|
9 de junio del 2002
La pesadilla en Israel
Alexander Cockburn
ZNet en español
Comencemos con Baruch Kimmering, sociólogo de la Universidad Hebrea.
Esto es lo que mandó en febrero al semanario Kol Ha'lr de Jerusalem,
que como era de esperar no publicó:
"Acuso a Ariel Sharon de crear un proceso en el cual, no sólo intensificará
el derramamiento de sangre recíproco, sino que será responsable
de instigar una guerra regional y de la parcial o casi entera limpieza étnica
de los árabes en la 'Tierra de Israel'."
"Acuso a cada uno de los ministros del Partido Laborista en este gobierno de
cooperar en el establecimiento de la "visión" fascista y de extrema derecha
de Israel."
"Acuso a los líderes palestinos, y principalmente a Yasser Arafat, de
tener una visión tan extremadamente corta, que se ha convertido en colaborador
de los planes de Sharon." Si un segundo Naqba (Holocausto palestino) sucediera,
estos líderes palestinos serían responsables también.
"Acuso a los líderes militares, animados por los líderes nacionales,
de incitar a la opinión pública, al amparo de un supuesto profesionalismo
militar, contra los palestinos. Nunca antes en Israel, habían tomado
parte tantos generales de uniforme, ex-generales, y antiguos miembros de la
inteligencia militar, a veces disfrazados de "académicos", en el lavado
de cerebro público."
"Acuso a los administradores de los medios electrónicos de Israel de
dar a varios portavoces militares el acceso necesario para una, agresiva, belicosa
y casi completa sustitución del discurso público."
"Acuso a todo el que ve y sabe de esto de no hacer nada para prevenir la inminente
catástrofe. Los hechos ocurridos en Sabra y Shatila no fueron nada comparado
con lo que ha pasado y con lo que nos va a pasar. Tenemos que salir no sólo
a las plazas de las ciudades, sino también a los puestos de control.
Tenemos que hablarles a los soldados en los tanques y carros de combate. Y me
acuso a mí mismo de saber todo esto y de mantenerlo en silencio y no
decirlo a gritos más a menudo."
Por la prensa de aquí, sabemos a cada momento de la presión de
la opinión pública sobre Sharon y su gobierno de echarse encima
de los palestinos, incluso con más dureza. Escuchamos hace poco a Linda
Gradstein de NPR citando a un "experto" tras otro en Israel sobre tal efecto.
Pero si la opinión pública aquí es crucial para presionar
en alguna medida a la administración estadounidense de actuar con una
intervención constructiva (a diferencia de dar carta blanca a Sharon),
entonces deberíamos oír todos los días de la apasionada
oposición a Sharon de gente como Kimmering.
Hay muchos otros sobre los que nada se habla. Ahí están la gente
extraordinariamente valiente del movimiento conocido como Ta'ayush.
En su página web verás primero las palabras "Arab-Jewish Partnership"
(Alianza Árabe - Judía), y después podrás ver una
tras otra, las acciones en las que esta gente ha hecho frente a las palizas
de la policía y el ejército, o marchado a pueblos palestinos asediados
y a menudo arrasados para estar junto a las víctimas.
Esto es lo que el catedrático Neve Gordon de la universidad Ben-Gurion
escribió el 6 de marzo: "En cuanto a la situación aquí,
se está haciendo insoportable a medida que pasan los días. El
otro día intentamos desmantelar un bloqueo de carretera y fuimos golpeados
por la policía. A tres mujeres les rompieron las manos y a una le abrieron
la cabeza. A mí me golpearon estando bajo custodia, con mis manos esposadas
detrás. Sharon bombardeó Gaza esta mañana."
Hay mucha gente en Israel que ve claramente que la represión no va a
funcionar. A finales del año pasado Ami Ayalon, ex-jefe de Shabak, los
servicios de seguridad de Israel, declaró al diario Le Monde que:" decimos
que los palestinos se comportan como "locos", pero no es locura sino una desesperación
sin fondo... Yasser Arafat ni preparó ni inició la Intifada. La
explosión fue espontánea, contra Israel, al desaparecer toda esperanza
de que finalizara la ocupación, y contra la autoridad palestina, su corrupción,
su impotencia."
"Estoy a favor de la retirada incondicional de los Territorios - preferiblemente
en el contexto de un acuerdo, pero no necesariamente: lo que hay que hacer,
urgentemente, es retirarse de los Territorios y de verdad. Si ellos proclaman
su propio estado, Israel debería ser el primero en reconocerlo y proponer
negociaciones, sin condiciones."
Ha habido otras declaraciones públicas de otros miembros de la seguridad
de Israel que tienen que ver con la cuestión general de que la actual
estrategia de extrema represión está avocada al fracaso y que
se debería proceder a una retirada por fases.
żY qué hay de la propuesta Saudí? Después de todo, el acuerdo
que sugiere el reconocimiento incondicional de Israel por los países
árabes a cambio de la retirada incondicional de Israel a las fronteras
anteriores a 1967 tiene más de 30 años.
El periodista israelí Meron Benvenisti declaraba acertadamente en su
columna del periodico Ha'aretz del 28 de febrero que: Ninguna ilusión
es más peligrosa que la idea que se está vendiendo de que "el
conflicto con los palestinos es pequeño e incidental. Podemos resolver
el conflicto con todo el mundo árabe." Ya se probó hace mucho
tiempo que no hay solución al conflicto israelí-árabe sin
una solución al conflicto con los palestinos, y eso es a lo que se refiere
la iniciativa saudí."
La administración Bush, a la que se le puede acusar de negligencia por
su cobardía en afrontar esta crisis, hace saber que la propuesta saudí
tiene mérito, ya que sabe demasiado bien cuales son los procedimientos
normales para tales propuestas. Como lo ha resumido Uri Avneri, líder
del grupo pacifista Gush Shalom: "En Israel, cualquier iniciativa internacional
diseñada para poner fin al conflicto pasa por tres fases: (a) denegación,
(b) tergiversación, (c) liquidación. Así es como el gobierno
de Sharon-Peres tratará también esta.
La prensa aquí ha sido tan imputable de negligencia como la administración
Bush durante décadas. Ninguna administración estadounidense ejercerá
positivamente sin algo de presión popular, y el papel de la mayoría
de la prensa ha sido evitar esa presión suprimiendo las voces de oposición.
Esto es algo que puedes hacer. En este momento las Jewish Voices Against Occupation
(JVAO) (las voces judías en contra de la ocupación) están
pidiendo la evacuación de todos los asentamientos y la vuelta a las fronteras
previas a 1967, la suspensión de la ayuda militar estadounidense hasta
que se termine la ocupación y el establecimiento de una fuerza internacional
que mantenga la paz.
Bluma Goldstein, miembro de las JVAO me dice que se han conseguido 450 firmas
y 30000 dólares de los 37750 ncesarios. Envíaselos a JVAO, PO
Box 11606, Berkeley, Ca 94712. Su email es jvao@jvao.org. Recuerda la frase
de Kimmerling: "y me acuso a mí mismo de saber todo esto y mantenerlo
en silencio y no decirlo a gritos más a menudo".
Título original: The nightmare in Israel
Origen: Counterpunch
Traducido por Fran Bastida y revisado por Soledad Calvo