Argentina: La lucha continúa
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Apoyo condicionado de los Estados Unidos. Una fuerte pulseada de Néstor
Kirchner que se desarrolla en medio de un abanico de conflictos, avances y
limitaciones.
Todos recordarán que hace pocos días, el
subsecretario para Asuntos Hemisféricos, Roger Noriega, un 'halcón' del
presidente norteamericano George W. Bush, acusó al presidente argentino Néstor
Kirchner de supuesto 'izquierdismo'. Ahora, como un oso que abraza a su
víctima, sostuvo que Kirchner es un 'buen socio' de los Estados Unidos.
Este minué que bailan
funcionarios norteamericanos y argentinos, con requiebros, saludos y contoneos,
puede parecer indescifrable. Pero no tardaron en llegar otros dos mensajes
contradictorios: el Departamento de Estado, a través de John Carragher, volvió
a elogiar la 'buena relación' con Buenos Aires mientras el secretario del
Tesoro, John Snow -hombre de confianza de Bush y del establishment
estadounidense- junto con el subsecretario para Asuntos Internacionales del
Tesoro, John Taylor, presionaron nuevamente, para que la Argentina 'pague la
deuda'. El primero se refirió a los bonistas incluidos los 'fondos buitres' y,
el segundo, defendiendo los intereses del FMI y otros organismos, ya que se
vencen tres millones ochocientos mil dólares por intereses, en marzo próximo.
¿Cómo se entienden estas
aparentes contradicciones? Es que el minué ha pasado muy pronto a la
acostumbrada partida de truco que juegan Kirchner y Bush.. Kirchner con un par
de seis lo corre a Bush que tiene poker de ases en la mano. Pero la grave
situación interna de Bolivia -que vive una situación prerrevolucionaria- y la
guerra civil interna en Colombia, sumados a los conflictos de Washington con
Venezuela y la Guerra de Irak, no le permiten a Bush -en tiempos electorales-
abrir otro frente de conflicto político, esta vez en el Cono Sur. Kirchner lo
sabe y por eso apuesta fuerte.
No ha sido casual que Enrique
Iglesias, titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), elogiara ayer
en la cumbre de Davos el crecimiento económico argentino, vaticinando un 6% de
superávit fiscal.
Abanico de conflictos
De todas maneras, para el
presidente argentino, un abanico de conflictos lo amenazan. El más importante es
el de las barreras aduaneras para productos textiles procedentes del Brasil.
También está la discusión con Uruguay, por los derechos humanos, y con Gran
Bretaña, por las Malvinas.
Pero lo de Uruguay y Gran Bretaña
parecen anecdóticos comparado con el problema con el Brasil, en medio del
despliegue, esta vez en serio, del MERCOSUR. Después de varios años de
recesión, el Brasil de Lula, tras un ajuste fenomenal, logró que el PBI
aumentara un 4%, con lo cual aumentarán las exportaciones hacia la Argentina, uno
de sus principales compradores.
Lo de Brasil se debe, también, a
la corriente de inversiones lograda tanto para el sector público como privado,
en sectores de infraestructura, en la industria y la construcción, además de
las exportaciones, que se calcula, aumentarán un 10% este año, alcanzando la
cifra de 80.000 millones de dólares.
Por su parte, Kirchner debió
limitar la entrada de productos textiles desde Brasil, suspendiendo las
licencias automáticas para importar. Están en juego miles de puestos de trabajo
y la Argentina no está en condiciones de desperdiciar ninguno ya que arrastra
un enorme índice de desempleados y subocupados.
En la reunión del Grupo de los
15, que se realizará a fines de febrero próximo, en Caracas, Kirchner hablará
sobre el diferendo con Lula y en ese momento es probable que ya tenga un
informe del ministro de Economía, Roberto Lavagna, que explicará si existen y
en qué magnitud, daños para la producción nacional textil, como sostienen los
empresarios argentinos.
La Argentina no está en
condiciones de complicar el MERCOSUR y las relaciones con el Brasil son
fundamentales. Se trata de una cuestión de Estado, mucho más que la relación
con Washington. A Bush solo le interesa que paguemos al FMI, al Banco Mundial y
salvo sugerencias, el destino de los bonistas mayoritariamente europeos, le
tienen sin cuidado.
Gran Bretaña y España
La relativa tranquilidad social
interna, le ha permitido a Kirchner, con un importante consenso en la
población, de acuerdo a las recientes elecciones provinciales y las encuestas,
jugar una pulseada con el debilitado gobierno británico de Tony Blair. Tal es
el caso de la suspensión de vuelos de Lan Chile, desde las islas irredentas
hasta nuestro continente ante la negativa de Londres y del gobierno isleño que
se oponen rotundamente a que una aerolínea de bandera argentina una las islas
con la Argentina.
No será menor, tampoco, la
pulseada de Kirchner en su viaje a España. La famosa 'madre patria' se está
comportando muy mal con sus hijos rioplatenses. Por un lado, la burguesía
españolista se ha convertido en un subimperio económico expoliador y
rocambolesco y, por otro lado, maltratan a los inmigrantes argentinos que se
desplazaron a Europa en medio del colapso nacional producido tras los gobiernos
de Carlos Menem y Fernando de la Rúa. Vale la pena recordar que la Argentina
abrió sus puertas generosamente a los inmigrantes españoles a fines del siglo
XIX y comienzos del XX, incluso después de 1939, cuando el franquismo se
apoderó del gobierno al concluir la guerra civil con el triunfo y consolidación
del fascismo en la Península ibérica.
España sufría hambre.
Recientemente, Raanan Rein en su obra 'Entre el abismo y la salvación. El pacto
Franco-Perón' (Lumiere, 2003) relata con detalle el apoyo argentino con granos
y productos alimenticios a la Península. No fue el único país que ayudó
solidariamente la Argentina. Perón, muchos lo olvidan, envió también alimentos
al recientemente creado Estado de Israel y por eso, Golda Meir, viajó a
comienzos de los años cincuenta y se abrazó con Eva Perón.
En Madrid, Kirchner deberá
enfrentar la petulancia de José María Aznar, un engreído funcionario de los
intereses creados. También chocará con las privatizadas, empresas
concesionarias que manejan nuestros servicios públicos, y con no pocos abogados
de los 'fondos buitres'. Pero Kirchner va muy robustecido, mucho más que cuando
viajó a mitad del 2003 y tuvo que poner en caja a algunos altaneros y
verborrágicos empresarios hispanos.