Argentina: La lucha continúa
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Los sojeros avanzan sobre las tierras en Río Hondo
Rancho quemado por sojeros. Quimilí. Foto: periodistas del diario El País, de España.
Los expropiadores de tierras atacan Río Hondo. Durante esta semana se efectuarán reuniones para conformar la resistencia campesina, en Islas de Aragón, Aragones, Los Miranda, Brea Puñuna, Chañar Pozo y Coro Espina. Concurrirán abogados locales, miembros del MOCASE y el GRR.
El 18 de agosto de este año Casimiro Santucho, un hombre casi ciego y de 89 años fue expulsado de su rancho por una banda de lúmpenes, comandada por hombres de la ciudad. Luego de sacarlo a empellones, los matones armados prendieron fuego al rancho y mataron a tiros sus pocos animales. Casimiro Santucho había vivido allí toda su existencia, al igual que sus padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. Pero resulta que una hija suya había sido engañada, por un tal Ricardo Basset -dice él- que haciéndole apoyar el pulgar entintado a una de sus hijas, consiguió papeles, que le habrían permitido apoderarse del campo. Basset, junto al ex fiscal de la dictadura militar Constantino Sogga, fueron ampliamente exhibidos en los diarios hace algunos años, debido a las acusaciones de otros campesinos, que les imputaban haberlos despojado de sus campos.
Gamaliel Villarreal es un conocido dirigente rural, que hoy se propone poner fin a los avances de los empresarios y aventureros que, desde el límite con Tucumán, vienen avanzando a paso paulatino pero seguro desde 1998. Es que las tierras para cultivar soja -la ganga de hoy- se han vuelto escasas en la vecina provincia (de por sí pequeña) y es necesario responder como sea a las nuevas demandas que se avecinan, con la prometida avalancha china. Gamaliel (56) se entusiasma cuando habla del Ché Guevara, conoce al dedillo la historia de la Revolución Cubana, puso de nombre "Mario Roberto" a uno de sus hijos (por el Comandante del ERP Santucho), pero como peronista fue hombre de Carlos Juárez. "Eso ya pasó", dice, "el doctor se rodeó con un grupo de inútiles y sinvergüenzas, y yo me aparté de él, por eso, hace varios años". Ahora se propone conformar la resistencia campesina en la zona, y para eso ha invitado a hombres del MOCASE y el Grupo de Reflexión Rural.
El jueves 18 de noviembre (esta semana) se realizará en su casa una reunión, para diseñar la estrategia a seguir con estos nuevos depredadores empresariales, que amenazan convertir a las tierras en los peores desiertos, y a sus habitantes en sombras dolientes por los basurales urbanos.
Concurrirán también dos abogados, Luis Horacio Santucho y José Ramón Cuevas, ambos con larga experiencia en conflictos rurales y de Derechos Humanos. Santucho -actualmente director de la oficina Antiimpunidad- es asesor legal de la fracción del MOCASE dirigida por Juan Cuéllar. Cuevas -además de abogado, contador- proviene de las Comunidades Eclesiales de Base, y fue célebre entre los campesinos del departamento Jiménez cuando en 1978, la peor época de la dictadura militar- se plantó con 22 años y sus primeros estudios de abogacía en Tucumán, acaudillando un grupo de campesinos, frente a las topadoras que venían a desmontar en Pozo Hondo para efectuar cultivos de algodón. Hoy continúa en esa lucha, en que le va la vida, porque Cuevas, también -y por sobre todo- es campesino: nació, se crió y vive en un campo que heredó de sus antepasados en la región de Sotelos.
"Estas tierras tienen mensura de 1874", ilustra don Gamaliel al cronista "no pueden sacar a nadie de aquí, dado que ninguno de los propietarios, además, puede expropiarlas sin consultar a la comunidad... durante siglos, hemos convivido y somos prácticamente consanguíneos, así que no se puede aplicar aquí el derecho convencional". El dirigente campesino habla con voz pausada, y sorprende por sus impecables conocimientos de historia: en un pantallazo recorre la historia de Roma, la de los caudillos del Norte argentino y sus desavenencias con San Martín, la historia de los levantamientos populares en la Argentina.
Presidente de la Asociación de Fomento Comunal, acaba de ser elegido también, por asamblea, presidente de la Comisión Pro Defensa de la Tierra, en las 7.500 hectáreas que componen Islas de Aragón, Aragones, Los Miranda, Brea Puñuna, Chañar Pozo y Coro Espina.
Junto a tres hombres jóvenes, robustos, se lo ve sereno pero decidido a dar una fuerte lucha. "Mire señor periodista", nos dice, "aquí hemos vivido y aquí han vivido nuestros abuelos, hasta perdernos en los tiempos del pasado... no nos gusta la ciudad ni nos interesa otra vida que no sea la de campesinos... así que si nos quieren sacar... ¡únicamente con los pies para adelante lo van a lograr!"