Gara
El Ejército israelí continuó ayer incrementando el número de ataques e intensidad de las operaciones de castigo colectivo efectuadas tras la emboscada tendida el martes por un comando palestino contra una unidad israelí en el control militar de Ein Arik, en el que fallecieron seis soldados. El comandante del Ejército en Cisjordania, el general Gershon Itzaak, ordenó el cierre de controles militares situados en Ramala, Nablús, Kalkilia, Tulkarem y Jenin.
Al menos dieciséis palestinos, trece de ellos agentes de los diferentes cuerpos de seguridad, murieron como consecuencia de los ataques, efectuados con cazabombarderos, helicópteros, buques de guerra, tanques y efectivos de tierra.
Cuatro miembros del cuerpo de escoltas Fuerza 17 fallecieron al ser bombardeado el complejo presidencial Ansar-2 en la ciudad de Gaza, siete agentes de Policía como consecuencia del impacto de dos obuses de tanque en las afueras de Nablús y otros dos en un tiroteo ocurrido en el cercano campo de refugiados de Balata. Dos palestinos que, según Tel Aviv, inten- taban colocar una bomba fueron muertos tras una persecución realizada con el apoyo de tanques y helicópteros. Fueron descubiertos cerca de la colonia de Morag, por lo que huyeron en un vehículo, logrando llegar hasta el campo de refugiados de Deir el Balaj, situado en zona bajo el teórico control exclusivo de la ANP, donde fueron interceptados. Varias personas más resultaron heridas durante la persecución. Otros dos palestinos, un policía y un cocinero, fallecieron en Ramala como consecuencia de un tiroteo y del impacto de un misil, respectivamente.
Helicópteros de combate lanzaron además un misil contra un contenedor situado dentro del Mukata, el complejo del gobernador de Ramala en el que se halla confinado el presidente Arafat. Aparentemente, esta operación tuvo un valor más simbólico que práctico, pues el contenedor estaba vacío y a suficiente distancia de las oficinas en las que se encontraba Arafat en esos momentos.
A media tarde, los cazas F-16 y los helicópteros Apache volvieron a realizar nuevas operaciones de castigo contra dependencias de la ANP en Rafah y Jenin y lanzaron una segunda andanada contra el complejo presidencial de Gaza.
«El ocupante más cruel»
En pleno bombardeo israelí, la Dirección Palestina, integrada por la ANP y por el Comité Ejecutivo de la OLP, advirtió anoche de que el pueblo palestino seguirá «luchando contra el ocupante más cruel de la historia de la Humanidad y no se pondrá de rodillas ante la arrogancia israelí, ni ante sus aviones de combate ni sus tanques».
Asimismo, la Dirección defendió el derecho palestino «a proteger a su tierra, su existencia y los lugares santos cristianos y musulmanes», un derecho «apoyado por el derecho internacional y por sus tratados, leyes y resoluciones».


Védrine: «Los palestinos ya no tienen nada que perder»
El ministro francés de Exteriores, Hubert Védrine, advirtió ayer de que «la vía puramente represiva sólo puede llevar a un agravamiento permanente» en el conflicto y abogó por devolver «un contenido al aspecto político. Se trata de intentar salir de la trampa, de esta situación espantosa que se agrava a diario, en la que los israelíes viven en la inseguridad y angustia permanente y los palestinos en condiciones literalmente abominables, que hacen que ya no tengan nada que perder y estén dispuestos a todo», afirmó.
Ajeno a las reflexiones del ministro francés, el general de brigada Gershon Itzaak ordenó el cierre de varios controles militares situados en Ramala, Nablús, Kalkilia, Tulkarem y Jenin. El control más transitado de Cisjordania, situado junto al campo de refugiados de Kalandia, a mitad de camino entre Jerusalén y Ramala, amaneció completamente cerrado, por ejemplo. Las decenas de miles de ciudadanos palestinos que lo cruzan a diario se vieron obligados a apearse de los vehículos y a caminar durante cientos de metros por un descampado hasta poder subirse en automóviles situados al otro lado.
El ataque de Ein Arik ha provocado un cambio del sistema de controles. Se reducen los estáticos, cuya eficacia es limitada y tienden a desesperar a los conductores, que han de esperar durante horas, pero se harán más controles súbitos en rutas usadas para realizar operaciones armadas. La supresión de los estáticos tiene el objetivo de reducir la vulnerabilidad de los soldados.


Cientos de colonos piden a Sharon expulsar a todos los árabes
Cientos de colonos se manifestaron ayer por la tarde ante las oficinas de Sharon en Jerusalén para presionar al Gobierno para que «declare la guerra a la ANP», expulse a Arafat y para reclamar el «traslado de los ára- bes» que viven en Cisjordania y Gaza, es decir, su expulsión de los territorios.
El primer ministro dijo que no quiere «llevar el país a una nueva guerra» después de reunirse con el gabinete de seguridad, con cuyos miembros acordó un nuevo plan para combatir las acciones palestinas. La aplicación de este nuevo plan conllevará operaciones todavía más mortíferas, según el portavoz del Gobierno, Raanan Guisin. «Pueden ser tomadas como un pequeño ejemplo del tipo de operaciones que se van a realizar para acabar con el terrorismo», indicó Guisin.
Ajmed Abdel Rajman le respondió que «la resistencia continuará hasta que se termine la ocupación».