Seguimiento a los medios: John Sweeney de la BBC
y The Observer sobre Irak
MediaLens
Traducción para Rebelión de Isidro López.
El destino de Irak pende de un hilo. Los halcones del partido republicano
estadounidense quieren lanzar un nuevo ataque masivo sobre el pueblo iraquí.
Sólo si los políticos detectan la suficiente oposición popular
darán marcha atrás. Los periodistas juegan un papel fundamental
a la hora de influenciar la opinión pública.
En un artículo en The Observer, John Sweeney se refiere a: "Los esfuerzos
de Saddam para retratar a los niños como las víctimas de las sanciones
occidentales, a las cuales culpa de haber acabado con miles de vidas jóvenes"
(Sweeney, 'Cómo falsificó Saddam los funerales de niños'
, The Observer, 23/06/2002)
Media Lens vuelve a reconocer aquí la clásica tendencia de los medios
oficiales a tergiversar los argumentos expuestos en anteriores ediciones de seguimiento
a los medios. Nick Cohen, también de The Observer, escribe: "Me gustaría
ver como se las van a apañar Noam Chomsky y John Pilger para oponerse a
una guerra que va a acabar con las sanciones a las que culpan de haber masacrado
a cientos de miles de niños que, de otra manera, hubieran vivido unas vidas
felices y saludables en un estado-carcel" ('Blair sólo es el pequeñín
de Bush', The Observer, 10/03/2002)
Como ya hemos indicado, esto no tiene nada que ver con lo que realmente sostenían
Chomsky y Pilger.
Ben Brown de la BBC dijo: "El (Saddam) sostiene que las sanciones de la ONU han
llevado la hambruna a muchos de sus ciudadanos. Imágenes como estas ( un
niño desnutrido y una madre desesperada) han sido armas poderosas de la
propaganda de Saddam, que ahora deberá abandonar" (Ben Brown, noticias
de la BBC, 20/06/1996)
John Draper de la ITN, dijo: " La nueva idea consiste en desarrollar sanciones
'inteligentes' o selectivas para ayudar a la gente de a pie y, a la vez, evitar
que el líder iraquí deje de culpar a Occidente de las dificultades
por las que están atravesando" (John Draper, ITN, noticias de las 10:30,
20/02/2001)
Una forma de negar las pruebas evidentes de la responsabilidad de Occidente en
las miles de muertes de iraquíes, consiste en atribuir tales pruebas a
una fuente completamente desacreditada, en este caso a Saddam Hussein.
Sweeney utiliza, muy a menudo, esta táctica de desacreditación,
por ejemplo en su entradilla: "El dictador iraquí sostiene que el embargo
occidental esta matando a miles de niños de su país. John Sweeney,
en un documental que se emite esta noche, demuestra que las cifras son falsas".
En este mismo artículo, más adelante, Sweeney vuelve a repetir su
acusación, mientras deja entrever la verdad: " Para el gobierno de Irak
–y para otros- es una verdad absoluta que cada mes mueren miles de niños
debido a las sanciones".
Ese misterioso "y para otros" se refiere a las organizaciones e individuos que
son la causa de que Sweeney y otros periodistas oficiales estén tratando
el asunto. Parece evidente que nadie se tomaría la molestia de refutar
al dictador iraquí. Desde que se convirtió en el enemigo oficial
de Occidente, ningún medio occidental ha tratado con seriedad las afirmaciones
de Saddam. Y, a nadie en sus cabales se le ocurriría tomar en serio sus
afirmaciones sobre este tema.
Por una vez, Sweeney cita una de las fuentes creíbles de datos cuando se
refiere a UNICEF:
"En 1999, UNICEF en colaboración con el gobierno Iraquí elaboró
un informe retrospectivo sobre las 500.000 muertes infantiles de los años
noventa. El informe esta sujeto a dudas, puesto que esta basado en los datos de
un gobierno que tortura impunemente a niños. Según el Lancet, todos
los investigadores menos uno que tomaron parte en el informe de UNICEF eran empleados
del ministerio de sanidad".
Hans Von Sponeck, responsable del programa petróleo por comida de la ONU,
dice sobre este artículo: "El artículo de Sweeney representa perfectamente
el tipo de periodismo orwelliano, es ambiguo. No hay dudas de que el gobierno
iraquí ha manipulado los datos conforme a sus propias necesidades, todos
los involucrados en el asunto lo hacen. Un periodista no debería hacerlo.
UNICEF ha empleado a un gran numero de investigadores internacionales y ha utilizado
los métodos más avanzados para conseguir estas importantes cifras.
Es cierto que el personal del Ministerio de Sanidad cooperó con UNICEF
pero fue UNICEF y sólo esta quien en última instancia llevó
a cabo el análisis de los datos, precisamente porque quería evitar
un sesgo político en su trabajo. Este artículo es una tergiversación
muy seria" (E-mail a los editores de Media Lens, 24/06/2002)
Volviendo a su idea engañosa de que Saddam es el encargado de difundir
las acusaciones de asesinato masivo en Irak, Sweeney deforma de una manera totalmente
sorprendente lo que en realidad están diciendo Naciones Unidas y las organizaciones
pro-derechos humanos occidentales: "El régimen de Saddam dice que las muertes
de niños, que comenzaron a aparecer en 1991, son atribuibles al cáncer
y las deformaciones de nacimiento causadas por el uranio empobrecido".
Es sorprendente que Sweeney, que vuelve a dar la espalda a las fuentes creíbles
para centrarse en Saddam, esté afirmando que las 500.000 muertes de niños
han sido causadas por "el cáncer y las deformaciones de nacimiento". Cualquiera
que sepa algo sobre la tragedia iraquí sabe que esto es mentira.
La argumentación consiste, más bien, en señalar que las sanciones
han impedido la llegada de comida y medicamentos, y la reconstrucción de
gran parte de la infraestructura iraquí dañada por los bombardeos
americanos durante la Guerra del Golfo. Es decir, los sistemas de canalización
de agua, de alcantarillado, de producción de energía, transporte
sanidad, agricultura y comunicación necesarios para prevenir las enfermedades
y para el desarrollo de las funciones básicas de la sociedad.
Curiosamente, en su programa de la BBC2 de ese mismo día, 'La madre de
todas las ironías', Sweeney contradice su artículo del Observer
y se acerca un poco a la verdad, preguntándose como puede ser la falta
de recursos (no el cáncer) responsable de los fallecimientos masivos.
Sweeney dice acerca del programa de la ONU petróleo por comida:
"Las cuentas no le salen al hombre fuerte (Saddam). Los billones del petróleo
entran en la economía, sin embargo las cifras de mortalidad infantil no
han bajado… ¿ Cómo pueden estar muriendo 7.000 niños al mes rodeados
de toda esta leche y esta miel?" (Sweeney, 'La madre de todas las ironías',
BBC2, 23/06/2002)
Una vez más le viene bien hablar de las "cuentas del hombre fuerte" y no
las de las organizaciones occidentales de derechos humanos. Sweeney buscó
la respuesta a sus preguntas en alguien llamado Barham Salah, al que se refirió
como primer ministro de la Unión Patriótica del Kurdistan, y que
dijo: "El programa petróleo por comida es un buen programa y debe continuar,
Es lo mejor que le ha pasado a Irak desde la fundación del estado iraquí.
No sólo en el Kurdistán sino en todo Iraq, porque nunca hemos vivido
mejor, todos los iraquíes". También le preguntó por el mismo
tema a alguien llamado 'Alí', ¡Que citó a un conductor de coches
fúnebres!
¿Por qué en su búsqueda de respuestas no preguntó a Dennis
Halliday, que fue responsable del programa petróleo por comida, o a su
sucesor, Hans Von Sponeck (ambos dimitieron tras describir la política
de Occidente como "genocida")? Halliday explicaba hace dos años cuales
eran los problemas del programa petróleo por comida: "De los veinte billones
de dólares destinados al programa petróleo por comida, en torno
a un tercio o siete billones de dólares, se utilizaron para "gastos" de
la ONU, como pagar reparaciones a Kuwait o diversas demandas de compensación.
Esto deja a disposición del gobierno iraquí la cifra de trece billones
de dólares, que divida por los veintidós millones de habitantes
del país, da una cantidad aproximada de 190 Dólares por cabeza para
un período de tres años, es una cantidad terriblemente escasa" (entrevista
con David Edwards, 03/2000, www.medialens.org)
Otras fuentes, no consultadas por Sweeney, como Eric Hoskins -un doctor Canadiense
y responsable de un equipo de estudio sobre Iraq de la Universidad de Harvard-
sostienen que los bombardeos aliados durante la Guerra del Golfo "acabaron con
todo lo vital para la supervivencia en Irak: electricidad, agua, alcantarillado,
agricultura, industria y servicios de salud". (Citado por Mark Curtis en su libro,
"The Ambiguities of Power- British Foreign Policy since 1945", Zed Books, 1995,
pp. 189-190)
La restricción de la llegada de recursos que ha provocado el embargo ha
hecho imposible la reconstrucción a gran escala de las infraestructuras.
En marzo de 1999, un grupo de expertos sobre "cuestiones humanitarias" enviado
por el consejo de seguridad de la ONU, concluyó que el programa petróleo
por comida de las Naciones Unidas, era incapaz de satisfacer las necesidades básicas
del pueblo de Irak "independientemente de las mejoras que puedan ser introducidas
para mejorar el funcionamiento del programa de ayudas" ( citado en el website
de voices in the wilderness, 03/2002 www.viwuk.freeserve.co.uk)
El mismo grupo de expertos prosigue: "Independientemente de las mejoras que se
puedan introducir, en materia de procedimientos de aprobación, de mejor
funcionamiento del gobierno iraquí o destinando más fondos al programa,
las necesidades humanitarias son de una magnitud que el programa petróleo
por comida no puede satisfacerlas …tampoco estaba destinado a satisfacer todas
las necesidades del pueblo iraquí …en el estado en que se encuentran las
infraestructuras en este momento, las cantidades necesarias para la rehabilitación
son muy superiores a las destinadas para el programa" (ibid)
Su conclusión fue: "La situación humanitaria en Irak continuará
siendo difícil mientras no haya un renacimiento de la economía iraquí,
que no puede ser propulsado únicamente a partir de esfuerzos humanitarios"
Estas declaraciones muestran con claridad los términos del problema, sin
embargo, Sweeney continuó ignorándolas y en su lugar dando voz al
Señor Salah: "Nunca antes en toda nuestra historia se ha obligado a nuestro
gobierno a investir los beneficios del petróleo en el bienestar del pueblo
iraquí, en sus necesidades ciudadanas. En el pasado, los beneficios del
petróleo servían para comprar armas de destrucción masiva,
medios de represión y financiar la guerra"
Nadie en su sano juicio niega que Saddam Hussein sea un dictador asesino pero
esta versión de la historia iraquí es simplemente falsa. De acuerdo
con el informe sobre Irak del economist's intelligence unit, antes de la imposición
de las sanciones, el Estado de Bienestar iraquí se encontraba entre los
más generosos y amplios del mundo árabe" (Informe nacional sobre
Iraq, 1995-1996)
En su informe de Diciembre 1999 el Comité Internacional de la Cruz Roja
declaraba que: "Hasta hace tan sólo una década, Irak podía
presumir de las infraestructuras más modernas y el mayor nivel de vida
de todo Oriente Medio, con un "servicio de salud moderno y complejo" y "un sofisticado
sistema de tratamiento y bombeado de agua" (CICR, 'Iraq, una década de
sanciones, 12/1999)
De acuerdo con el centro para los derechos sociales y económicos: "El 90%
de la población tenía acceso a los servicios primarios de sanidad,
que incluían los diagnósticos de laboratorio y las vacunas infantiles
contra la polio y la difteria. Durante los años setenta y ochenta varias
compañías inglesas y japonesas construyeron grandes hospitales modernos
por todo Irak, equipados con la última tecnología para la diagnosis,
la cirugía y el tratamiento. Por un coste nominal, la población
iraquí tenía acceso a servicios de orden secundario y terciario.
Las escuelas médicas iraquíes ponían especial énfasis
en la formación de mujeres y atraían a estudiantes de todo Oriente
Medio. La mayoría de los físicos iraquíes se formaban en
Europa y los Estados Unidos y al menos una cuarta parte de ellos eran especialistas
reconocidos" (Sufrimiento aprobado por la ONU, 05/1996, www.cesr.org)
¿Por qué ha ignorado Sweeney a todas estas fuentes y autoridades expertas
y creíbles para buscar las causas de las muertes masivas en Iraq? ¿Cree
seriamente que los grupos de oposición kurdos y los individuos del Norte
de Iraq –que tienen motivos obvios y comprensibles para presentar la peor imagen
posible del régimen iraquí- son más creíbles que estas
autoridades independientes y objetivas? Sí no es así ¿Por qué
sólo les pregunto a ellos?
ACCION SUGERIDA
Se pueden enviar preguntas a John Sweeney:
A la BBC: john.sweeney@bbc.co.uk
A the Observer: john.sweeney@observer.co.uk
Preguntadle porque cuando buscaba las causas de la alta mortalidad infantil en
Iraq no consultó a las fuentes independientes, reconocidas y creíbles
como Denis Halliday, Hans Von Sponeck, UNICEF y los grupos de defensa de los derechos
humanos, y, sin embargo, prefirió acudir a grupos de oposición involucrados
en la lucha armada contra el régimen iraquí ¿Por qué atribuyo
las afirmaciones acerca de los fallecimientos masivos de niños a Saddam
y no a estos individuos y organizaciones creíbles?
Haced copias de las cartas para el editor de The Observer, Roger Alton, y para
el editor de Media Lens: roger.alton@observer.co.uk editor@medialens.org
Las respuestas al seguimiento a los medios son bienvenidas (editor@medialens.org)
Visitad el sitio de Media Lens: http://www.medialens.org