Argentina: La lucha continúa
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Año nuevo en Tartagal: libertad a los presos del petróleo
Claudia Korol* para Adital
Mientras en los hogares se levantaban las copas del brindis, y el festejo del año nuevo buscaba el saludo familiar, el abrazo del amigo, la palabra compañera; en el noroeste argentino, en la provincia de Salta, ocho presos se hacinaban en la cárcel de Tartagal. Son los presos del petróleo. Son los condenados por el capital.
Otros tantos hombres y mujeres de Mosconi escapan de la injusticia ordenada
por las multinacionales, por el gobierno despótico del menemista Juan
Romero, y ejecutada por el Juez de Tartagal Nelso Aramayo (el mismo que se declaró
incompetente en la causa por el asesinato del piquetero salteño Aníbal
Verón).
El 20 de noviembre se inició la persecución judicial a los ex
trabajadores de YPF que se habían movilizado a las petroleras para demandar
que se les pague lo que se les adeuda en concepto de las acciones del Programa
de Propiedad Participada (Ley 23696) y por jubilaciones.
La detención de los dirigentes de la Unión de Trabajadores Desocupados
(UTD) desató la furia de la población, que ingresó a los
edificios de las petroleras, Refinor y Tecpetrol, produciéndose choques
y enfrentamientos con la gendarmería. En el marco de ese levantamiento,
hubo destrozos en la sede de la multinacional Tecpetrol (perteneciente al grupo
Techint), que la UTD denuncia que fueron realizados por provocadores policiales.
Días después, varios militantes de la UTD fueron detenidos por
orden del juez Aramayo. Como en los tiempos de la dictadura, las fuerzas represivas
ingresaron a los domicilios de los piqueteros, en operativos comando, golpeando
a los detenidos y maltratando a sus familiares, entre ellos mayores y niños.
Según denunció la abogada de derechos humanos Mara Puntano en
declaraciones realizadas a la agencia COPENOA, "como es práctica en la
Policía provincial desde que asumiera la Secretaría de Seguridad
el Comandante Sergio Nazario, denunciado en el informe de la CONADEP como torturador
en el campo de concentración El Vesubio, los detenidos por razones políticas
o gremiales son llevados a dependencias policiales alejadas de los lugares de
origen, a efectos de evitar la movilización de los sectores de protesta
en reclamo de su liberación, y perseguir la desmovilización de
los mismos por amedrentamiento."
Mientras tanto, la lucha no se ha detenido. En distintas actividades que son
parte de un plan de lucha nacional, realizado el 13 de diciembre, los ex trabajadores
de YPF han reclamado la reestatización de la petrolera (privatizada durante
el gobierno de Carlos Menem), y la expulsión de las multinacionales saqueadoras
del patrimonio nacional. "El petróleo es del pueblo", "Recuperar YPF
para volver a tener trabajo", "13 de diciembre, jornada nacional de lucha en
defensa del petróleo y los recursos naturales" fueron algunas de las
consignas levantadas en aquella oportunidad. Mientras tanto, las promesas realizadas
por el gobierno nacional de pagar lo adeudado, no se han concretado hasta la
fecha.
La realidad es que los presos de Tartagal pasaron este fin de año aislados
de sus familias, pagando de esta manera el precio que se cobran los gerentes
del libre comercio de las multinacionales petroleras, las dueñas de la
vida y de la muerte, las responsables de la pérdida de la libertad y
del trabajo de millones de hombres y mujeres en el mundo.
Por esta sencilla razón, la batalla por la libertad de los presos del
petróleo, es también una manera de decir No al Alca, no al saqueo
de nuestros pueblos, no a las privatizaciones ordenadas por el gran capital.
Al levantar las copas del brindis, junto a los compañeros que hoy resisten
en la prisión de Tartagal, afirmamos la convicción de que el nuevo
año será un tiempo en el que deberemos conjugar simultáneamente,
las palabras soberanía, dignidad, trabajo y libertad.
* Claudia Korol es corresponsal de Adital en Argentina.