El Peñón es la única colonia dentro de Europa. No se trata de una isla sino de una península del territorio español separado por una verja. Si sucesivos gobiernos no la reclaman firmemente y en cambio le aumentan los privilegios al usurpador. ¿Será que los mandamases de Madrid están conformes con esa situación?.
Sebastián Vargas.
¡Albricias! ¡Echen las campanas a vuelo! Celebremos este año de 2004 los tres siglos del arrebato de Gibraltar a España, con algo similar a los festejos cumplidos para los quinientos años del descubrimiento y colonización de América.
Sin lugar a dudas el gobierno conservador hispano que lidera José María Aznar en nombre del Reino de Don Juan Carlos I, como lo fue el socialista "progre" de Felipe González, deben estar saltando de contentos en una pata porque parte de su territorio sea ya una tricentenaria colonia británica.
En el programa oficial no debe faltar la reprobación y condena de otras generaciones menos ilustradas, probablemente herejes. En especial contra aquellos 70 españoles que lucharon, en su mayoría hasta la muerte, enfrentando al "pirata saqueador" (así lo llaman los irrespetuosos) el almirante inglés Sir George Rooke, al mando de 2.300 soldados.
Esta conquista colonial se registró el 24 de julio de 1704.
Años después, en 1727, en 1779 y 1783, otros insensatos hispanos dieron sus vidas por recuperar el Peñón, pero felizmente fracasaron
También debería repudiarse una vez más al general Franco y los sobrevivientes de su entorno, porque el Caudillo cometió el sacrilegio de cerrarle a Su Majestad Británica la verja que separa al Peñón del resto del territorio español. Asimismo, darles títulos nobiliarios a los gobernantes socialistas progres, como a los liberales del Partido Popular (PP) para satisfacerles sus egos ahora burgueses, quienes en 1985 acordaron con Londres la libre circulación, abriendo la maldita verja, a los diez años de la muerte del Generalísimo. Pero antes habían comenzado las reparaciones a esos daños pérfidos con la anuencia del Borbón, de los socialistas de González y los liberales de Aznar e imponiéndose a las protestas del ignorante pueblo español. Abrir la verja fue la guinda sobre la Corona Británica,.siempre bajo Juan Carlos I designado en 1969 como su heredero por propia y única voluntad de Franco.
Entre los hechos a celebrar, no olvidarse que en 1830 Gibraltar tuvo el honor de ser declarada oficialmente colonia inglesa. Y luego los gibralteños recibieron la jerarquía de ciudadanos del mundo de primera clase al darles la nacionalidad británica. ¿No es de celebrar que Gibraltar tenga una mayoría de españoles católicos?.
Como dice el hispanísimo Nuevo Espasa Ilustrado editado en el 2002, "en 1985, España y el Reino Unido acordaron la libre circulación entre Gibraltar y España". Y luego agrega: "En 1991 el gobierno gibralteño rechazó una propuesta del socialismo español de soberanía conjunta que incluía la concesión de un régimen autónomo". Es de lamentar que muchos españoles desde aquellos años hasta hoy se han manifestado multitudinariamente en contra de los gobiernos que consienten la colonia.
Cuando esto ocurría (1991) comenzaba la Década de la Descolonización dispuesta por la Asamblea de las Naciones Unidas. ¿Fueron enterados los españoles?. También desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y la creación posterior de la ONU, se dictaron infinidad de resoluciones para liberar colonias en Africa, Asia, Oceanía y América, muchas de ellas concretadas, pero se olvidaron de Gibraltar en la salvaje Europa. ¡Bien hecho!
Otra concesión a celebrar es que Madrid le cedió a Gran Bretaña un pequeño espacio más de penetración en aguas hispanas para que Gibraltar ampliara su pista permitiendo la llegada allí de mayores aviones con turistas de todo el mundo sin la molestia de pasar por los ordinarios aeropuertos españoles. Por eso el Peñón , según enciclopedias británicas y francesas, entre otras, dicen que la colonia tiene 6,5 K2, mientras que la española Espasa da solo de la superficie anterior de 6 K2.
Al programarse la defensa europea a cargo de la OTAN, ya desaparecido el peligro soviético, España consintió que el área del Peñón y sus alrededores quedara bajo comando inglés.
En fin, tanta duradera lealtad y servicios prestados al Imperio Colonial Británico, merece festejarse con flemático respeto, en silencio, sin ordinarias algarabías, reprimiendo si es preciso a los españoles que quisieran hacer algo de estruendo. Pero el amigo Tony Blair ya ha influido ante el gran hermano George Bush para que al modesto José María Aznar (que promete retirarse de la política) se lo premie designándolo Secretario General de las Naciones Unidas. Desde ese cargo deberá jurar, rejurar y recontrajurar defender la permanencia de Gibraltar como colonia inglesa en todas las Asambleas que tratan anualmente los avances logrados por el Comité Permanente de Descolonización. Esté tranquila Doña Isabel II, que esa rendidora perla de su corona no está en peligro por ahora. Hoy las cosas están en orden. Gibraltar cobija viejos submarinos atómicos que pueden explotar en cualquier momento, como las bombas nucleares obsoletas pero llenas de muy mala milk, que tienen las bases norteamericanas instaladas en varios puntos de España. Pero todo eso es legal, pues sirvieron y sirven para llevar "ayuda humanitaria" a Afganistán e Irak y matonear (¿qué se han creído?) a Irán, Pakistán, Corea del Norte y etc.etc.
Tanto Estados Unidos, con sus socios menores Gran Bretaña y España, desinteresadamente, se han tomado el trabajo de salvaguardar nuestras democracias. Y deberíamos todos avergonzarnos del poco aporte en muertos y heridos de pobres servidores del orden que les ofrecemos para exterminar al terrorismo internacional conducido por criminales bajo el pretexto de querer ser independientes (¡faltaba más!). Son tan desagradecidos que no valoran los esfuerzos yanquis, y los de Halliburton (o sea el vice gran hermano Cheney), que les proveen nafta, kerosén, gas oil y otros subproductos del petróleo porque Bush se vio en la obligación de bombardear a los terroristas con armas de destrucción masiva escondidas en las destilerías y, estas fueron destruidas. Y que en esa "ayuda" se hable de coimas es otra patraña del pueblo bajo español, influido por la propaganda de los terroristas moros.
Ante esa situación, Estados Unidos y sus dos pequeñitos aliados nos pide y debemos complacerlos influyendo en la comunidad internacional para que convenzan a los guerrilleros y terroristas que deben abandonar esas tácticas de emboscadas y suicidas, propias de los tiranos zaristas contra Napoleón o los comunistas contra Hitler; como los marxistas insolentados contra otras democracias civilizadoras y occidentales en Vietnam, Argelia y otros sitios de gentes inadaptadas para vivir en un mundo de libertad globalizada.
Adhesión de Argentina
Los argentinos también nos adherirnos a la celebración de los tres siglos de colonización del Peñón, que vigila (y explota) para el bien de la humanidad al estratégico estrecho.
Queremos asimismo agradecerle a España que no hubiera dado la menor ayuda, ni siquiera moral, al intento de Argentina de recuperar sus Islas Malvinas en 1982. Para ello el gobierno hispano llegó a ofrecer sus puertos para reparar barcos de guerra ingleses, incluso con armas atómicas, que vendrían a matar a los hijos de la madre patria que los parió.
Claro que no faltaron españoles, seguramente alentados por jodidos sudacas y moros comunistas, que manifestaban por las calles de España cantando cochinas consignas como "gobierno gallina, aprendan de Argentina".
Conclusión Pues a festejar se ha dicho. Con todo. El orden y la legalidad están imperando. Convertirse en colonia hoy está al alcance de todos los pequeños y medianos países
Observen la felicidad reinante en Gibraltar. Es el paraíso del libre comercio que los malpensantes llaman contrabando en perjuicio de España y la Unión Europea. Ese tráfico incluye las drogas y las cuentas numeradas secretas para que allí lleguen las divisas falsamente criticadas como mal habidas.
Es justo dar refugio, en nombre de los derechos humanos, a las sociedades llamadas fantasmas porque legislaciones crueles pretenden prohibirlas impidiéndoles vivir en libertad. Ese derecho de exilio secreto del capital ha triunfado en Gibraltar y ya tienen más bancos y multinacionales inscriptas que habitantes. El Peñón debe seguir sirviendo a esas necesidades de la globalización.
Felizmente, ya no se permitirá protestar por ese peñasco "autónomo" con gobernador designado por la Reina Isabel, y poblado por 28.800 "británicos" aunque hablen inglés (la lengua oficial) con desagradable acento español. ¡Vale! ¡A celebrar!
Nota: Cualquier parecido de esta situación con algunas islas del Atlántico Sur, no es casual.