18 de agosto del 2002
Burundi: Aumentan los homicidios ilegítimos
Amnistía Internacional
"El hecho de que el gobierno de transición de Burundi no condene
los homicidios de civiles cometidos cada vez con mayor frecuencia por sus fuerzas
armadas equivale a consentirlos, en lo que hoy es ya una práctica consolidada"
afirma Amnistía Internacional en un informe que ha publicado hoy, titulado
Punishing the population - reprisal killings escalate.
En el informe se documenta la muerte deliberada de cientos de civiles hutus
desarmados a manos del ejército burundés como represalia por la
actividad militar de los grupos políticos armados dominados por hutus.
Algunos ejemplos son la matanza de 30 personas perpetrada en la provincia de
Bubanza en febrero de 2002, otra de 23 personas en la provincia de Bujumbura
Rural en marzo, y otra de 27 personas en Bubanza cometida en abril. Algunos
de los niños que había entre las víctimas habían
sido atravesados con bayonetas o quemados hasta morir.
No hay noticia de que las autoridades estatales hayan investigado ni condenado
públicamente estas masacres.
En el informe se condenan también los numerosos abusos contra los derechos
humanos perpetrados por los grupos políticos armados, como la masacre
de 18 civiles indefensos —entre los que había seis niños y un
recién nacido— cometida en la provincia de Bururi en noviembre de 2001,
o los homicidios reiterados de civiles desarmados en el curso de múltiples
emboscadas sobre vehículos de transporte civil. Los grupos políticos
armados siguen matando de forma ilegítima a personas que se niegan a
hacer contribuciones económicas a sus organizaciones, así como
a presuntos delatores y soldados capturados.
«Las fuerzas del gobierno y los grupos políticos armados que se enfrentan
a ellas siguen mostrando un cínico desprecio por la vida de la población.
No se puede utilizar el conflicto armado para justificar, consentir o ignorar
abusos generalizados contra los derechos humanos. La población de Burundi
ya ha sufrido mucho durante demasiado tiempo, y esto tiene que acabar» afirma
Amnistía Internacional.
Las fuerzas gubernamentales y los grupos políticos armados deben tomar
medidas inmediatas para poner fin a los homicidios ilegítimos. El gobierno
de transición de Burundi debe reforzar las instituciones del Estado para
mejorar la rendición de cuentas y acabar con la impunidad de las fuerzas
gubernamentales por las gravísimas violaciones de derechos humanos que
han cometido. No hacerlo sólo servirá para perpetuar la crisis
de derechos humanos y la guerra civil.
Amnistía Internacional ha pedido también a los jefes políticos
y militares de los movimientos políticos armados que asuman su parte
de responsabilidad en la crisis de derechos humanos de Burundi y tomen medidas
inmediatas para condenar los abusos cometidos por sus fuerzas y evitar nuevos
ataques contra civiles desarmados.
La publicación del informe coincide con las consultas en el Consejo de
Seguridad de la ONU sobre la situación en Burundi. Amnistía Internacional
ha pedido específicamente al Consejo de Seguridad que tome medidas destinadas
a garantizar que las preocupaciones en materia de derechos humanos son parte
integrante de las negociaciones en curso, que persiguen la declaración
de una tregua y el cese de las hostilidades en Burundi, así como de los
restantes esfuerzos para establecer la paz y la seguridad en la región
de los Grandes Lagos.
En concreto, la organización considera que el Consejo de Seguridad debería
expresar honda preocupación por la escalada de ejecuciones extrajudiciales
a manos de las fuerzas armadas burundesas y por los numerosos abusos contra
los derechos humanos cometidos por los grupos políticos armados desde
principios de año. La organización ha pedido al Consejo de Seguridad
que haga un llamamiento al gobierno de Burundi y a los máximos dirigentes
de los grupos políticos armados para que respeten las normas del derecho
internacional humanitario, y para que condenen y acaben con todas las ejecuciones
extrajudiciales cometidas por las fuerzas gubernamentales y con los homicidios
ilegítimos perpetrados por los grupos armados.
Información general
Tras la toma de posesión del gobierno de transición de Burundi
en noviembre de 2001, el conflicto armado se recrudeció en todo el país.
En ese contexto se han cometido graves abusos contra los derechos humanos y
las matanzas de civiles desarmados han ido en aumento, lo que pone de manifiesto
la fragilidad del proceso político y el hecho de que todas las partes
enfrentadas siguen menospreciando los derechos humanos.
El gobierno de transición de Burundi y los grupos políticos armados
han expresado su compromiso con los derechos humanos. Pero, de momento, la escalada
de abusos contra los derechos humanos en el país, así como el
hecho de que no se tomen medidas eficaces para resolver la crisis de derechos
humanos, restan credibilidad a sus declaraciones