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Argentina: La lucha continúa
Viernes 9 de enero de 2004
Advierte que se abstendrá ante una eventual condena contra Cuba en la ONU
Admite el gobierno argentino "un deterioro" en la relación con Washington

Evo Morales felicita a Kirchner, pues AL "no puede seguir siendo el patio trasero de EU"

AFP, DPA Y PL

Buenos Aires, 8 de enero. Argentina va a mantener su actual política hacia Cuba pese a las críticas de Estados Unidos y volverá a abstenerse ante una eventual resolución de condena a la isla en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas de Ginebra, anticipó hoy el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

El gobierno argentino admitió que ha habido un "deterioro" de las relaciones con Estados Unidos, que eran "excelentes" hasta el martes, cuando un funcionario estadunidense atacó la política de Buenos Aires de acercamiento con Cuba, a pocos días de la cumbre de Monterrey, donde se reunirán los presidentes Néstor Kirchner y George W. Bush.

A la par que el secretario de Estado, Colin Powell, expresaba su respaldo al subsecretario para asuntos de América Latina, Roger Noriega, cuyas críticas desataron la reacción argentina, el gobierno de Kirchner reiteró su "malestar" durante una reunión parlamentaria estadunidense encabezada por el titular de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert.

Kirchner recibió a Hastert acompañado por el canciller, Rafael Bielsa, y la asistencia del embajador estadunidense, Lino Gutiérrez. El vicepresidente Daniel Scioli dijo que durante el encuentro se expresó el "malestar por los desafortunados términos" de Noriega, que el martes criticó la política de Argentina hacia Cuba y el "giro a la izquierda" de Argentina.

"En estos momentos el desafío de Argentina no es un problema de izquierda o de derecha; vamos para adelante o para atrás y Argentina está yendo para adelante", puntualizó.

Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, subrayó que desde la llegada del gobierno de Kirchner su país ha estado intentando reconstruir con Estados Unidos una relación madura, seria y distinta a la que se vivía en años precedentes, en alusión a la década de alineamiento automático con Washington, que propició el entonces presidente Carlos Menem (1989-99).

"Argentina ha tenido una posición no solamente en este gobierno, sino en el anterior (de Eduardo Duhalde), y no tiene por qué revisar esta postura porque es parte de la determinación libre de cada país", agregó el funcionario. En este contexto, reiteró que repetirá su actitud en Ginebra, de abstenerse a cualquier condena contra Cuba, como ocurrió en abril de 2003 con Duhalde.

El ministro del Interior, Aníbal Fernández, subrayó que la relación de Argentina con Estados Unidos "era excelente" hasta el martes, cuando Noriega dijo que la política de Buenos Aires hacia Cuba "es motivo de preocupación y decepción" para su país. No obstante, indicó que los dichos de Noriega "no tienen más leña para cortar".

Kirchner y Bush tienen previsto reunirse durante 15 minutos el próximo martes en Monterrey, en la cumbre de presidentes de 34 países del continente. Pero el secretario de Estado, Colin Powell, al defender la posición de Noriega, dijo que espera reunirse el próximo lunes en la cumbre mexicana con el canciller argentino, Rafael Bielsa, para discutir el tema cubano.

Powell dijo que Noriega "habló en forma clara y directa" y que "llamó a las cosas por su nombre", y eso molestó a líderes argentinos.

El líder opositor boliviano y del Movimiento al Socialismo, Evo Morales, felicitó al presidente Kirchner por su rechazo a las críticas de Noriega a su política exterior hacia Cuba. "Después de escuchar la posición del presidente argentino, lo felicito porque Latinoamérica no puede seguir siendo el patio trasero de Estados Unidos", dijo.

El principal asesor de política exterior de Brasil, Marco Aurelio García, calificó de "impertinentes" las críticas de Noriega, y dijo que debía aclarar si hablaba "como subsecretario o como disidente cubano", y que si lo hacía como funcionario sabe que no puede intervenir en la política de otro país, pues Estados Unidos no aceptaría algo así.