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Argentina: La lucha continúa

ARGENTINA: GENERAL BALZA:.
Un sinuoso camino plagado de dudas y agachadas.

por J.M.Drago.
Indymedia.
Enviado por el gobierno de Nestor Kirchner como embajador a Colombia, sin que hasta la fecha se conozca la opinión colombiana sobre su aceptación. Algo inusual, pero llamativo en un país que enfrenta una guerra contra poderoso enemigo.
DE LOS GENERALES Y SUS MÉRITOS.
En nuestro Ejército, generales hay muchos.
Generales que honran a la Institución Militar, un buen número.
Pero generales indignos de ostentar ese grado por su falta de honor, cobardía y alta traición ante el enemigo existen varios.
Entre estos últimos tiene un puesto destacado el Teniente General (RE) Martín Antonio Balza, como máximo exponente de la cobardía, la traición y la falta de honor.
Este COBARDE militar es el mismo que no tuvo valor frente al enemigo; este cobarde militar es quien, en el momento en que ostentó la más alta posición de mando, cuestionó las órdenes impartidas por los Máximos Mandos Superiores (órdenes que, en su oportunidad, fueron cumplidas por quienes entonces eran sus superiores, pares y subalternos a su mando); este cobarde militar es el que calificó de "ilegales e inmorales" esas mismas órdenes, las que por el cargo y grado que había ostentado durante la Lucha contra el Terrorismo forzosamente conoció y debió cumplir; por último, este cobarde militar es el que, ahora, para mantener su cargo y eludir responsabilidades asumidas bajo juramento, hace inconsultos y periódicos mea culpa, criticando órdenes a las que él mismo estuvo sujeto, órdenes que JAMÁS cuestionó ni mencionó como "ilegales e inmorales" anteriormente, con el único propósito de acomodarse con la "política de derechos humanos" impuesta por el poder de turno.
Este militar TRAIDOR es el que quebrantó la fidelidad o lealtad que debió guardar a una Institución madre como es el Ejército Nacional, atentando contra los valores esenciales de nuestra Patria al servicio del enemigo. Es el que cometió ALTA TRAICIÓN al atentar contra la soberanía, contra el honor, la seguridad y la independencia de nuestra Nación intentando destruir la cohesión de su Ejército Nacional, confundir su doctrina, enervar sus principios y tergiversar lo actuado en la Lucha Contra el Terrorismo, en un acto evidente por eludir sus responsabilidades en la misma.
Pues bien, a Martín Antonio Balza (a) "Mojarrita" -por su dedicación a la natación y porque lo utilizan como carnada-, no se le debe reconocer méritos para respetarlo como Teniente General; en realidad, debería ser degradado conforme lo establece el Código de Justicia Militar, ya que ha cometido cada uno de los actos mencionados en los párrafos iniciales, mereciendo que se lo califique como INFAME TRAIDOR A LA PATRIA.
Este individuo de corta y selectiva memoria, ingresó al Colegio Militar de la Nación en el año 1952, es decir que a partir de ese momento estuvo bajo el imperio de la Justicia Militar y sujeto a las Leyes y Reglamentos Militares. No puede eludir su responsabilidad en el desempeño de las misiones militares que tuvo que cumplir durante la Lucha Contra el Terrorismo. Las órdenes que hoy cuestiona y califica como ilegales e inmorales, ¿acaso las desconocía en el pasado? Si hubiese sido así, ¿dentro de qué marco desempeñó, entonces, las tareas asignadas en la Lucha Contra el Terrorismo? En una entrevista realizada por Pablo Mendelevich y publicada en La Nación el 14 de diciembre de 2003, titulada "Chile hubiera ganado una guerra - MARTÍN BALZA", este "General" de dudosa hombría, se permite exponer que en caso de haberse producido el conflicto armado con Chile en diciembre de 1978, nuestro Ejército Nacional -dice- no estaba preparado para este conflicto "...porque desde 1955 en adelante se preparó para combatir con un enemigo interno. La Junta Militar, con su incompetencia, hubiera llevado una acción descabellada." ¿Qué argumentos puede exponer para sostener estas conclusiones? ¿A qué enemigo interno se refiere? ¿Olvida acaso el sacrificio de los Agentes de Inteligencia del Ejército y de la Dirección de Reunión e Inteligencia Exterior (espionaje) del Servicio de Inteligencia del Estado? ¿Olvida acaso que muchos de estos héroes anónimos ofrecieron sus vidas para confirmar las informaciones que el Estado Mayor Conjunto ya poseía, es decir, que en caso de un conflicto con Chile, la relación de Fuerzas Terrestres era de 4:1, la Fuerza Naval 3:1 y la Fuerza Aérea 5:1, evidentemente a nuestro favor? ¿Es posible que este "General" ignorara la condición creada en las zonas de frontera entre Chile, Bolivia y Perú -país que en ese momento poseía las Fuerzas Armadas más poderosas de América Latina-, y que esto obligaría a Chile a disponer de más del 80% de sus efectivos militares (terrestres, navales y aéreos) para contener con éxito una probable infiltración de fuerzas peruanas y bolivianas por el norte?.
Esta situación de conflicto se mantiene desde la Guerra del Pacífico, donde los chilenos se "apropiaron" de territorio peruano y boliviano, haciéndole perder a estos últimos su salida al mar, de incuestionable valor estratégico-comercial. Conflicto que, últimamente, ha cobrado mayor relevancia geopolítica.
Ante estas circunstancias, en diciembre de 1978 eran escasos los efectivos de que dispondría Chile ante una invasión combinada de las Fuerzas Armadas Argentinas y de otros países iberoamericanos.
Cuando habla despectivamente de la preparación del Ejército Argentino ¿olvida que hasta la Fuerza de Tareas enviada por Inglaterra hacia el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, debió recurrir a los chilenos para que les brindasen apoyo logístico en la Guerra de Malvinas, cuando veían que el invierno se acercaba, el conflicto no se resolvía y su flota se encontraba en uno de los peores mares del mundo para época invernal, deteriorándose el material, acosada por nuestra Fuerza Aérea y sorprendida por la eficacia de los argentinos en la utilización del misil Exocet?.
¿Recuerda, al menos, el agradecimiento público realizado por Margaret Teacher al General Augusto Pinochet en ocasión de ser este detenido en Londres? ¿Recuerda que la ex Primer Ministro se refirió a los grandes servicios prestados por los chilenos durante el conflicto de Malvinas, y que sin esta ayuda hubiese sido imposible lograr el control del conflicto?.
Los que recuerdan al entonces Teniente Coronel Balza en el Teatro de Operaciones Malvinas al mando del Grupo de Artillería 3 [1], tienen presente su falta de idoneidad militar en el mando de la unidad bajo condiciones de combate real (existen informes de inteligencia realizados al respecto), lo que provocaba el mal emplazamiento de piezas de artillería sobre el terreno y lentitud al desplazarlas ante la detección electrónica de la inteligencia inglesa. Su cobardía en combate provocó que muchas piezas de artillería se perdiesen, con el cañón clavado en la turba malvinense, por errores de manipulación producidas en el intento de desplazamiento de las mismas.
Este "General" elude mencionar situaciones como esta en su reciente obra, permiténdose criticar la conducción militar y política de una guerra, A 21 AÑOS DE PRODUCIDA, amparándose para ello en el apoyo que le brinda el poder político que, indudablemente representando los intereses de nuestros enemigos, lo elevaron al cargo de Jefe del Estado Mayor General del Ejército.
También elude aclarar que el "destino académico" que menciona en la entrevista del diario La Nación, durante el año 1978/79, fue cumplido revistando como Capitán en la Escuela de Artillería (Área de Seguridad 420) dependiente del Comando de Institutos Militares (Comando de Zona 4), Unidad que tuvo activa participación en la neutralización de la Contraofensiva Estratégica "Comandante Carlos Hobert" lanzada en el año 1979 por la Organización Terrorista Montoneros (actividad que es investigada por el Juzgado Federal Nº 11, Sec. 21, en causa 6859/98, a cargo del Dr. Claudio Bonadío).
El Comando de Institutos Militares, si bien reúne los Unidades Académicas del Ejército, constituye una Gran Unidad de Batalla, y por lo tanto, no se lo puede considerar un "destino académico" como intenta minimizar este "General" para eludir sus responsabilidades.
Repitamos que el Capitán Martín Antonio Balza actuó en ese destino durante los años 1978 y 1979 al Área de Seguridad 420 - Escuela de Artillería, Unidad Militar que efectuaba Operaciones Militares y de Seguridad en cumplimiento del Plan de Operaciones dispuesto por el Comando en Jefe para la Lucha Contra el Terrorismo.
Asimismo, parece no recordar que participó en una "Misión Especial" en Lima -en razón de sus vinculaciones con el Ejército peruano (ya que cursó la Escuela Superior de Guerra en Perú), donde fue designado enlace con el Comandante en Jefe del Ejército peruano, General Lister Prada-. A este fin, participó en el año 1980, junto con elementos operacionales de inteligencia peruanos y argentinos, en la detención de María Inés Raverta ("Teniente Juliana" del Ejército Montonero). Gustavo Molfino identificó a Balza como la persona que estaba sentada al lado de "Juliana" en un vehículo ubicado en las proximidades de la Base Lima de la Organización Terrorista Montoneros, en el barrio Miraflores de la capital peruana.
Esta operación la debe de tener bien presente Roberto Cirilo Perdía ("Comandante Pelado Carlos"), ya que pudo escapar junto con su mujer, su hija y todos los fondos de la organización hacia España (abandonando al resto de sus subordinados en Perú), cuando fue alertado por integrantes de una organización política peruana de un incidente policial en el barrio de Miraflores de Lima, vinculado con un integrante de Montoneros que provenía de la Argentina.
A pesar de estas circunstancias fáciles de comprobar, este "ingenuo General" se llena la boca en un artículo publicado en La Nación del día martes 9 de 2003, titulado "El Ejército de la democracia", repitiendo palabras expresadas (según dice) en 1955 por el Dr.
Arturo Frondizi: "...Las Fuerzas Armadas creadas, sostenidas e integradas por el pueblo argentino para la defensa de la soberanía y de la Constitución Nacional, no deben intervenir en política. [...] En el cumplimiento de la gran misión democrática las Fuerzas Armadas hallarán el sentido de su participación en la vida nacional y así, al garantizar la integridad del territorio y la intangibilidad de sus instituciones de justicia y libertad, fortalecerán las raíces de nuestra independencia, de nuestro modo de vida democrático y de nuestra prosperidad.
Continúa manifestando (ya de su propia cosecha) que "A partir de 1984 el Ejército -en el contexto de las Fuerzas Armadas- atravesaba lo que quizá fuera la peor crisis de su historia. Enfrentaba la secuela de la derrota de Malvinas, el fracaso de la última dictadura militar y las secuelas de la lucha contra la subversión. A pesar de la incomprensión de que en aquel entonces eran objeto, decenas de miles de oficiales y suboficiales de las fuerzas, ajenos a las violaciones de los derechos humanos, no sucumbieron ante el desafío de la historia de recuperar y llegar a merecer, nuevamente, tanto la comprensión como el respeto de la sociedad." Se destaca en este párrafo la inocultable necesidad de este "General" de intentar "despegarse" de lo actuado en la "lucha contra la subversión" tratando de colocarse dentro de las "...decenas de miles de oficiales y suboficiales de las fuerzas, ajenos a las violaciones a los derechos humanos,...", con un cinismo tal, que constituye una afrenta para quienes enfrentaron a las Fuerzas Terroristas y murieron en combate. Y esto porque "olvida" convenientemente que, en el mejor de los casos, durante el Proceso Militar él revistó con la jerarquía de mayor a coronel, es decir, con responsabilidad ineludible en los distintos destinos que tuvo que cumplir.
TODO el personal de oficiales (superiores, jefes y subalternos), suboficiales y aún tropa del Ejército Argentino participó en distintos niveles en actividades vinculadas a la Lucha Contra el Terrorismo desde la entrada en vigencia de los Decretos 261/75, 2770/75, 2771/75 y 2772/75, instrumentos que este "General" no puede decir que ignoraba, como tampoco desconocer la Directiva 1/75 del Consejo de Defensa y las Directivas y Órdenes de Operaciones que posteriormente impartieron los Comandantes en Jefe de las distintas Fuerzas Armadas, los Comandantes de Cuerpos, los 2º Comandantes de Cuerpos y los Comandantes de Brigadas para sus respectivas jurisdicciones. Quiera o no, este "ingenuo General" las conoció en toda su dimensión y alcances y las tuvo que cumplir. No existen constancias administrativas de que este "General" haya cometido algún acto de insubordinación durante el período de la Lucha Contra el Terrorismo; es decir, no existen constancias de que haya siquiera intentado insinuar que las órdenes impartidas por los Comandos Superiores era "inmorales e ilegales" mientras las ejecutaba y cumplía acabadamente, como manifiesta con total soltura a la fecha.
Pueden excluirse de esta actividad (la Lucha Contra el Terrorismo) a las promociones e incorporaciones producidas a partir de 1983, lo cual no quiere decir que no estén de acuerdo con lo actuado al respecto.
Por más que este cobarde "General" quiera excluir su participación en los "hechos acaecidos" e intente soslayar su responsabilidad para evitar el tan temido análisis judicial, no puede eludir convenientemente la acción de la justicia ya que ejerció cargos en distintas Unidades Militares que constituían Áreas de Seguridad dentro del marco estratégico territorial en el que se desarrolló la Lucha Contra el Terrorismo.
Queriendo parecer "democrático y comprensivo", en el mismo artículo habla de la necesidad de "...superar lamentables desencuentros internos y pasiones equívocas; las de algunos que pretendieron imponer soluciones al margen de la ley, el orden y la disciplina.
Pero el Ejército dominó y superó el desafío afirmando, además, que su integración y subordinación al poder civil era un camino sin retorno." Continúa diciendo este genuflexo "General": "Ello no fue fácil y hasta demandó derramamiento de sangre. Y la dolorosa experiencia cerró definitivamente las disensiones internas y, junto con el restablecimiento del principio de autoridad, aseguró la subordinación al orden constitucional, gestando la necesaria cohesión y disciplina para poner en ejecución aquellos cambios imprescindibles. Esos cambios que el tiempo histórico nos demandaba y que a la postre serían considerados los más importantes del siglo XX." En la entrevista de Pablo Mendelevich a que se hizo referencia al comienzo ("Chile hubiera ganado una guerra", La Nación, 14 de diciembre de 2003) cuando es preguntado acerca de cómo maduró su mea culpa de 1995, contestó: "A partir del momento en que fui tomando conocimiento de que las violaciones que todos queríamos rechazar y decir que no habían existido, realmente se habían producido." ¿Puede pensar este "General" que existe persona alguna con un grado de idiotez tan grande para creer en esta manifestación suya? Es de un cinismo que clama al cielo. Es el caradurismo llevado a su máximo exponente. Es querer hacerse el "ingenuo" y hacernos creer que "yo no sabía nada". Es la cobardía en su máxima expresión.
Verdaderamente, Balza representa lo mismo que hoy representa lastimosamente buena parte de nuestro Ejército Nacional. Es no querer ver ni admitir una realidad que tiene ante sus ojos y que en algún momento lo atropellará.
Este pusilánime "General", fiel a su estirpe mediática genuflexa, manifestó en esa misma entrevista, en un acto que pone de relieve tanto su insubordinación como su soberbia sin límites, que no había consultado con el Presidente el contenido de la entrevista televisiva a la que iba a prestarse, ni con ningún otro de sus superiores, fuera Ministro de Defensa o de cualquier otra área. Es decir que ser Jefe del Estado Mayor General del Ejército constituye para este "General" un ente autónomo, sin subordinación a ninguna otra estructura jerárquica que no sea su solo comando. Preguntado por qué se refiere a otra área, este "General" manifestó que horas antes de la emisión del mensaje lo llamó el Ministro del Interior, Carlos Corach y le dijo: "Queremos ver lo que va a decir". Balza manifiesta: "Como yo no quería discutir, le dije `cómo no, cuando lo tenga listo se lo doy'. Hubo un segundo llamado de Corach y le repetí lo mismo. Por supuesto, no se lo mandé nunca." Un rápido análisis de sus palabras nos lleva a leer entre líneas: con la excusa (destinada al periodista y a los lectores) de no querer discutir, disfraza la situación mendaz que, premeditadamente, ha creado para imponer su plan. El uso del "por supuesto" implica su absoluta intención de incumplir el llamado del Ministro.
Preguntado por el cronista si le había informado al Ministro de Defensa, el "General" manifestó: "Me llamó el doctor [Oscar] Camilión, mi superior inmediato. Le dije `Doctor, voy a pasar a verlo antes de ir al canal'. Y pasé aproximadamente 10 menos 10, creo que el programa de Neustadt [donde Balza leyó su mensaje] empezaba a las 10. Le anticipé: `Voy a decir lo que usted me ha escuchado muchas veces, una respuesta sobre el tema de derechos humanos." Ni siquiera le preocupa ocultar su premeditación cuando menciona con total desparpajo la falta de respeto de acudir al llamado del superior inmediato diez minutos antes del programa. ¿O es lo que ahora, en su nuevo rol de funcionario en ciernes del gobierno de turno, nos quiere hacer creer...?.
Cabe acotar que, reglamentariamente, corresponde que cuando una autoridad militar haya de realizar manifestaciones públicas de cualquier índole, y mucho más sobre una cuestión tan álgida como el tema de derechos humanos, debe presentar una copia firmada a su superior inmediato quien deberá otorgar la autorización correspondiente para su difusión. Esto es de carácter reglamentario institucional para toda institución militarizada. Por lo tanto, no es válido el planteo que hace este "General" tratando parecer un autogestor de su mandato como Jefe del Estado Mayor General del Ejército, independiente de la autoridad política constitucional a la que él manifiesta "subordinarse plenamente".
No explica Balza cómo un demócrata que se "subordina" al poder político desafía sin insubordinarse el llamado de su superior al mismo tiempo que los reglamentos de una Institución que dice respetar. ¡Qué ejemplo de respeto por "aquellos valores de la ética sanmartiniana que, desde siempre, han conformado el bagaje moral del Ejército y cuya observancia jamás debió haberse soslayado"! [Sic, La Nación, 9-12-2003]. No podemos resistir la tentación de recomendarle leer un poco alguna biografía del prócer y buena parte de su frondoso anecdotario, para ver si descubre allí qué hubiese hecho San Martín con un subordinado que se hubiera permitido tal conducta.
Cuando en la entrevista del 14-12-2003, Pablo Mendelevich le pidió a este "General" si podía ofrecer una muestra de que la autocrítica que realizó era el sentir del Ejército Nacional y no de su propio pensamiento, manifestó: "En la Navidad del 2001 yo estaba cumpliendo un retiro espiritual en Campo de Mayo. Me llamó por teléfono un coronel retirado de gran prestigio, que falleció recientemente, y me dijo: `Mi general, esté tranquilo, lo que usted predicó ha prendido, porque en las jornadas del 19 y 20 de diciembre el Ejército no fue un actor político'. Me sentí reconfortado. Yo estaba pasando la Navidad en prisión." El cronista debe de haberse sorprendido por la "muestra" ofrecida por Balza de lo que él consideraba que representaba a la totalidad de los efectivos del Ejército. Esto llevó a Mendelevich a preguntarle si podría entenderse, también, que ese cambio de la línea histórica del Ejército no terminó de digerirse plenamente en las filas militares y que si a Balza lo soportaron mientras estuvo, pero que lo veían como un "cuerpo extraño". La soberbia de este "General de la democracia" alcanza los límites de lo inimaginable cuando manifiesta que: "por idiosincrasia militar puedo decirle que no es así, no me soportaron, estuvieron identificados." Su cobarde soberbia está a punto de trascender nuestras fronteras, ya que este "ilustre General de la democracia" ha sido designado Embajador ante Colombia, país que se encuentra sumido en una Guerra Revolucionaria de larga data con Organizaciones Terroristas apéndices del Proyecto Revolucionario Cubano, de la cual este "General" es tan crítico en la aplicación de metodologías no convencionales para su neutralización. En el momento en que soliciten su asesoramiento ¿qué dirá de su experiencia antiterrorista en la Argentina? ¿Podrá hacerles creer que nunca participó en la Lucha Contra el Terrorismo, como pretende hacer creer a nuestros demócratas gobernantes? ¿O su soberbia lo vencerá más allá de su simple cobardía?.
Este "General" ha cumplido fielmente con la "misión impuesta" de lograr la disociación de nuestras Fuerzas Armadas, creando con su mea culpa las condiciones internas para que los principios leninistas puedan ponerse en práctica, reemplazando a nuestras Fuerzas Armadas, de Seguridad y Policiales por Fuerzas Populares. La etapa de este proceso en la Revolución Marxista se encuentra en pleno desarrollo. Se ha destruido la cúpula de las tres Fuerzas Armadas, principalmente nuestro Ejército por su control territorial.
La Fuerza Policial más numerosa del país, la Policía Bonaerense, está sin conducción, desmembrada y desmoralizada. La Policía Federal, con distribución en todo el territorio nacional, ha sido nuevamente descabezada, tomando el control, en todas sus estructuras, elementos afines al poder político y seleccionados por estos. Si cree que esto es paranoia pura, recuerde que dentro de unos días, piqueteros se ocuparán de dar seguridad a la población durante las marchas de los propios compañeros piqueteros.
El control del territorio de una Nación, tanto en el orden político como en el militar, es el principio estratégico primordial establecido por Lenín para el control ideológico de un país. En nuestro país se están consolidando hoy mismo las estructuras internas para lograr este control total; sólo resta esperar la situación que desencadene la ofensiva popular contra la burguesía dominante. Esta es una realidad que se ve todos los días, es un factor que se incentiva a través de la carencia de elementos básicos en la población. Tienen un Ejército Popular asalariado al que llaman "piqueteros". Hoy carecen de unidad de conducción, quizá de entrenamiento militar; pero sí poseen capacidad de movilización y el suficiente poder para "cerrar" una ciudad, controlar sus accesos principales y producir acciones violentas de conjunto. Esa gimnasia revolucionaria está siendo puesta en práctica, junto con secuestros, asaltos a bancos y ejecución de policías, con sustracción de armamento y un aumento generalizado del nivel de delitos, sumiendo a la población en el temor diario de ser el objetivo de una acción delictiva. Una vez más se ha impuesto la Acción Terrorista aplicando sus variadas metodologías de acción.
Que nuestros superiores, en cualquier situación de revista, no se dejen sorprender por las circunstancias. En ellos reside ahora la responsabilidad: en la serenidad del análisis conceptual de la situación, de permitir entrever los cursos de acción que han de establecerse para la ejecución de las medidas de autodefensa indispensables.
Los camaradas muertos, sus familiares y los compañeros de armas que hoy cumplen con el relevo impuesto por el paso del tiempo, exigen que se tomen las decisiones que permitan encarar la defensa de nuestras Instituciones Armadas, en resguardo de nuestras vidas y bienes.
La Patria clama en el silencio de los pacíficos. Esa masa silenciosa y sufriente que puede convertirse en un impulso arrollador que les haga olvidar como indica este "General" "El natural juego de las instituciones de la República y el respeto a la voluntad soberana del pueblo...", que deben constituir el sustento de la autoridad legítima que el Estado debe ejercer, para que la ciudadanía también pueda ejercer con tranquilidad sus derechos, y cumplir con sus obligaciones ciudadanas. Dice este "General" que "De ese marco nace la aceptación que la ciudadanía otorga a sus Fuerzas Armadas. Ellas son sólo servidoras de este mandato a través del ejercicio de una especificidad que las distingue, las compromete y hace a la dignidad con que portan las armas que la Nación le ha confiado para defenderla." Tales premisas básicas expuestas por este "General", aliado de nuestros enemigos, no son hoy aceptadas con suficiente convicción en el sistema elegido. Al contrario de lo que nos quiere hacer creer, no existe el nivel de consenso que ponga de manifiesto que este gobierno surgió de la libre elección del pueblo, sino de las maniobras políticas de un grupúsculo de trasnochados "setentistas", que hoy pretenden continuar "con el proceso [revolucionario] interrumpido el 24 de marzo de 1976" conforme manifestara "espontáneamente" nuestra "primera dama".
Veinte años les llevó arribar al poder político; pero sin controlar las Instituciones Armadas y sin cumplir con la premisa leninista, el camino al control total del poder será lento, plagado de imperfecciones y les insumirá mucho esfuerzo.
La medida del tiempo y el esfuerzo que les insumirá, aún con la asistencia de traidores, reside en la doctrina, el espíritu de cuerpo, y el patriotismo de que se encuentran imbuidos los integrantes de las Instituciones Armadas de la Nación. En ellos reside la responsabilidad delegada de velar con las armas los principios que hacen a la esencia de nuestro sentir, para vivir en libertad, con orgullo y un alto concepto del honor y respeto a quienes lucharon y murieron para que nuestra Patria viva en Libertad.
Porque a pesar de la actividad desarrollada por algunos "Generales" de la catadura moral de Martín Antonio Balza, siempre se les tendrá presente con la contundencia que los hechos históricos demuestran, que lo que intentan acallar e ignorar ya pertenece al acerbo histórico de nuestra Nación, es una verdad histórica que jamás podrán enlodar tergiversando los acontecimientos acaecidos. Es una verdad histórica que muchos guardan aún en su memoria y que por sus implicancias será siempre recordada y manifestada de diferentes maneras. Los aspectos de la Guerra Revolucionaria y la Acción Terrorista desarrollada en nuestro país, las operaciones especiales de inteligencia ejecutadas y las operaciones militares y de seguridad efectuadas en la lucha contra el terrorismo para lograr el total aniquilamiento de las Organizaciones Terroristas, mal que les pese a algún vergonzante militar indigno de su condición, constituye..