejo de Ministros vino a la manifestación del viernes día 12 en Madrid y habló con Aznar no sabemos qué, pero al día siguiente la prensa italiana nos comunicaba que el gobierno tomaba medidas extraordinarias de seguridad en ferrocarril, aeropuertos, red eléctrica, hidráulica y acantarillado (y el sábado día 13 se seguía declarando que la prioridad en la investigación era ETA). Es muy improbable que si el Ministro sólo hubiera tenido la pista de la furgoneta lo hubiera comunicado a la opinión pública, y más habiendo declarado en su anterior comparecencia que "sin duda" la autora de los crímenes era ETA. Cuando pasadas las siete del día 11 el Ministro ofrece a la opinión pública una pista tan mala es con la intención de abrir una hipótesis y que ésta parezca algo peregrina. Pero lo que es realmente relevante no es la pista en sí, sino que ofrezca una prueba en contra de lo que había dicho. Y lo que principalmente le reprochan en la gubernamentalizada tertulia es que es mucho más difícil defender una verdad a medias –que existe otra línea de investigación- que una simple mentira –la autoría de ETA-. Si reconoces algo, aunque sea cierto, "qué quieres que haga...". Al gobierno le es más fácil mentir, siempre y cuando tenga la posibilidad de ilegitimar a quien le acusa, y es esto lo que le dicen implícitamente en la tertulia: tú miente, que nosotros ilegitimamos. Al mentiroso siempre se le descubre por contradicción, y el gobierno se estaba contradiciendo en el intervalo de unas pocas horas.
El día 12 de marzo a las 11 horas hay una declaración institucional del Presidente del Gobierno, y habiendo leído esa misma mañana la reacción de los periódicos LA RAZÓN, el ABC y el MUNDO, la opinión publica gubernamentalizada esperaba un salvavidas, por ejemplo una pista, por mala que fuera ésta, de la autoría de ETA. No debemos olvidar que su única prueba era que el Ministerio de Interior deshizo –según él mismo- la posibilidad de un atentado parecido en la Estación de Chamartín el día de nochebuena del 2003, y detuvo – también según él mismo- la posibilidad de que entrasen 500 kg de explosivos en Madrid. Las incautaciones e intervenciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han pasado a formar parte de un específico tipo de comparecencia pública del gobierno que por ser del gobierno y de carácter extraordinario sobredimensiona su incidencia en los medios de comunicación. Pero lo relevante es que no había ninguna pista que no fuera una declaración ministerial de las intenciones de ETA para ofrecer a la opinión pública. Por eso no se mentía exactamente cuando decían que estaban todas las líneas de investigación abiertas. Lo cierto es que pese a las evidencias en los avances de la investigación, se seguía buscando una pista, por mala que fuera, vinculase a ETA. Eso hubiera salvado algo su difícil situación, es más, no hubiera parecido tan explícita la manipulación.
Se podría pensar que estos periodistas son "creyentes" sólo del gobierno, y que la Audiencia Nacional, Europol, Interpol, Le Monde, Le Nouvel Observateur, el Washington Post, la BBC y el rey de España estaban conspirando difundiendo la intoxicación por la cicatera ambigüedad dirigida y manipulada por el grupo Prisa. Si el Ministro y el propio presidente del gobierno no hubieran corregido el "sin duda: ha sido ETA", con toda certeza se hubiera producido una agresiva campaña de ilegitimación de la prensa internacional, de la Audiencia Nacional y del grupo Prisa –de hecho, se puso en marcha-. Pero, como se intenta decir en estas líneas, no se mintió del todo, y por eso el Ministro Portavoz y el de Interior se muestran indignados ante estas acusaciones, porque saben que no mintieron del todo, que eso es lo que implícitamente le reprochan sus medios de comunicación acólitos, y lo que, además, evidenció que estaban manipulando al ofrecer las pruebas. La mentira es una apariencia que podría ser cierta, incluso puede resultar más creíble que la verdad misma. Por eso están diciendo: "oigan, es que si hubiésemos querido mentir..." Por eso son tan importantes las fuentes de credibilidad, a nivel de estado, el control de los medios de comunicación, y a nivel familiar y cotidiano por ejemplo, la complicidad con nuestra madre: "-Mamá, dila que no estoy. -No, no está. – Pero si me dijo que estaría,... "
Los institucionalizados medios de comunicación son organizaciones oligopolicas que otorgan credibilidad a lo que el gobierno dice. La Cope, el Mundo o La Razón son plataformas que venden credibilidad al gobierno del Partido Popular. Por eso lo importante de este caso no es que el gobierno niegue deliberadamente una verdad fáctica -algo que es muy frecuente en quien tiene la posibilidad de "cambiar los hechos"- sino en que un medio de comunicación reconozca en público al Ministro que para otorgarle credibilidad debe mentir. La Cadena Cope sabe que es inadmisible decir públicamente al gobierno que mienta. Y lo sabe porque la transcripción del programa que arriba se ha leído la recojo en los audios que proporciona su página web el sábado día 13, y cuando me disponía a completarla dos días después, me encontré que la habían sustituido por otro audio de una declaración institucional de Ruíz Gallardón cuando nunca se sustituyen, sino que se van acumulando conforme pasan los días. Es decir, que la Cadena Cope reconoce, intentando "borrar el pasado", lo inadmisible de su posición y desarrolla a su vez dos estrategias: primero, intentar borrar lo que pueda, y segundo, llevar a cabo un ataque a la credibilidad de la otra fuente de credibilidad política (el grupo Prisa).