Argentina: La lucha continúa
|
Contra la impunidad y la inseguridad.
M.T.D. ANIBAL VERON
La seguridad no es un problema que surge hoy, lleva años en la Argentina producto de la crisis económica, política y social; y a medida que pasa el tiempo se profundiza ya que el poder institucional no es capaz de dar solución al problema.
El caso Axel Blumberg conmovió e hizo estallar la bronca del pueblo expresada en la multitudinaria movilización del 1º de abril. Si bien esa marcha fue convocada como Cruzada por Axel, el reclamo de las miles de almas que se hicieron presentes era contra la inseguridad en sus múltiples variantes - robos, gatillo fácil, secuestros, y asesinatos- y en solidaridad con el Sr. Blumberg y su familia.
Nosotros nos solidarizamos con el Sr. Blumberg y su familia. La muerte de un hijo, y más en esas condiciones, es una fatalidad que no se le desea a nadie.
Pero no compartimos la propuesta que impulsa para resolver este profundo problema de la inseguridad. No creemos que con leyes más duras se terminen los secuestros, asesinatos, robos, etc. El problema pasa por la decadencia de las instituciones. Podemos decir que ya hay leyes para esos casos.
El tema es que la Justicia es incapaz de aplicarlas debido a la corrupción del poder político, judicial y hasta en las propias fuerzas de seguridad. La corrupción institucional se ha desarrollado hasta el punto de conformar corporaciones mafiosas; herramientas que además de sus objetivos económicos son diariamente utilizadas para la disputa de poder. Porque detrás de esas mafias hay intereses económicos y políticos. Y hay innumerables cantidad de casos, hasta en el propio Caso Axel, donde la policía estaba implicada.
Es lógico que la sociedad reclame al estado que, a través de las instituciones concebidas para garantizar tranquilidad y justicia, resuelva la actual situación. Pero la corrupción política, judicial y policial se ha extendido hasta pudrir de raíz las instituciones convirtiéndolas en garantes del mantenimiento y reproducción de la inseguridad.
Por eso nos resulta contradictorio pedirles a los mismos que impulsan estos hechos, que los combatan y encima con leyes más duras. Cuando en realidad lo que hay que hacer es desmembrar la cadena mafiosa que comprende desde el policía implicado, pasando por los jueces y fiscales que los encubren, con el aval de los políticos cómplices que impulsan y se enriquecen con el delito.
Las leyes que se votaron pretenden apuntar al último eslabón de esa cadena: la "mano de obra" del entramado mafioso. Pero en realidad apuntan al conjunto de los sectores más desposeídos, buscando el disciplinamiento social a través de la criminalización de la pobreza. Y dando lugar a que la policía pueda seguir actuando como hasta ahora, o hasta con más impunidad ante esos sectores, avalada por la mafia político judicial.
La aplicación de políticas de "mano dura", "meter bala" o "tolerancia cero" son reclamos históricos de los sectores más recalcitrantes y reaccionarios de la sociedad. Sectores que avalaron a la dictadura, que piden pena de muerte, que quieren aniquilar a los movimientos sociales combativos como los desocupados. Esos sectores de poder son los que están detrás de estos delitos y están tomando aire con el argumento de la inseguridad para ganar una batalla política.
La mano dura se debe aplicar a esos jueces, políticos y policías corruptos aliados a esos sectores.
Si analizamos la marcha del 1º de Abril, habían cientos y cientos de víctimas de casos de secuestros y asesinatos, de gatillo fácil, mayoritariamente la clase trabajadora, que en casi la totalidad la justicia jamás actuó (estando ya las leyes), y en muchos de ellos había participación policial.
Por eso nosotros somos parte del reclamo de la sociedad contra la inseguridad y la impunidad. Porque nosotros también somos víctimas por luchar. Nos gustaría saber qué opina el Sr. Blumberg de los crímenes políticos, los 30.000 desaparecidos, Víctor Choque, Teresa Rodríguez, Aníbal Verón, Darío y Maxi, entre otros. O el caso de Javier Barrionuevo, compañero nuestro asesinado por un puntero político, llevado a juicio, con el asesino libre con todas las pruebas en la mesa. Porque el fiscal cómplice no quiso acusarlo ante el juez.
Estos hechos demuestran que el problema nos afecta a todos. Pero no pensamos como esos intelectuales de derecha -Grondona, Neustadt, etc. - que llaman a que los argentinos se unan "contra la delincuencia", viendo como delincuentes a los jóvenes que por falta de trabajo, educación, cultura, que los gobiernos y el estado no garantizan, caen en la droga, en el alcohol, en el robo, y de esa forma ponen el eje -como decíamos antes- en los sectores más desposeídos.
Los delincuentes son los corruptos del estado, las mafias del poder, los grupos económicos, las privatizadas, el Fondo Monetario, el Imperialismo yanqui, que nos roban día a día nuestras riquezas que tendrían que invertirse en el bienestar del pueblo, garantizando los derechos de la sociedad.
Esos son los verdaderos delincuentes y es a esos que debe combatir el pueblo argentino. Cuando había trabajo, mínimamente educación, salud, etc., estos problemas no existían en el grado en que hoy existen.
Nos sorprende que el Sr. Blumberg no nos quiera en la marcha. Nosotros somos víctimas también. Si el problema es que tenemos planteos políticos, y él no quiere mezclar su reclamo con lo político, le decimos que toda manifestación es política, con banderas o sin banderas, que la historia argentina nos muestra que las conquistas que ha logrado el pueblo, fueron producto de su lucha y organización, y debería respetar a los que seguimos ese camino porque se trata de la misma lucha.
También hay muchas organizaciones de familiares de víctimas de la inseguridad, el gatillo fácil, secuestros y demás que como él salieron a luchar, y desde hace años están organizados, o los organismos de Derechos Humanos y otros sectores que creemos sería un error cerrarles las puertas por tener banderas o definiciones políticas.
La paz social no llegará de la mano del endurecimiento de las penas ni con la construcción de prisiones donde antes existían fábricas. Los millones que el gobierno va a invertir en la aplicación del "plan" contra la inseguridad, deberían ser destinados a dar solución al problema de raíz que tiene nuestro país: el hambre, la falta de salud, de educación, de viviendas dignas, de trabajo. En definitiva, garantizar los derechos de la población. Sin la solución de estos problemas jamás habrá paz social.
C
ONTRA LA INSEGURIDAD Y LA IMPUNIDAD
MANO DURA A LOS CORRUPTOS, ASESINOS Y MAFIOSOS
DEL PODER
Por trabajo, dignidad y cambio social
M.T.D.