Robert Mugabe, el monstruo que castiga a los blancos en un mundo que asesina a los negros
Klassekampen. Noruega
El hombre más malvado del mundo después de Saddam Hussein y Osama Bin Laden. Estamos hablando de Robert Mugabe, el presidente de Zimbabwe. Al menos esa es la visión que nos muestra la casi totalidad de la prensa mundial.
El lunes pasado Mugabe insistía en que 2900 blancos dueños de tierras en Zimbabwe deben abandonarlas, al mismo tiempo que decía serían repartidas entre pequeños agricultores sin tierra. En realidad, muchas de las tierras confiscadas han pasado a manos de oficiales y colegas de su partido. Doce agricultores blancos han sido asesinados y muchos otros atacados a golpes, al mismo tiempo que Mugabe ganaba en marzo unas elecciones viciadas con corrupción y amenazas contra sus adversarios políticos.
Según el diario inglés Daily Telegraph, los ataques a los blancos son la causa principal de la hambruna por la que atravieza Zimbadwe. El mismo diario afirma que Mugabe utiliza la ayuda humanitaria como arma política. Así pues, como candidato al puesto del "tercer hombre más malvado del planeta" Mugabe reúne todas las condiciones. El cultivo de tabaco
No hay ninguna duda sobre la brutalidad y racismo en las practicas de Mugabe, o que sus políticas pauperizan aún más al pueblo de Zimbadwe, pero pretender afirmar que la confiscación de tierras a los blancos es la principal causa de la catástrofe alimenticia, es pura fantasía. Esto, a pesar de que los blancos poseen las dos terceras partes de la mejor tierra, la cual es cultivada con tabaco en lugar alimentos.
El 70 % de la producción de maíz, el producto básico más importante del país, es cultivado por los pequeños granjeros los cuales aprovechan lo mejor que pueden la desgastada y menos productiva tierra que los blancos han dejado.
La confiscación de las tierras en poder de los blancos es tanto brutal como ilegal, pero es sólo una pequeña muestra de la tragedia que se vive a diario en todo el mundo. Cada año decenas de millones de personas son desplazadas y desterradas de sus parcelas, poniendo en grave riesgo la seguridad alimentaria. Cuando los "negros" pierden sus tierras
Para muestra, una de tantas tragedias en África, hace diez años: Canadá patrocinó un proyecto para que las planicies de Basuto en Tanzania se sembraran con cultivos no tradicionales de la región. En Tanzania sólo los ricos podían tener acceso a esos cultivos, pero al cultivarlos en lugar del maíz, cereales o kassava, Canadá obtendría contratos para sus compañías químicas y de maquinaria para el desarrollo del cultivo de harina refinada, en lo cual eran líderes mundiales entonces.
La desventaja del proyecto, ¿si es que para los economistas esto se pudiera calcular como efectos nocivos?, era que, 40.000 personas de la tribu Barabaig se verían desplazadas.
Aquellos que se atrevieron a regresar fueron linchados por los trabajadores del proyecto, hechos prisioneros, torturados con electricidad y las mujeres de la misma etnia víctimas de violaciones en grupo.
Por primera vez en 100 años estos pobladores sufrieron hambre. Un periodista noruego, el cual investigaba esta situación en aquel entonces, recibió la siguiente respuesta de una mujer responsable del proyecto: "No derramaría una lagrima por nadie si se está abriendo camino al progreso" El primer mundo, el mundo rico, asumió la misma actitud. Sólo el diario The Guardian se tomó la molestia de escribir algo crítico. El monstruo Mugabe
Ahora es Inglaterra la que financia un proyecto de gran envergadura en el estado hindú de Andhra Pradesh. Alrededor de veinte millones de seres humanos serán desplazados. Este crimen también ha sido ignorado por los medios de desinformación.
Por supuesto en este caso se trata de "negros" desplazados por "blancos". Además de que en la conciencia colectiva, son obstaculos invisibles para los proyectos del primer mundo. Mugabe es un monstruo porque ha invertido el orden natural.
El cubrimiento de la problematica en Zimbadwe está plagada de un tono racista, lo cual ha dado a entender lo lamentable de la perdida de control por parte de Inglaterra en Zimbadwe.
Algunos artículos en The Daily Telegrahp bien podrían haber sido encabezados con titulos como: "Los sufridos hombres y mujeres que mantienen la columna vertebral de la oscura África" o: "Los únicos que pueden mantener y manejar a África son los blancos". ¿Pero quién gobierna África?
A pesar de toda esta propaganda y revuelo por la perdida aparente de control, es el Fondo Monetario Internacional (FMI), El Banco Mundial y las organizaciones bilaterales de ayuda las que controlan África. Según reportes de las mismas Naciones Unidas el numero de africanos subsaharianos que sobreviven con menos de un dólar al día, aumentó de 242 a 300 millones de personas. Esto viene a mostrar que las autoridades africanas siguen los alineamientos económicos que los blancos imponen en detrimento de la población.
De la misma forma como lo hace Mugabe, el mundo rico ha utilizado también la ayuda alimentaria como un arma política. Estados Unidos ha obligado a Zimbadwe y Zambia, países victimas de la hambruna, a recibir maíz transgénico como ayuda humanitaria. En 1999 el FMI y la EU fijaron las líneas políticas para privatizar el banco de maíz en Malawi. El órgano privado no contaba con capital necesario, lo cual les obligó a buscar prestamos con los entes financieros. En el 2001 cesaron de pagar la deuda al FMI por falta de fondos, y el organismo internacional les exigió vender todas sus reservas. Malawi vendió todo el maíz y vació sus bodegas en el preciso momento en que la cosecha venidera se perdía. El FMI, que nunca aprende de esta clase de catástrofes se sigue negando a que el país preste ayuda a sus agricultores en forma de comida subsidiada o estabilizando los precios. Al mismo tiempo, este sí monstruo financiero especulativo, les pone a los países débiles la condición de abrir sus fronteras a productos subsidiados, para ruina de la agricultura local. Y lo más esencial para el FMI: prohiben cualquier intento de dichos gobiernos para una eventual reforma agraria. La reforma agraria.
La repartición justa de la tierra es la llave para la seguridad alimenticia. La explotación moderada y en granjas es diez veces más productiva que a gran escala y la agroindutria, puesto que la tierra es trabajada de manera intensiva, además de que los pequeños agricultores son los que suplen la demanda de productos básicos de la población local y no a los grandes supermercados del primer mundo con productos de lujo.
Para los países ricos la reforma agraria no es de su agrado, pues significaría una intervención estatal, lo cual es un pecado mortal contra el dios del mercado libre, además de que perjudica a los grandes agricultores así como a las compañías que se encargan de suplirlos. De allí que Inglaterra se negara a apoyar una reforma agraria en Zimbadwe, lo cual le dio oportunidades políticas a Mugabe que ha aprovechado implacablemente.
El tratado Lancaster House le entregó el estado a los negros, pero la tierra a los blancos. Mugabe sabe manipular la frustración de un pueblo al cual se le ha arrebatado su subsistencia: la tierra. El presidente de Zimbadwe es sólo un pequeño demonio en el escenario infernal del poder político mundial. El elevado a "santo" Nelson Mandela le ha hecho igual daño a la población africana al entregarle el poder al Fondo Monetario que lo que le ocasionó el apartheid. Al tiempo que libraba a su país de la segregación, se lo entregaba a otra versión de la misma.
Bien podemos condenar el ataque racista de Mugabe contra los blancos en Zimbadwe, pero sólo si estamos preparados para condenar la aún más sangrienta guerra que el "mundo civilizado" le declara a los "negros".