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MOVILIZACION DEL EJERCITO Y POSIBLE CONVOCATORIA A RESERVISTAS
Cuenta regresiva para la aplanadora Israel ordenó anoche la convocatoria
parcial a reservistas en medio de signos de que estaba preparándose una
respuesta muy fuerte contra la última ola de atentados palestinos. Tanques
y carros blindados ya empezaron a desplazarse hacia las ciudades palestinas
autónomas.
Un soldado israelí en uno de los tanques que fueron movilizados hacia
Ramalá y Nablus.
Puede ser el comienzo de algo fuerte. Después de un atentado que mató
a 21 israelíes en una cena de la Pascua judía el miércoles
y de un ataque que mató a cuatro colonos judíos en Cisjordania
ayer, en toda Israel se multiplicaban los signos de una represalia inminente
de una escala de magnitud mayor a lo que se ha visto antes. La radio israelí
dijo que el gobierno ordenó la movilización parcial del ejército
y los reservistas, y que unidades fuertemente armadas se dirigían hacia
las ciudades palestinas autónomas; otras versiones dijeron que 13 tanques,
13 blindados, tres camiones y dos ómnibus repletos de soldados israelíes
fueron vistos dirigiéndose a una base militar israelí cerca de
la capital palestina de Ramalá en Cisjordania, y que el ejército
ha pedido al Ejecutivo la movilización de reservistas. En dos signos
de alarma, el complejo de edificios que alberga el cuartel general del líder
palestino Yasser Arafat en Ramalá fue completamente evacuado, y Arafat
proclamó ayer que aceptaba todos los términos del cese del fuego
planteados por los planes de los norteamericanos George Tenet y George Mitchell.
Pero Israel negó toda credibilidad a este cambio de postura: "Esto
no cambia nada, ya lo hizo 50 veces", dijo el vicecanciller Michael Melchior.
De acuerdo con trascendidos, la muerte de 24 israelíes en menos de 24
horas ha llevado al ejército a proponer al gobierno del primer ministro,
Ariel Sharon, una ofensiva a gran escala que podría comenzar en las próximas
horas y se llevaría a cabo progresivamente, como un "rodillo".
El ejército israelí ha cancelado todos los permisos y se preparaba
para pedir anoche al Ejecutivo la autorización para un alistamiento parcial
de fuerzas de la reserva, según informaron medios locales. "La situación
es irreversible", dijo el jefe del Estado Mayor, Shaul Mofaz, a la radio
pública, mientras fuentes políticas calificaban el atentado de
ayer de "punto de no retorno" en el comportamiento de Israel hacia
la Autoridad Palestina. Desde el atentado de Netanya, el ejército israelí
ha reforzado el cerco alrededor de todas las ciudades palestinas, con especial
intensidad en Ramalá –capital administrativa de Cisjordania y donde se
halla Yasser Arafat– y Nablus, feudo de los integristas islámicos. Fuentes
palestinas dijeron que Ramalá ya estaba rodeada por 150 tanques, lo que
no pudo confirmarse de fuente independiente. Los observadores no sabían
decir si se tratará de una invasión de todas las zonas palestinas
a un mismo tiempo, pero aseguran que lo que el gobierno debatió anoche
no será "por unas horas o días" sino por más
tiempo, para lo cual es necesario alistar a la reserva.
Los "preparativos de guerra" por parte del ejército, que ya
han sido expuestos ante el ministro de Defensa, Benjamin ben Eliezer, encuentran
al gobierno de Sharon en un creciente endurecimiento con respecto a qué
hacer con Arafat y su Autoridad Palestina. Uzi Landau, ministro de Seguridad
Interior, calificó el atentado de Netanya como "crimen de guerra"
y llamó a "destruir a la Autoridad Palestina". Danny Naveh,
ministro sin cartera, se pronunció en los mismos términos. La
ministra de Educación, Limor Livnat, pidió la captura de Arafat
"para llevarlo a juicio en Jerusalén", mientras que otros ministros
ultranacionalistas, entre ellos el ortodoxo del Shas, Eli Yishai, piden directamente
la muerte de Arafat y el desmantelamiento de la AP. "El atentado de ayer
es una declaración de guerra", dijeron en ese sentido fuentes políticas
que pidieron el anonimato. "Ha concluido la política de contención,
estamos a la espera de una operación extensa y prolongada en la que participarán
numerosas fuerzas blindadas", aseguraron fuentes militares.
En el otro lado del espectro político se encuentran los laboristas, o
más precisamente el canciller Shimon Peres, con posturas más moderadas,
aunque también a favor de una represalia contundente, pero prudente en
sus consecuencias. Emmanuel Nachson, portavoz de la Cancillería, declaró:
"Se ha cruzado una línea roja para siempre, pues incluso en los
últimos 18 meses la Autoridad Palestina había mantenido un doble
lenguaje y podía tenerse la esperanza de que optaría por la paz
y no por la guerra. Ahora,las máscaras cayeron y vemos a la verdadera
Autoridad Palestina. Vamos a replicar pues tenemos un deber hacia nuestra población
y un deber de legítima defensa, al cual, como gobierno, no podemos renunciar".
Los tambores de guerra en Israel coincidieron con el cierre de la cumbre árabe
de Beirut que aprobó la iniciativa saudita de paz y respaldó a
Irak contra todo ataque militar norteamericano. Nachson dijo que el plan de
paz saudita era "inaceptable" en su forma actual porque llevaría
a la destrucción del Estado judío: "No podemos aceptar el
derecho de regreso de los refugiados palestinos –sintetizó el vocero–
porque ello conduciría a la formación de dos Estados palestinos".