6 de agosto del 2002
El SIDA, África y la visión selectiva
Niños invisibles
Zeynep Toufe
Counterpunch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
En un artículo del 11 de julio, el semanario británico The
Economist enumera las últimas lúgubres estadísticas del
SIDA, señalando enfáticamente que las 9.000 personas que mueren
cada día de SIDA representan tres veces el número matado en los
ataques del World Trade Center. "Si todos los hombres son creados iguales, todas
las muertes evitables debieran ser consideradas igualmente tristes," dice el
editorial, agregando que "la decencia común sugiere que el mundo rico
debiera hacer todo lo que pueda por ayudar." El editorial concluye en tono alarmante:
"Los cínicos en Occidente podrán dar por perdida a África.
¿Van a dar por perdidas también a China, India, Indonesia y Rusia?"
¿Traducción?
Los africanos son pobres y negros. Así que nosotros (The Economist)
nos damos cuenta, querido lector, de que usted no ve un estímulo para
su codicia de beneficios en su visión de que ellos son sus prójimos.
Sin embargo, considere que el fuego que ha abrasado ese continente se está
extendiendo y que ahora amenaza sitios poblados por personas que son suficientemente
prósperas –poco, pero a pesar de todo por sobre el umbral- para que cuenten
como potenciales consumidoras y suficientemente pálidas –poco, pero a
pesar de todo por sobre el umbral- para despertar su consideración.
Dos acciones atrevidas en un mundo con un corazón congelado: la audaz
afirmación que toda vida debe ser valorizada igualmente y el reconocimiento
implícito de que no es el caso.
The Economist reaccionaba ante la Conferencia del SIDA en Barcelona,
realizada en julio de 2002, que presenció protestas que apuntaban tanto
al gobierno de EE.UU. como a la "Gran Farma". La influencia sustancial que tienen
los profundos bolsillos de la Gran Farma, un temor de sentar el precedente que
los derechos humanos podrían triunfar por sobre los derechos de la propiedad
intelectual privada, y la cruel indiferencia ante la pobre vida, especialmente
si es africana, se han combinado para llevar a las administraciones de Clinton
y Bush a tratar de bloquear todo esfuerzo razonable de los países pobres
por obtener medicamentos genéricos.
El desprecio internacional por la política de EE.UU. ha crecido tanto
que no sólo el Secretario de Salud Thompson fue abucheado por los manifestantes,
sino que la audiencia saludó a los manifestantes con una ovación
de pie –algo que es tanto más notable si se considera que los que participaban
en la sesión no eran personas de los barrios marginados de Soweto, o
campesinos brasileños sin tierras, sino sobre todo funcionarios gubernamentales
y representantes de la elite. Mientras miles de funcionarios de gobiernos y
ONGs, científicos y activistas, acudían a Barcelona, CNN informó
sobre una importante ausencia: "Zackie Achmat, de la Campaña de Acción
para el Tratamiento de Suráfrica, estaba demasiado enfermo para asistir
a la conferencia, pero, en una comunicación grabada en vídeo,
dijo que a pesar de las bajas de precio las drogas que han reducido drásticamente
las muertes por el SIDA en los países ricos son todavía demasiado
caras para la gente en los países en desarrollo."
CNN no mencionó el hecho de que Achmat está demasiado enfermo
para viajar porque, al poner en juego su vida por sus opiniones, Achmat con
VIH positivo, se niega a tomar medicinas anti-retrovíricas hasta que
estén a la disposición de todos los pacientes surafricanos de
VIH/SIDA a través del sistema de salud pública.
No es difícil ponerse en contacto con Achmat –averigüé su
número de teléfono en unos 10 minutos. Aunque sabía que
más valía no interrogarle sobre su sacrificio o preguntarle demasiado
sobre su salud –me respondería señalando simplemente que estaba
reproduciendo la experiencia de millones de personas pobres, en su mayoría
negras o de color en su continente –se lo pregunté a pesar de todo, y
me dijo exactamente eso. Lo más personal de sus declaraciones fue que
había sido una decisión de conciencia y que sigue sintiéndose
reconfortado por ella.
En la versión cinematográfica de la novela de John Grisham, "Tiempo
de matar," un joven abogado blanco del sureste de Estados Unidos, Jake Brigance,
defiende a un hombre negro, Carl Lee, que asesinó a dos blancos que violaron
a su hija y la abandonaron pensando que estaba muerta. Carl Lee rechaza al célebre
abogado de la NAACP, prefiriendo a Jake. Explica que lo que necesita es un abogado
blanco si quiere hacer contacto con el jurado: "Vea Jake, usted piensa como
ellos. Es por eso que lo escogí... Cuando usted me mira, no ve a un hombre,
ve a un hombre negro." En su argumentación final, un inspirado Jake pide
a los miembros del jurado que cierren los ojos y que imaginen a una niñita,
violada, golpeada, mutilada y abandonada por muerta. El jurado se emociona visiblemente,
algunos lloran abiertamente. Entonces, muy deliberadamente, Jake les pide que
se imaginen que la niña es blanca.
Los ojos se abren desmesuradamente, por el sobresalto causado por la conciencia
de que, aunque pensaban que habían llegado al límite del horror
que son capaces de sentir, en realidad, lo habían reprimido. Las personas
en el jurado, así como las presentes en la sala del tribunal, llegan
a comprender dolorosamente que aún les quedaba una reserva extra de horror
para una pequeña niña blanca.
Sí, es ficción. Pero Jahi Turner y Alexis Patterson no lo son.
Alexis, de 7 años, desapareció el 3 de mayo y Jahi, de dos años,
el 25 de marzo de este año. Hasta hoy, Alexis ha sido mencionada sólo
seis veces fuera del Milwaukee Journal Sentinel y fueron todas referencias
después del 19 de junio, cuando el secuestro de Elizabeth Smart en Utah
llegó a los titulares en todo el país. Una de las menciones es
en un periódico en Singapur y cinco de las seis son más sobre
las disparidades en la cobertura entre Elizabeth y Alexis – todavía surte
efecto como un niño negro en lugar de un niño desaparecido. (¡Vaya!
¿Se me olvidó decir que tanto Alexis como Jahi son negras? Y a menos
que usted nunca mire televisión o lea un periódico usted ya sabe
cómo se ve Elizabeth.) De la misma manera, Jahi, que desapareció
de un campo de juego en San Diego apenas llega a las noticias nacionales, mereciendo
sólo unas pocas referencias fuera de los periódicos de California.
La disparidad en los recursos es especialmente clara si se lanza sólo
una mirada superficial a las páginas en la red dedicadas a casos igualmente
trágicos, igualmente desgarradores. La página de Elizabeth da
dos números gratuitos de asistencia directa para dar informaciones, un
número gratuito de información, un número gratuito de fax,
un número gratuito para el centro de búsqueda, y otro número
libre para las informaciones. La página de Alexis, patrocinada por un
servidor gratuito con un anuncio pop-up, solicita que se llame al departamento
de policía de Milwaukee, mientras que la página de Jahi lleva
al Departamento de Policía de San Diego. Sólo la familia de Elizabeth
ha logrado juntar los recursos para ofrecer una recompensa –250.000 dólares.
La página de Alexis no menciona una recompensa, y la única oferta
en la página de Jahi es un gesto hacia la tragedia común con un
enlace prominente a la página de Elizabeth.
En su declaración a la Conferencia de Barcelona, Zackie Achmat dijo claramente
en blanco y negro: "Sólo porque somos pobres, sólo porque somos
negros, sólo porque vivimos lejos de ustedes, no significa que nuestras
vidas deban valer menos." Llamó una vez más, como lo han estado
haciendo los activistas durante años, a que las compañías
farmacéuticas y los gobiernos ricos dejen de impedir que los países
pobres produzcan medicamentos baratos. El mundo rico no sólo ha sido
miserable y cruel, contemplando como se desarrolla la tragedia; hemos estado
bloqueando los esfuerzos de los gobiernos de esos países pobres y de
los movimientos populares por aliviar la situación. El editorial en The
Economist apela a los países pobres a que emulen a Brasil, "que ha
hecho buen uso del hecho de que las drogas contra el SIDA ahora pueden ser compradas
bastante barato fuera del mundo rico, gracias a una interpretación liberal
de los tratados internacionales sobre la ley de patentes (y también a
la conducta decente de muchas compañías farmacéuticas)."
Esa "conducta decente" o, para ser más exactos, una conducta que es un
poco menos atroz que la normal de la Gran Farma, vino sólo después
de una sostenida y a veces militante campaña de activistas en todo el
mundo –y recién el año pasado EE.UU. renunció a su queja
ante la OMC contra la insistencia de Brasil de producir sus propias drogas baratas
para combatir el SIDA, y la Gran Farma renunció a su juicio contra la
importación de medicamentos genéricos en Suráfrica. Esos
juicios y amenazas contribuyeron significativamente a demorar la accesibilidad
a las drogas para el SIDA –lo que significa más muertes, más huérfanos,
y, a propósito llevan a Zackie más cerca de la muerte.
En un ejemplo impactante de atención selectiva de los medios, el servicio
de archivos del Dow Jones, que incluye a cincuenta de los principales periódicos
de EE.UU., a numerosas de las principales publicaciones noticiosas, así
como a las agencias de noticias, presenta 84 aciertos en julio para la palabra"Toumai"
–el nombre que se otorgó al cráneo fósil humanoide que
fue encontrado recientemente en East Rift Valley, en Chad. Si se introduce "Angola"
y "hambre," las palabras clave para otra historia de África que también
ocurrió en julio: hay 57 aciertos. Hubo 27 artículos más
en los periódicos sobre una calavera que sobre la desnutrición
y el hambre generalizados tan graves que Médicos sin Fronteras los describió
como la peor crisis africana de la década pasada.
Toumai significa esperanza de vida en el lenguaje goran, una esperanza que se
desvanece para millones de niños en muchos sitios en todo el mundo. Apenas
se aferran a una precaria existencia mientras el mundo rico parece insistir
tenazmente en una ceguera selectiva y una compasión selectiva.
1 de agosto de 2002
Zeynep Toufe es estudiante de doctorado en Austin, Texas. Su correo es: zeynep@tao.ca