3 de septiembre del 2002
Los comunistas iraquíes denuncian la dictadura de Hussein y la agresión de EE.UU.
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
El 15 de agosto, en una reunión de su Comité Central, el
Partido Comunista del Irak discutió los desarrollos políticos
de los últimos cuatro meses. Prestó especial atención a
los crecientes peligros que amenazan al pueblo iraquí y a su país,
por la escalada de la campaña de militar y política de la administración
de EE.UU., que se orienta declaradamente a destruir el régimen dictatorial.
Consideró que esta campaña no puede ser considerada separadamente
del esfuerzo de la administración de EE.UU. por continuar la guerra psicológica
y la presión sobre el régimen; para enervarlo, junto con aquellos
que se preocupan del tema iraquí, y explorar las reacciones a los diferentes
planes que se están presentando. Al mismo tiempo esta campaña
refleja una necesidad interna de la administración de EE.UU., en relación
con las próximas elecciones para el Congreso en noviembre, y el deseo
de encubrir los sucesivos escándalos de las grandes compañías
estadounidenses, así como para impulsar nuevas medidas de seguridad que
constituyen un retorno al macartismo, como lo demuestra el establecimiento de
un ministerio de seguridad.
A esto hay que agregar la necesidad de distraer la atención de la situación
en Palestina que se agrava y de los crímenes que están siendo
cometidos allí por los gobernantes israelíes.
Todo esto viene sobre el fondo del continuo debate sobre la estrategia de "ataques
preventivos" adoptada por la administración de EE.UU. en lugar de la
estrategia de "contención" que había sido utilizada con el régimen
iraquí durante el período pasado. En este contexto, los funcionarios
en Washington han subrayado que el ataque ocurrirá en todo caso, ˇincluso
si el régimen acepta el retorno de los inspectores de armas de la ONU!
Los comunistas iraquíes consideran que contrariamente a las declaraciones
hechas por representantes de la administración de que no quieren reemplazar
a un dictador por otro, y que trabajarían por establecer un régimen
democrático en Irak, la información publicada en las recientes
semanas ha revelado la intención de mantener una gran parte de las tropas
que participen en el anunciado ataque posicionadas en territorios iraquíes
durante muchos años por venir, bajo el pretexto de confrontar "el caos
resultante" después del derrocamiento del régimen "salvaguardando
la unidad del país" e impidiendo su división, etc. Esto muestra
un evidente deseo de ejercer un control directo sobre el futuro desarrollo del
país, empujándolo en una dirección adecuada a los puntos
de vista y planes de EE.UU., para poder rediseñar la situación
en el área según sus intereses estratégicos. Esto corresponde
a sus repetidas declaraciones de que aún no existe una alternativa adecuada
para gobernar Irak, desde el punto de vista de Washington. También se
amolda al hecho de que el lado que produzca un cambio mediante la guerra tendrá
el control, en vez del pueblo y sus fuerzas políticas, en la determinación
de la naturaleza y forma del futuro régimen.
Al mismo tiempo que EE.UU. escala y prepara la guerra, aumentan las voces de
gobiernos, movimientos sociales, fuerzas políticas y secciones de la
opinión pública mundial que se le oponen. Esto también
ha sido revelado por las encuestas de opinión realizadas dentro de EE.UU.,
y en Gran Bretaña, Alemania, Francia y otros países. Obviamente,
el efecto de este amplio y creciente frente de oposición a la decisión
sobre un ataque militar, o su tamaño y oportunidad, no puede ser ignorado.
Este frente ha estado subrayando la necesidad de respetar la legalidad internacional
y la Carta y las resoluciones de la ONU, y rechazando el unilateralismo estadounidense.
Al mismo tiempo ha rechazado el régimen dictatorial en Irak y sus prácticas,
y su demora en implantar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU
respecto a posibilitar el retorno de los inspectores de armas de la ONU a Irak.
Por su parte, el régimen [iraquí] ha continuado sus desesperados
esfuerzos por defender su dominación, tratando no sólo de movilizar
fuerzas para impedir la amenaza externa, sino también, ante todo, por
contener el resentimiento popular que amenaza con estallar. Pero la escalada
de la campaña estadounidense ha inquietado al régimen y ha propagado
un clima de preocupación, tensión y temor sin precedentes en sus
filas.
Se esperaba que, bajo la creciente presión exterior, las personalidades
principales del régimen pretenderían no sólo mostrar flexibilidad
y disposición a lograr un acuerdo con la ONU respecto a los temas no
resueltos y que esto se convertiría en pasos concretos, incluyendo la
aceptación del retorno incondicional de los inspectores de armas de la
ONU, privando así a los planificadores del ataque militar de su mejor
carta utilizada para justificar sus esfuerzos. Pero el egoísta interés
de los gobernantes, colocado por sobre los intereses nacionales del pueblo,
ha impedido una acción indispensable para proteger a Irak y su pueblo
contra los peligros que los amenazan.
Mientras el régimen iraquí simula flexibilidad en el ámbito
externo... sus órganos mantienen el mayor estado de alerta y han recurrido
a todo tipo de represión y coerción, aterrorizando a los ciudadanos
en los grandes centros poblados, en las áreas urbanas y en el campo.
Los comunistas iraquíes opinan que si se considera el estado de la oposición,
es necesario ver la forma de activar su papel para influenciar el curso de los
acontecimientos, y lo que está siendo preparado para el futuro de Irak
y su pueblo. La voluntad de resistencia del pueblo iraquí contra el régimen
dictatorial se refuerza con cada progreso hecho por las fuerzas de la oposición
en el camino hacia la cooperación y la alianza, basadas en un programa
claro que incorpore todos los conocidos principios patrióticos. Consideran
que "La continuación de la división de las fuerzas patrióticas
de oposición y la emergencia de nuevas entidades opositoras, por otro
lado, como ha ocurrido recientemente, generan un sentido de frustración.
Esto sirve los esfuerzos del régimen dictatorial de mantener la confusión
de la oposición, como condición para continuar su existencia,
y al mismo tiempo sirve los esfuerzos de EE.UU. orientados a excluir o marginar
el factor interno que es considerado como un rival en el proceso de cambio y
considerado como indeseable por EE.UU. cuando sea cosa de reorganizar la situación
en Irak después de derrocar el régimen.
En conexión con la escalada de las amenazas de EE.UU. y la creciente
probabilidad de llegar a la guerra, se considera que la oposición iraquí
ha tomado dos formas. La primera tendencia ha reflejado un proceso de diferenciación
y de polarización en sus filas, como los demuestra la emergencia de varios
centros. La otra tendencia ha sido la formación o reformación
de nuevos organismos de oposición. Esta última no ha estado aislada
del apoyo y del aliento internacional y regional.
En su reunión los comunistas iraquíes consideraron "algunas recientes
iniciativas y acciones orientadas a reunir a las fuerzas de la oposición
en el extranjero, la última de las cuales ha sido la invitación
hecha por la administración de EE.UU. a una delegación de fuerzas
de la oposición, que fue recibida por importantes funcionarios." Señalaron
que el papel de la oposición y su acción en estos casos ha quedado
limitada a iniciativas que provienen en su mayor parte de fuera, y que no resultan
de su interacción, o que desarrollan su unidad y su acción conjunta
sobre la base de un programa patriótico iraquí independiente que
exprese los intereses del pueblo iraquí. "Es una debilidad importante,
que continuará siendo una fuente de serios obstáculos en su trabajo
y esfuerzo por hacerse cargo de su papel en el presente y en el futuro."
En su discusión subrayaron una vez más la necesidad de un cambio,
y consecuentemente la necesidad de que la oposición patriótica
una sus fuerzas, lejos de la hegemonía directa de ningún sector.
"Esto reforzaría su papel, dándole prestigio y respeto de todos,
y fortalecería las tendencias correctas para confrontar el tema iraquí,"
señalan.
Con respecto a la situación en Kurdistán, indicaron que el proceso
de reconciliación entre el Partido Democrático de Kurdistán
y la Unión Patriótica de Kurdistán, ha continuado a pesar
de su lentitud. "Es un paso positivo para la situación en Kurdistán
y refuerza la atmósfera de confianza y optimismo en la población
de la región. Opinan que "también asegura un mejor clima para
la oposición patriótica iraquí, y los esfuerzos por unir
sus fuerzas en la lucha por el cambio democrático esperado." Saludaron
la emergencia de un agrupamiento de los cinco partidos de Kurdistán (Partido
Comunista Kurdistán de Irak, Unión Islámica de Kurdistán,
Movimiento Democrático Asirio, Partido de Trabajadores de Kurdistán,
Partido Socialdemócrata de Kurdistán),
En relación con las discusiones que han aumentado recientemente sobre
el futuro de Irak y Kurdistán, la reunión subrayó la estrecha
interconexión entre luchar por la democracia en Irak y asegurar que el
pueblo kurdo decida su destino por su propia libre voluntad: "Esto sólo
puede ser logrado liberándose del régimen dictatorial, apoyando
el federalismo constitucional de la región de Kurdistán, asegurando
los derechos nacionales de los turcomanos, caldeo-asirios, y eliminando todo
lo que pueda envenenar la múltiple variedad nacional, religiosa y confesional
de nuestro pueblo."
Subrayaron que "a pesar de todos los obstáculos e intentos de desvirtuar
la política y las posiciones de nuestro partido, el Partido continuará
sus incansables esfuerzos por realizar un diálogo responsable, especialmente
con las fuerzas efectivas, y reforzar las relaciones bilaterales y multilaterales
con todas las fuerzas que deseen, y estén dispuestas a, la cooperación
y el trabajo conjunto para salvar al país de la dictadura y para establecer
un Irak unificado, democrático y federal."
Indican que el PC de Irak se esfuerza en lo que se refiere a las acciones orientadas
a unificar los esfuerzos de la oposición, por combinar la flexibilidad
con la adhesión a los principios patrióticos: "Sin duda, un papel
importante e influyente en todo esto residirá en la claridad de nuestra
política, nuestra adhesión a ella, y su continua clarificación
a la luz de los cambios en la situación y los nuevos desarrollos. Esta
política tiene que ser implementada de manera correcta... desarrollando
nuestro trabajo de organización en el ámbito popular, de manera
que aseguremos su difusión, y el logro de un apoyo lo más amplio
posible."
EL PC iraquí advierte de los graves peligros causados por la dependencia
de la opción bélica y de la intervención militar extranjera
como un camino hacia el cambio. Señala que numerosas experiencias han
mostrado que dejan una secuencia de muerte, destrucción y tragedias,
y que no traen consigo la democracia. El logro de la democracia se basa sobre
todo en la participación de las masas del pueblo y sus fuerzas políticas
en el proceso de cambio: "El logro del cambio es una tarea para nuestro pueblo
y sus fuerzas armadas, dirigidos por la alianza de las fuerzas de la oposición
patriótica, con un apoyo internacional legítimo."
"Hay que redoblar los esfuerzos por desarrollar las condiciones para el derrocamiento
del régimen dictatorial y lograr la alternativa patriótica democrática
–declararon- es la alternativa que hay que preparar mediante un gobierno de
coalición democrática transitoria que incluya a las principales
fuerzas y tendencias en el país."