La UE está adaptando su posición política para Oriente Medio a las exigencias de su "aliado principal", los Estados Unidos. En principio, los europeos han aceptado establecer la misma frontera que Washington entre organizaciones terroristas y aquellas otras cuya actuación está respaldada por un estado como dios manda. Y, desde luego, no se puede incluir en este último capítulo a la Autoridad Palestina, no hay más que ver a su presidente Arafat confinado en Ramala y a las fuerzas armadas de Israel ocupando de nuevo todo el territorio palestino.
Cuestión de copyright
De modo que Hamás es indudablemente un grupo terrorista, y no lo es el ejército de Israel aunque su violencia multiplique por diez las víctimas civiles directas, y por mil las indirectas, causadas por la organización palestina. El terrorismo es, según parece, una cuestión de copyright de las organizaciones y, sobre todo, de las armas que utilizan. Los misiles y obuses del ejército de Israel -proporcionados por los Estados Unidos y su emblemática industria de armamentos- tienen una correctísima forma de matar que nadie puede calificar de terrorismo.
La muerte de civiles es mucho más tolerable si la realizan poderosos carros de combate, aviones de alta tecnología o helicópteros con misiles, que si es causada por una bomba humana armada y detonada, sobre si mismo, por un joven palestino.
Causa pavor que en momentos como los de ahora, con los pueblos palestinos en llamas, cañoneados y dinamitados, la Unión Europea haya amenazado con colocar a Al Fatah en su relación de organizaciones terroristas "si llega a responsabilizarse de las acciones llevadas a término contra la población civil israelí por la Brigada de los Mártires de Al Aqsa". Así lo afirmó el emisario europeo, Miguel Ángel Moratinos, en una conferencia en la Universidad Hebrea de Jerusalen. La conferencia del negociador palestino Saeb Erekat, que iba a formar parte del mismo ciclo, fue suspendida ante las amenazas lanzadas por el Movimiento Kach, organización judía de extrema derecha. Ocurre que en el gobierno de Sharon está incluido el Moledet, frente electoral e institucional con el mismo origen que ese movimiento Kach y que, como él, pretende la expulsión de los árabes israelitas y de los palestinos del actual territorio del estado de Israel y de los territorios ocupados. A la vista de la política estrictamente militar del gobierno israelí y de su apoyo empecinado a los asentamientos de colonos, es lógico deducir que ése es también el objetivo encubierto del propio Sharon. Hablamos de la deportación masiva de varios millones de personas, arreadas a la fuerza por el ejército de Israel o empujadas a un exilio "voluntario" por una política de bombardeos nocturnos, allanamientos continuos, detenciones masivas, destrucción de viviendas y campos de cultivo, bloqueo de poblaciones, cañoneo de hacinamientos humanos, toques de queda y asesinatos selectivos. En las últimas semanas a esta presión inaguantable hay que añadir una ocupación militar casi continua de las zonas autónomas y la realización de miles de detenciones.
Pese a esas evidencias sobre la existencia de un proyecto de terrorismo global de esa magnitud en el seno del gabinete de Sharon, y a que su actuación militar se mueve ostensiblemente en esa misma estrategia de expulsión, nada dijo Moratinos sobre la razonable posibilidad de incluir al gobierno de Israel en esa lista de organizaciones terroristas. La presión sobre el aliado regional de los Estados Unidos no puede llegar a esos extremos de osadía. Y es que la UE ha dado un enorme paso atrás en su visión del problema palestino. Situación colonial, feroz guerra colonial
Israel ha creado, deliberadamente, una situación colonial en los territorios ocupados. Los asentamientos son la expresión más clara de un proyecto de colonización que exige el desplazamiento o la expulsión de los palestinos. En la larga historia de la ocupación nunca fueron reducidos ni bloqueados los asentamientos, tampoco después de los acuerdos de Oslo. El propio Sharon le ha expresado al presidente francés Jacques Chirac, su identificación del conflicto con los palestinos con el que tuvieron los franceses en Argelia durante la guerra de independencia de este país. "La única diferencia, señaló el primer ministro de Israel, es que mi país no se retirará de los territorios".
La ocupación ha sido siempre, y lo es en mayor medida hoy en día, el principal problema de la violencia en Palestina. Pero no nos engañemos, la ocupación también es el objetivo, al parecer irrenunciable, de los sucesivos gobiernos israelíes.
La conflicto de Israel contra los palestinos tiene un evidente origen colonial -la ocupación- y se expresa, como no podía ser menos, como una típica guerra colonial de ferocidad ilimitada. En estas guerras la represión sistemática y la matanza ocupan un lugar muy importante. La paz, para la potencia colonial, sólo se deriva de la aceptación resignada de la ocupación. Cuando esto no ocurre toda la población civil se convierte en enemiga y, por lo tanto, en objeto de la represión. Eso explica la brutal e inhumana lógica del castigo colectivo que aplica el ejército de Irsael: arrasamiento de viviendas familiares de los "terroristas", bombardeos de lo pueblos de los que son residentes, arrasamiento de los cultivos. Una lógica de este tipo deriva irremisiblemente hacia la absoluta discrecionalidad en las acciones militares de castigo: los palestinos son enemigos por el hecho de serlo, son por lo tanto objeto de cualquier operación de "represalia".
El gobierno de Israel organiza diariamente atentados masivos contra la población civil palestina bombardeando, desde aviones, helicópteros y carros de combate, los barrios de sus ciudades y los campos de refugiados. A todo esto el "mundo civilizado", que parte de la "normalidad" de la situación colonial, que acepta con la naturalidad de lo cotidiano la ocupación de los territorios palestinos, lo denomina represalias que, como tales, son una respuesta a acciones terroristas.
En estos últimos días hemos podido ver imágenes de violencia silenciosa muy claras sobre la naturaleza de la lucha en Gaza y Cisjordania. Miles de palestinos detenidos y marcados por el ejército de ocupación.
Miles de enemigos. Son los terroristas de Moratinos y la Unión Europea. Todo un pueblo.