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28 de julio del 2002
Hay testigos de la participación norteamericana
en las torturas y asesinatos de miles de talibanes
James Doran
Cambio
Sus 22 años de experiencia, siete de ellos en la BBC de Londres,
lo han llevado a los lugares más difíciles y peligrosos del mundo.
Suyos son el documental Los esqueletos tienen nombre, un viaje de regreso a
Chile con tres mujeres que buscan a su hermano desaparecido por el régimen
de Pinochet, y The Final Stand, realizado en Burma hoy Myanmar a donde llegó
en forma subrepticia semanas antes de las elecciones presidenciales de 1999,
a pesar de la advertencia de que sería colgado si visitaba el país.
Pero tal vez el documental que lo consagró fue The Red Bomb, en el que
científicos y espías rusos revelan cómo se robaron los
secretos de la bomba atómica del Proyecto Manhattan, y cómo en
menos de 10 años la entonces Unión Soviética se convirtió
en una potencia nuclear.
Su trabajo más reciente fue realizado en Afganistán, a comienzos
de este año, cuando él y su equipo entraron en ese país
como periodistas independientes. El d ocumental, próximo a salir al aire,
revela que tras una fiera confrontación de las fuerzas especiales estadounidenses
en Afganistán y la Alianza del Norte liderada por el general Rashid Dostum,
viejo señor de la guerra de la zona , contra los talibanes de la ciudad
Mazar e Sharif, desaparecieron muchos de los 8.000 talibanes que negociaron
su rendición.
En el documental se revela que fueron torturados y ejecutados por el ejército
de Dostum, con la cooperación de las fuerzas norteamericanas. Un general
del ejército afgano y dos soldados confirman su participación
en la tortura y asesinato de los presos; dos de los camioneros obligados a llevar
los cuerpos hasta el desierto hablan de su experiencia y de la presencia de
los americanos en la zona, y un chofer de taxi asegura que vio tres tractomulas
de las que chorreaba sangre. Se cree que cerca de 8.000 presos fueron llevados
en contenedores desde la prisión de Qala i Janghi a la de Shebengam,
y que en el trayecto much os murieron sofocados. El resto habría recibido
tiros de gracia antes de ser sepultados en una fosa común en el desierto
de Dasht Leili.
En enero y en febrero de este año, un equipo de Physicians for Human
Rights (PHR) se desplazó a lugar con antropólogos y médicos
forenses que comprobaron la existencia de restos humanos recientes y pidieron
la protección de las evidencias por parte de la fuerza multinacional.
John Heffernan, encargado de redactar el informe, dice que espera que el video
de Doran consiga el milagro, pues hasta el momento no han obtenido respuesta
ni del presidente de Afganistán, ni de las autoridades inglesas, ni del
Gobierno de Bush. En mayo, Naciones Unidas envió especialistas que exhumaron
15 cuerpos para la investigación y encontraron que tres habían
muerto asfixiados. Se estima que en la fosa común hay por lo menos 3.000
cadáveres.
Soy un simple periodista que recoge lo que dicen los testigos que han arriesgado
sus propias vidas al participar en el documental
Hace menos de un mes, Doran y su equipo se enteraron de que los testigos que
aparecían en el documental habían sido identificados y su vida
corría peligro, y de que había gente tratando de borrar las evidencias
de las fosas. Doran decidió hacer una presentación preliminar
del documental antes de su lanzamiento en agosto, para buscar una reacción
de la comunidad internacional y la protección de la evidencia que hoy
están a merced de los usurpadores. De comprobarse la participación
de las fuerzas especiales norteamericanas en las torturas y desapariciones de
los talibanes, podría verse comprometida la alianza internacional contra
el terrorismo impulsada por la Administración Bush.
- CAMBIO. ¿Tiene evidencia adicional, además de los testimonios del documental,
que pruebe la participación de los militares norteamericanos en la muerte
de esas 3.000 personas?
- JAIME DORAN. No, toda la evidencia está en las fosas. Ésa es
la razón por la que he pedido protección para ese lugar y por
la cual es necesario hacer una investigación independiente. Yo soy un
simple periodista que recoge lo que dicen los testigos que han arriesgado sus
propias vidas al participar en el documental. Sin embargo, diría que
el peso de los testimonios y la información que surgió después
de que se conoció el documental constituyen fuerte evidencia de la participación
norteamericana.
- ¿Quiénes intentan destruir esas evidencias?
- Yo sé quiénes son pero no lo digo porque creo que las personas
son inocentes hasta que se pruebe lo contrario. Si uno es inocente no tiene
por qué temerle a un investigador independiente. Mi trabajo como periodista
ya está hecho. Ahora les corresponde a otros hacer el suyo.
Un testigo afirma haber visto entre 30 y 40 soldados norteamericanos en el
lugar donde fueron enterrados los presos
- ¿Es posible que las tropas norteamericanas no se hubieran enterado de la operación
que, según el documental, culminó con el asesinato de 3.000 talibanes?
- Si quiere mi opinión, mi respuesta es no, no es posible. Ciento cincuenta
soldados estaban presentes en la prisión de Sheberghan, sin incluir el
personal de la CIA. Es en extremo improbable que no se hubieran enterado de
algo de semejantes proporciones.
- ¿Los testigos aseguran que personal militar norteamericano torturó
y les disparó a los prisioneros afganos?
- Sí, en el video hay acusaciones de ese talante. También se registra
la conversación de uno de mis testigos, uno de los conductores, con un
soldado norteamericano que lo obliga a sacar los contenedores fuera de Sheberghan
antes de que los satélites puedan tomar fotografías. Otro de los
conductores afirma haber visto entre 30 y 40 soldados norteamericanos en el
lugar donde fueron enterrados los presos. No es una investigación exclusivamente
mía, también hay testimonios no sólo de la participación
de norteamericanos desde el momento en que los camiones que llevan los contenedores
con los presos desvían el rumbo hacia el desierto de Dasht Leili, sino
de que presenciaron las atrocidades que se cometieron en el desierto. Además
están testimonios de personas que aseguran que los norteamericanos participaron
directamente en las torturas y asesinatos de los sobrevivientes de Sheberghan.
- ¿Qué reacción ha recibido de los norteamericanos?
- El Pentágono sacó un comunicado en el que insiste que hizo una
investigación interna y que no encontró evidencia alguna de esos
hechos. Más tarde dijo que no tiene planes para abrir una investigación
formal.
* Periodista, investigador y documentalista irlandés