Argentina: La lucha continúa
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Del Plan Cóndor a la "Guerra contra el Terrorismo"
Por Cristian Lora y Gabriel Morales.
La Plata, (APM).
El 28 aniversario del golpe militar en Argentina constituye un momento propicio para detenernos a reflexionar sobre la vigencia, dentro del actual contexto mundial, de algunos postulados de la estrategia de seguridad continental que se denominó Plan Cóndor.
En la década del setenta los gobiernos militares de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil se unieron para desarrollar "una estrategia común frente al comunismo", y como parte de un plan continental que lideraba Estados Unidos en el contexto de la Guerra Fría.
El programa de seguridad tenía como objetivo eliminar actividades de disidentes, centralizar información de inteligencia, coordinar la vigilancia de fronteras, y realizar operaciones conjuntas. En este sentido se crearon grupos de tareas que operaban dentro de todo el territorio del hemisferio Sur del continente con actividades tales como espionaje, secuestros, y asesinatos de activistas y opositores.
La unión de las dictaduras de Sudamérica confeccionó así un plan militar secreto para globalizar su sistema punitorio con colaboración de agencias de inteligencia y seguridad de Estados Unidos. La globalización de aquel sistema de seguridad, en sintonía con la teoría contemporánea de la "guerra de baja intensidad" y la doctrina de Seguridad Nacional, devino en un terrorismo de Estado globalizado.
Hoy, a casi treinta años de la gestación del Plan Cóndor, la Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de George Bush, en Estados Unidos, tiene puntos en común con las políticas que desarrollaron las dictaduras militares del Cono Sur en la década del '70.
Estas similitudes no son coincidencia, responden por el contrario a la vigencia de una estrategia militarista con la que Estados Unidos, a pesar de ser un estado democrático, ha planteado su política exterior imperialista después de la II Guerra Mundial. Sobre esta política de dominación se basó el apoyo al Plan Cóndor y sobre la misma se sostiene la actual "Guerra contra el Terrorismo".
Con oportunismo político, la administración Bush radicalizó su política exterior utilizando a una opinión pública nacional e internacional hipersensible tras los acontecimientos del 11-S. La Casa Blanca fundó en este consenso una política de seguridad que, con una lógica militar tan vieja como su sueño de gendarme del mundo, avasalla los derechos de sus ciudadanos, las soberanías nacionales, y las organizaciones internacionales que deberían regular las relaciones mundiales.
Aunque los objetivos e intereses de la "Nueva Guerra" que lidera Estados Unidos son, obviamente fundados sobre una base de poder diferente, bastante más ambiciosos que aquellos sobre los que se desarrolló el Plan Cóndor, es posible trazar un paralelismo histórico entre las ideologías y metodologías subyacentes.
El primer paso para lanzar el Plan Cóndor fue definir al enemigo interno: el comunismo; así tambien la conclusión del proyecto imperial de Estados Unidos requiere de un "enemigo de la civilización occidental": los países que resistan su dominación.
Sobre una estructura de seudo legalidad los dictadores sudamericanos relegaron las constituciones nacionales de sus respectivos países a los objetivos y fines de sus gobiernos autoritarios. En similares términos actúa en estos momentos Estados Unidos respecto de Naciones Unidas, como organización multilateral que enmarca las relaciones internacionales, al invadir a Irak sin resolución del Consejo de Seguridad.
Los centros clandestinos como herramienta de las dictaduras para encarcelar, torturar, y desaparecer a los disidentes tienen su reflejo en la base militar de Guantánamo como el nuevo campo de concentración mundial.
El discurso de la "lucha contra la subversión" se transnacionalizó por medio del Plan Cóndor y tiene eco hoy en los "halcones" de la Casa Blanca que le han dado continuidad a la globalización del terrorismo de Estado.
La Guerra Fría polarizó al mundo entre Capitalismo y Comunismo, la "Guerra contra el Terrorismo" dividió al mundo bajo la máxima antidemocrática "los que no están con nosotros están con el terrorismo", y modernizó el concepto de "baja intensidad" bajo el nuevo "asesinatos selectivos".
La "ayuda militar" de Estados Unidos trasladó la Escuela de las Américas a cada zona de riesgo para sus intereses, véase sino el caso de Colombia.
El desprecio por la democracia, la transnacionalización del terrorismo de Estado, el uso ilegítimo de la violencia, el abuso de poder, el doble discurso, y la violación de los derechos humanos, fueron las características y consecuencias del Plan Cóndor. Lejos estamos de negar estas mismas repercusiones para la "Guerra contra el Terrorismo".
APM.-