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MAS NEGOCIACIONES Y MAS MUERTOS EN MEDIO ORIENTE
En busca de la tregua perdida En medio de la polémica sobre si Israel
permite o no asistir a Arafat a la cumbre de la Liga Arabe, ayer murieron 11
personas mientras las conversaciones seguían estancadas.
Miembros del movimiento pacifista Paz Ahora manifestaron ayer frente a la residencia
de Ariel Sharon.
Otro día sin tregua concluyó ayer en Medio Oriente. De nada sirvieron
los esfuerzos del enviado norteamericano Anthony Zinni para que israelíes
y palestinos pactaran el alto el fuego. Sin embargo, continuaron las presiones
para que el líder palestino Yasser Arafat concurra a la cumbre de la
Liga Arabe este miércoles en Beirut. El primer ministro israelí
Ariel Sharon anunciaría hoy si permitirá que lo haga. En el terreno,
ayer hubo un brote de violencia que terminó con la vida de 11 personas.
Entre otros hechos, palestinos armados de la Brigada de Mártires de Al
Aqsa mataron a una maestra israelí de un tiro en la cabeza durante una
emboscada a un autobús cerca de un asentamiento judío en el norte
de Cisjordania.
Con la mediación del general retirado Zinni se realizó ayer otra
reunión de la alta comisión israelo–palestina de seguridad sin
que se resolviera el cese de fuego. "Terminó sin resultados, aunque
los representantes estadounidenses presentaron toda una serie de propuestas
de compromiso", dijo un responsable del Ministerio de Defensa. El encuentro
era decisivo para definir la participación de Arafat en la cumbre de
la Liga Arabe que se realizará el miércoles y jueves en Beirut.
Según el ministro palestino de Cooperación Internacional, Nabil
Chaath, la situación de Arafat "podría cambiar de aquí
al martes por la presión internacional". Asimismo aseguró
que Arafat "está esperando garantías para su retorno".
Entre otras cosas, los funcionarios palestinos se oponen a la demanda israelí
del arresto de militantes palestinos sospechosos de ataques contra Israel previo
al acuerdo de tregua. El jefe de Seguridad Preventiva de la franja de Gaza,
Mohammed Dahlán, dijo que Arafat estaba dispuesto a no acudir "si
este asunto (el viaje) va a ser como una espada sobre el cuello de los negociadores
palestinos para que acepten las condiciones de seguridad israelíes".
Por su parte, el gobierno israelí volvió a sostener ayer que Arafat
sólo podrá asistir a la cumbre si aplica un alto el fuego –que
establece medidas para poner fin a la violencia–, y que sólo podrá
regresar a los territorios si evita dar un discurso violento contra Israel en
el encuentro. Tanto el gobierno de Bush como la Unión Europea reclaman
a Israel que permita que el líder palestino participe del evento en el
que se tratará la iniciativa de paz saudita para revivir el proceso de
paz en Medio Oriente. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell,
aseguró ayer que podría realizarse una reunión entre el
vicepresidente estadounidense Dick Cheney y el líder palestino Yasser
Arafat con posterioridad a la cumbre árabe. "Lo importante es que
el presidente Arafat sepa que queremos comprometernos con él, para llevar
el proceso hacia adelante", aseguró Powell. Cheney rechazó
una reunión con el líder palestino la semana pasada cuando se
encontraba de visita en la región, con el argumento de que Arafat no
había hecho lo suficiente para terminar con los ataques contra Israel.
Los hechos de violencia continuaron ayer. Dos israelíes murieron ayer
víctimas de los disparos que palestinos armados realizaron en Cisjordania.
Una maestra que viajaba en un autobús al norte de Ramalá fue muerta
en un ataque reivindicado por las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, el
grupo armado relacionado con el movimiento Al Fatah de Arafat. Un policía
palestino murió por los disparos del ejército israelí en
incursiones efectuadas tras el ataque contra el vehículo. Soldados israelíes
mataron a tres palestinos cerca de la colonia de Netzer Hazani, en el sur de
la franja de Gaza, donde murió otro palestino. Además, cuatro
militantes fueron abatidos por soldados israelíes cerca de Tiberíades
luego de que atravesaran las fronteras de Jordania.
En tanto, el New York Times publicó ayer que funcionarios de Arafat y
el gobierno de Irán podrían haber creado una alianza para el envío
de armas y dinero para apoyas acciones contra Israel. Este acuerdo habría
ocurrido en Moscú en mayo pasado, y la captura israelí, en enero,
delbarco "Karine–A", con armas supuestamente provenientes de Irán
para la Autoridad Palestina, lo probaría.