Foreing Policy Julio/Agosto 2002 Traducción: Simón Royo y Thérèse Ravit.
Son poco más de las ocho de la mañana de un viernes y Ali Abunimah está a punto de presionar a la Radio Nacional Pública (NPR), una de las fuentes de información más autorizadas de los Estados Unidos, para que se corrija a sí misma. ¿Cómo? Lanzando un e-mail al cuartel general de la NPR en Washington D.C. Un e-mail bienvenido al ciberfrente del conflicto de Oriente Medio, un escenario de guerra electrónico donde la angustia, el ultraje y la rectitud hacen de soldados de a pie, y donde un individuo en solitario, improvisado supervisor de los media, puede redibujar las líneas de batalla, con una página Web.
A diferencia de la lucha en tierra, la geografía es altamente irrelevante, para mentes y corazones, en la ciberbatalla. Entre sus combatientes se encuentra Nigel Parry, un escocés cofundador de la página propalestina Electronic Intifadawww.electronicintifada.net, un sitio que aglutina al activismo mediático y ofrece informaciones diarias de los territorios palestinos. El sitio Web de Parry alcanzó las 600.000 visitas sólo el mes de abril pasado. Mientras tanto, en el campo pro-israelí, el grupo de apoyo a la causa de Israel situado en New York (ISG) www.israelsg.com acoge un comprehensivo sitio con noticias, informes en vídeo y guías para activistas. El sitio de ISG alcanza aproximadamente 80.000 visitas a la semana, con un 70% provenientes de Norteamérica, un 20% de Europa y un 10% de Israel.
Desde que restricciones sobre la tecnología de la información han limitado el desarrollo de Internet en gran parte del mundo árabe, los palestinos y los musulmanes encuentran sus cibervoces entre las comunidades expatriadas en Occidente. Uno de los más amplios sitios Web islámicos, IslamCity www.islamcity.com logra alrededor de 50 millones de visitas al mes y ofrece sondeos, transmisiones de radio y televisión, y dirección religiosa.
Aunque localizado en California, cerca de la mitad de los usuarios del sitio residen fuera de los Estados Unidos, incluidos países en los que los media están restringidos. Igualmente, Noticias de Oriente Medio Online www.middleeastwire.com con cuartel general en Carolina del Norte, cuenta con 120 proveedores en Internet y utiliza una red de reporteros y corresponsales para diseminar información. Fadi Chahine, el fundador del sitio, dice que registra más de 6 millones de visitas totales al mes, de los cuales alrededor del 35% de dicho tráfico proviene de Oriente Medio, Africa y el Sureste asiático.
Pero el impacto de Internet en el conflicto en Oriente Medio no puede simplemente cuantificarse en usuarios por mes. Los sitios Web están teniendo una más extensa influencia al cambiar la hegemonía de los media establecidos. Muchos Webmasters se están convirtiendo en eficaces cancerberos –mordaces. "El impacto de Internet en los media consiste en hacer escuchar a gente de ambos lados del conflicto", dice Rania Awwad, una representante de Palestina Media Watch www.pmwatch.org una organización de base que promueve el balance de contenidos. Saben que su audiencia es mucho más lista porque tiene acceso a fuentes de información alternativas. Los media saben que están siendo vigilados.
Lo anterior es válido para grupos de vigilancia como Palestina Media Watch o el pro-israelí HonestReporting www.honestreporting.com que se describe a sí mismo como un "sitio Web de acción rápida que controla los media internacionales para encontrar informaciones subjetivas contra Israel". Entre sus éxitos, el sitio afirma que tras meses de presionar, "la CNN ha dejado finalmente de referirse a Gilo [en las afueras de Jerusalén] como un «asentamiento»" (Ahora es un "barrio judío"). De la misma forma, el Instituto de Oriente Medio de Investigación de los Media (MEMRI) www.memri.org emplea Internet para controlar los media árabes por si encuentran contenidos anti-israelíes, los cuales se traducen y se envían a los gobiernos, los medias y a las personalidades de la política de los Estados Unidos y de Europa.
En una noticia exclusiva, MEMRI pilló al periódico Saudí Al- Riyadh afirmando, extravagantemente, que los judíos drenaban la sangre de los gentiles para hacer galletas para la fiesta de Purim.
Abunimah, el único vigilante que lleva www.abunimah.org, dice que quiere "informar a la gente y proporcionarle un análisis crítico de lo que tanto ellos como yo tenemos en los media". En el caso de la NPR, Abunimah escuchó una noticia en la que se decía que no hubo ningún muerto durante el ataque de un helicóptero israelí en Gaza. Habiendo leído los detalles en Ha'Aretz www.haaretzdaily.com, un importante diario israelí de izquierdas, puso un e-mail a la NPR haciéndoles notar que cinco palestinos habían muerto en el ataque. Menos de dos horas después, un locutor de la NRP rectificó el error en el aire y las transcripciones permanentes fueron corregidas.
Todo este ciberactivismo en tiempo real, contrariamente a anteriores conflictos, significa que los periodistas no sólo están sujetos al cada vez mayor escrutinio de su trabajo sino también a las campañas masivas de presión. "Internet es muy importante para presionar a ambos lados", dice Bob Rowley, que forma parte de la dirección editorial del Chicago Tribune. "Los periodistas en activo están siendo bombardeados". Otros medios son sensibles a esta realidad pero todavía reticentes a discutirla. La CNN, por ejemplo, rechazó que uno de sus locutores fuese entrevistado para este artículo, ni siquiera en la sombra. El defensor del lector de uno de los principales periódicos de los Estados Unidos, que habló bajo la condición de anonimato, dice recibir entre 100 y 300 quejas por e-mails al día; la mayoría relacionadas con la cobertura de Oriente Medio. Rowley dice que toma más en serio las reacciones individuales que las campañas masivas de e-mails.
Algunos observadores temen que la proliferación de sitios Web independientes, supervisores de los media, y campañas de presión, tengan un efecto polarizador en el conflicto: "Los musulmanes obtienen información desde la perspectiva musulmana. Los judíos desde su perspectiva. Hay una falta de entendimiento de lo que está ocurriendo en el conflicto", dice Mohammed Abdul Aleem de IslamiCity.
Pero Internet también puede ser una vía para la reconciliación, permitiendo atravesar la división y comunicarse a quienes tienen una mentalidad afín. Por ejemplo, una reciente edición del semanario egipcio en lengua inglesa Al Ahram www.ahram.org.eg/weekly ofreció informaciones y opiniones de palestinos e israelíes. No es infrecuente encontrar páginas Web israelíes, judías, palestinas y árabes con links entre sí. Por ejemplo, Not in my Name www.nimn.org un grupo pacifista judío-americano, y Ramallah Online www.ramallahonline.com una plataforma de discusión y de noticias palestina, se enlazan entre sí, como lo hacen también el sitio de Abunimah y el grupo pacifista israelí Gush Shalom www.gushshalom.org .
Un sitio dedicado exclusivamente al diálogo civil es Bitter Lemons www.bitterlemons.org . "Es cada vez más difícil que se sienten juntos palestinos e israelíes. Internet es la única y mejor opción porque llega a mucha gente", explica Yossi Alpher, uno de los fundadores del sitio. "El sitio Web proporciona en los momentos difíciles una alternativa sana. Hablamos de nuestros problemas aunque no estemos de acuerdo".
¿Significa todo esto que estamos a punto de llegar a un ciberefecto, derivado en Internet del bien documentado efecto CNN? Al igual que la CNN, la Red ofrece cobertura las veinticuatro horas, informaciones sobre el terreno, e imágenes. La diferencia, que pudiera tener a la larga un impacto más profundo, estriba en que mientras sólo un puñado de cadenas de información pueden jactarse de tener una audiencia mundial, millones de sitios Web tienen un alcance potencial global. Pero la CNN influye en los políticos porque es una fuente de información con credibilidad. Y el peligro de Internet reside en que, contrariamente a los media tradicionales, la verdad no puede siempre salir al paso de falsedades en el nuevo Mundo online Feliz. La propaganda y la desinformación se extienden rápidamente, con poca recusación. El punto de inflexión en el ciberconflicto de Oriente Medio vendrá cuando las masas críticas formadas a través de Internet empiecen a presionar con éxito a gobiernos y líderes religiosos, con la misma intensidad y extensión que la CNN.