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Medio Oriente

15 de septiembre del 2002

Guerra infinita

ignacio Ramonet
otra Realidad

Un año después de los trágicos atentados del 11 de septiembre del 2001, y mientras continúa la ofensiva de Estados Unidos en Afganistán contra la red al-Qaida y a la caza de Osama Bin Laden, en Oriente Próximo la «guerra de los cien años» que enfrenta a israelíes y palestinos sigue haciendo estragos. Ese conflicto entre Israel y Palestina resulta inextricable y, para muchos, es el "agujero negro" de la política internacional.
La «segunda Intifada» y su represión ya han sobrepasado, en septiembre del 2002, la barrera de los dos millares de muertos. Sin contar la decena de millares de heridos en ambos bandos, inválidos de por vida en muchos casos.
En circunstancias dramáticas y mientras siguen corriendo ríos de sangre, ¿cómo no recordar las palabras pronunciadas por el antiguo primer ministro de Israel, Isaac Rabin, antes de caer a su vez bajo las balas de un judío fanático: «Nosotros, los soldados que hemos vuelto del combate manchados de sangre, nosotros, que hemos luchado contra vosotros, palestinos, os decimos hoy con voz fuerte y clara: "Basta de sangre y basta de lágrimas. ¡Basta!"»?
¡Sin embargo, en los siete años transcurridos desde aquel asesinato, cuánta sangre y cuántas lágrimas se han seguido vertiendo sobre las martirizadas tierras de Israel y Palestina! La provocación del general Ariel Sharon al presentarse el 28 de septiembre de 2000, protegido por decenas de policías, en la Explanada de las Mezquitas (el monte del Templo para los judíos) puso en marcha un nuevo engranaje trágico: protestas de civiles palestinos, brutalidad desproporcionada de la represión, niños y adolescentes palestinos abatidos por las balas, horrible linchamiento de dos militares israelíes, represalias contra los árabes israelíes, atentados suicidas en las calles de las ciudades israelíes, reocupación militar de las ciudades autónomas palestinas, provocaciones de colonos extremistas, nuevos y odiosos atentados contra civiles israelíes, etc. La espiral de violencia parecía no tener fin.
El 19 de octubre de 2000, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas condenó a Israel por «uso desproporcionado de la fuerza contra civiles inocentes y desarmados» y calificó el trato dado por el ejército de Israel a la población civil palestina de «crimen de guerra». Y tambien ha calificado de "crimen de guerra" los atentados-suicidas contra la población civil inocente de Israel.
El choque planetario del 11 de septiembre de 2001 no interrumpió el ciclo de venganzas y represalias. Antes bien parece haberlo relanzado e intensificado, sobre todo después de la operación "Muro de contención"-lanzada después de unos atentados palestinos particularmente crueles - por el ejército israelí, en marzo y abril del 2002, y que se caracterizó por la destrucción de una parte de la ciudad cisjordana de Jenine.
Barbarie cotidiana. Regresión política hacia un conflicto de caracter étnico-religioso como los de Bosnia, Kosovo o Chechenia. Con llamadas, entre los fanáticos de ambos campos, a la «limpieza étnica» o a la «segregación de las poblaciones». Retorno a la desesperación de los civiles palestinos, cuyas condiciones de vida se han vuelto infernales debido a los sucesivos bloqueos de las ciudades (el PNB palestino por persona y año ha disminuido sensiblemente, pasando de 2 245 dólares en 1992 a 1 940 en 1999. En ese mismo año, el número de parados representaba el 19,70% de la población activa en Cisjordania y el 27,30% en la «banda de Gaza», pero aumentaba en un tercio en caso de bloqueo de las ciudades por el ejército israelí.)
Y retorno de la inquietud y el miedo en el seno de la sociedad israelí, que, traumatizada y martirizada, sigue siendo no obstante mayoritariamente partidaria de un acuerdo de paz. Según el sondeo Gallup publicado por el diario Maariv el 5 de noviembre de 2001, el 53% de los israelíes es favorable a la negociación de un arreglo definitivo.
¡Qué trágica decepción para quienes creyeron ver el fin de un siglo de enfrentamientos en los acuerdos de Oslo de 1993!