No hemos llenado plazas por la sangre
de tus dieciocho años sin futuro,
¿a quién le importa un negro correntino
hijo de un peón de estancia sin trabajo?.
A tus sobrevivientes compañeros
los hicieron volver por la vergüenza
de la puerta trasera de la Patria
hacia el tren, la locura o el suicidio
pero yo te recuerdo, soldadito
entregado por ebrios generales
a los rubios agentes de la muerte.
No contrapongo muertes e injusticias,
Esmas, secuestros, hambres o Malvinas
pero en la misma plaza marchan juntos
los que quieren la vida para todos
y los que sólo gritan cuando sienten
que les tocan su ahorro o su apellido.

Alejandro Simonetti.
2 de abril 2004.