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6 de mayo del 2002
La ley de la jungla
Cándido
Liberación
Si la destrucción de los símbolos emblemáticos del
poder imperial, las Torres Gemelas y parte del Pentágono, marcó
el pasado 11 de setiembre, un antes y después en la historia -una historia
que para burla de Fukuyama y otros "expertos" nunca protagonizó tantas
tragedias en tan poco tiempo- lo que está ocurriendo desde hace ya meses
en el Medio Oriente, marcará también un hito en la historia y
sus consecuencias se harán sentir por largo tiempo. Mejor caldo de cultivo
para nutrir el terrorismo que se dice querer combatir, no pueden haber creado
los principales adalides de esa cruzada, George W Bush y Ariel Sharon.
No ha existido en la historia, un "eje del mal" tan perverso y destructivo como
el formado por estos dos personajes, poseedores ambos, a escala de cada uno
de sus países, de un armamento poderosísimo.
Las pocas escenas de lo que está realizando el ejército de Sharon
en esta nueva arrasadora reocupación de los territorios palestinos, con
el pretexto de capturar "terroristas", son de tal crueldad que golpean la conciencia
moral del más indiferente. En todo momento Bush ha defendido "el derecho
de Israel a defenderse el terrorismo" una manta que cubre cualquier mercancía,
y las exhortaciones "a retirarse de los territorios ocupados" no es más
que un miserable juego para la galería.
Un juego similar al de Sharon respecto a la misión de las Naciones Unidas
que debe investigar las masacres cometidas contra civiles indefensos en Jenin
o el anuncio de la "liberación" de Arafat "arrestado" en su oficina de
Ramalla desde hace cinco meses.
Si la conducta de Bush y Sharon resultan simplemente repugnantes, la de los
"líderes" de la Unión Europea y los medios de comunicación
en general, no lo son menos. Usted recuerda, amigo lector, lo que dijeron Solana
y su sucesor George Robertson que obedecieron la orden recibida de bombardear
y destruir la ex-Yugoslavia, por que la "Comunidad Internacional" no podía
tolerar los "crímenes de Milosevic" ,( no los de los croatas y los guerrilleros
(amigos) de Kosovo), que bien que los hubo.
Si alguien proclamó alguna vez el papel de la UE como un poder equilibrante,
en el marco de cordiales relaciones, a la soberbia de la única superpotencia,
eso resultó sólo una ilusión.. Si ya habían perdido
esos dirigentes todo crédito moral por su permanente dualidad frente
a acontecimientos de la misma naturaleza, a partir de ahora sólo recibirán
el desprecio. Como el que ya les ha demostrado Sharon negándoles cualquier
legitimidad pese al tono conciliador y "equidistante" con que han tratado el
problema del Medio Oriente y la ausencia de cualquier iniciativa propia atrapados
en su mediocridad y dependencia de Estados Unidos. Para mediar en cualquier
conflicto, hay que tener, más que persuasión militar, fuerza moral
capaz de inspirar confianza a ambas partes. Ahora toda legalidad internacional
ha quedado arrasada, las Naciones Unidas, que podría tener ese crédito
moral, es saboteada en primer lugar por el gobierno de Estados Unidos y queda
reducida a un gigante con pies de barro.
La otra pata perversa, de este trípode que dejó de ser un eje,
son los medios de comunicación. El señalar los atentados de los
martirizados palestinos como "un obstáculo para el proceso de paz", la
calificación sistemática de "terroristas" a los que en lucha desigual
combaten como pueden a los asesinos que los exterminan, la búsqueda cuidadosa
de las palabras para evitar llamar por su nombre a los crímenes de Sharon,
los hace tan cómplices y despreciables, como los patrones a los que sirven.
Y eso lo saben hasta los niños palestinos que han visto morir a sus padres
y hermanos bajo los escombros de sus modestas viviendas arrasadas por los tanques
de Sharon. Tarde o temprano la historia les pedirá una rendición
de cuentas.