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10 de mayo del 2002
Pruebas fabricadas contra Arafat
Robert Fisk
La Jornada
El llamado libro del terror, diseñado por Israel para probar que
Yasser Arafat está implicado en ataques suicidas y presentado al presidente
George Bush, está plagado de errores, omisiones y deliberadas desinformaciones.
En algunos casos las traducciones de documentos palestinos supuestamente capturados
por tropas israelíes están amañadas para "probar" la responsabilidad
de Arafat en ataques contra israelíes. En cambio se han omitido las referencias
a la forma en que colaboracionistas israelíes contribuyeron a armar a
los enemigos de Tel Aviv. Por lo menos una traducción de un documento
palestino colocado en un portal de Internet del ejército israelí
es palpablemente falsa.
La noche del miércoles, mientras Sharon asistía a una reunión
de su gabinete de asuntos interiores para discutir las represalias por los últimos
ataques suicidas palestinos, confiaba en que los documentos decomisados por
el ejército israelí cuando irrumpió en las oficinas de
Arafat mostraran al mundo que el líder palestino es un maestro del terror
y un maligno señor de la guerra subsidiado por Irán y Arabia Saudita.
La traducción israelí y los resúmenes de los documentos
palestinos capturados han sido mutilados en muchos casos para probar que la
Autoridad Nacional Palestina (ANP) es el centro del terrorismo. Lo que muestran
en realidad es la impotencia militar de Arafat. De hecho, los documentos que
el servicio de inteligencia israelí ha presentado hasta la fecha -suponiendo
que la mayoría sean genuinos- presentan un vívido y patético
cuadro de la pérdida de poder de Arafat entre la comunidad palestina
en los últimos 12 meses, la insubordinación de sus lugartenientes
y el gradual reclutamiento de sus hombres por sus oponentes de Hamas y Jihad
Islámica.
Una investigación de los documentos originales en árabe realizada
por The Independent revela en qué forma los israelíes, en un ejercicio
de propaganda negra, han manipulado su verdadero sentido. El 20 de marzo de
este año, uno de los oficiales principales de inteligencia de Arafat
en la población de Tulkarem, en la franja occidental ?la única
parte legible de su nombre es Hamdi? envió un informe al director de
inteligencia de Arafat en el norte de la franja, relativo a un presunto colaboracionista
con Israel llamado Jihad Ilayan.
"Además de nuestra carta número TK-334-2002, fechada el 16-3-02
acerca del ataque israelí (con helicópteros) a la granja avícola
de Anabta, y después de arrestar al joven mencionado, interrogarlo y
liberarlo, deseamos informar que está ahora con un pariente llamado Riyadh
Iliyan, del campo (de refugiados) de Jalazoan, quien trabaja en Inteligencia
General", señala el reporte de Hamdi. Una nota al pie señala que
Riyadh está bajo vigilancia y que se le ordenaría llevar a Jihad
para interrogarlo. Las implicaciones son obvias: Riyadh Iliyan trabaja para
la organización de inteligencia de Arafat pero su pariente, Jihad, es
sospechoso de colaborar con Israel.
Apenas 17 días antes, otro informe de inteligencia de Tulkarem, esta
vez escrito en papel sin membrete ni firma, informa a los hombres de Arafat
que la Brigada Al Aqsa en la ciudad planea "una operación dentro de Israel".
El modus operandi de la brigada, indica el documento, considera ofrecer el perdón
a los suspechosos de colaborar con Israel si matan a colonos judíos,
o a soldados u oficiales de inteligencia israelíes. La subsecuente "operación"
había sido planeada, según el informe, por Ghanem Ghanem de la
Fuerza 17, Hani Abu Laimoon, "antes operativo nuestro", y un hombre a quien
sólo se menciona como el "traficante de drogas". El mismo grupo, señala
el documento, organizó previamente el ataque a un salón de banquetes
de la ciudad de Hadera, en el norte de Israel. No menciona los resultados de
ese ataque: seis civiles israelíes muertos y 35 heridos.
Estos informes, como muchos otros, sólo muestran cómo ha perdido
control Arafat de las organizaciones militantes que florecen entre los palestinos
de la franja occidental. Pero el tratamiento que les ha dado Israel ha sido
extraordinario: después de sustraerlos de las oficinas palestinas en
la franja, los hizo públicos con traducciones y resúmenes de su
contenido orientados a deformar la información y, por lo menos en un
caso, a decir una falsedad. Aseguran que el reporte sobre Iliyan detalla su
papel en un ataque suicida fallido, cuando en realidad hablan de su supuesta
colaboración con Israel, y presentaron el segundo documento como prueba
de que los propios hombres de inteligencia de Arafat están involucrados
en los escuadrones suicidas de Al Aqsa. Se borró toda referencia al traficante
de drogas y a la oferta de perdón a los colaboracionistas.
Las mentiras sistemáticas -dirigidas a la prensa y al público
por igual- son parte de la guerra sucia entre palestinos e israelíes.
Una lectura atenta de los textos en árabe sugiere que Israel lucha contra
hombres que hace mucho tiempo se han salido del control de Arafat, que cuentan
con mayores fondos que la ANP y cuyos ataques contra Israel sólo en forma
ocasional son detectados por los oficiales de inteligencia que siguen leales
al líder.
Típico de esto último es el caso de Malmoud Freih, estudiante
palestino de 17 años que nació en Kuwait y vivía en Tulkarem.
Un documento de la oficina de "Seguridad Preventiva" de Arafat en esa ciudad,
fechado el 26 de diciembre del año pasado, informó a los operativos
de inteligencia de Arafat que Freih había sido miembro originalmente
del Frente Democrático (grupo marxista pro Arafat). pero que se había
unido a Jihad Islámica a instigación de un residente de Tulkarem
llamado Ayman Mahdawi. Desde el principio los hombres de Arafat exigieron hablar
con Freih sobre su cambio de afiliación, pero ya entonces planeaba colocar
una mina en un camino utilizado por tanques israelíes, cerca de Sweikeh.
El ataque fue abortado por la presencia de soldados israelíes. Entonces
sacó la bomba y extendió un cable desde los explosivos hasta un
árbol de cítricos en un huerto. Una vez más el atentado
falló. Al día siguiente Freih fue a la escuela, pero volvió
al lugar donde estaba el artefacto, sólo para encontrar que habían
cortado el cable. Ahí lo esperaban un oficial de la ANP y un experto
en explosivos llamado Samir Abu Naser. Más tarde el joven confesó
sus intenciones a los hombres de Arafat. Una nota posterior en el informe indica
que Freih fue liberado después del interrogatorio a condición
de sumarse presumiblemente a la Autoridad Nacional Palestina.
El relato de cómo un escolar de 17 años pudo afiliarse a Jihad
Islámica y salir después de clases a tratar de destruir un tanque
israelí arroja una luz reveladora sobre la militancia de la juventud
palestina. Pero la versión israrelí del informe sólo indica
que colocó una carga explosiva en el camino utilizado por tanques israelíes,
que fue arrestado por la ANP y liberado después de acceder a unirse a
los hombres de Arafat. Elimina toda referencia al papel asumido por la ANP en
frustrar el ataque. El texto completo muestra claramente que los hombres de
Arafat hicieron justamente lo que los israelíes habrían deseado:
detuvieron el ataque y convencieron al muchacho de cambiar de bando.
En otros casos, sin embargo, los oficiales de inteligencia de Arafat fracasaron
en forma lastimera en mantener la lealtad de sus hombres. Lejos de controlar
a las poderosas milicias que han surgido en la franja occidental para hacer
la guerra abierta a los isaraelíes, Arafat simplemente fue hecho a un
lado. Un largo informe fechado el 4 de febrero, también escrito en papel
sin membrete, detalla a los hombres de inteligencia de Arafat cómo el
aparato de seguridad palestino en Jenin -junto con miembros locales de la propia
operación de Inteligencia General de Arafat, entrenados por la CIA- había
sido infiltrado o comprado mediante pagos de fuertes sumas en efectivo. Uno
de los hombres de inteligencia desleales -descrito como "flaco, de dientes partidos
y sucios"- está ahora a sueldo de Jihad Islámica: "a veces -prosigue
el informe- lleva una máscara en manifestaciones y grita consignas contra
la ANP". A otro hombre, un oficial de la Seguridad Preventiva, también
entrenada por la CIA, conocido como "Al-Rikh", se le describe como "la fuente
de la mayoría de las armas de Jihad y Hamas". El movimiento Fatah en
Jenin, añade el documento, "juega en dos bandos... está con la
Autoridad pero, cuando la Autoridad detiene a alguien, se vuelve en su contra".
Es obvio que el dinero tiene un papel preponderante en la insubordinación
de la gente de Arafat.
Una nota curiosa en el mismo informe indica que Haj Ali al-Safouri "tiene una
computadora, disketes y un archivo completo de seguridad para los operativos
de Jihad Islámica en Jenin, y también dos rifles M-16".
La esposa de Haj Ali, que trabaja de maestra, ha ocultado esos artículos
en la casa de su hermano mayor, en el campo de Jenin. Una fuente escuchó
este dato del propio Haj... "En la actualidad hay fuertes desacuerdos entre
Haj Ali y el movimiento Jihad. La razón es económica, porque el
doctor Shallah ha enviado a la cuenta de banco de Bassam al-Asdi la cantidad
de 127 mil dólares para que se haga cargo de las familias de los mártires
y detenidos, y esa suma, que supuestamente debió llegar a Haj Ali, se
ha perdido". El informe no dice quién es el doctor Shallah -al-Asdi parece
ser un oficial financiero de Jihad-, pero la enorme suma de dinero mencionada
muestra lo bien provista de fondos que estaba Jihad Islámica en febrero
de este año. Una nota adicional en el expediente señala que existe
desacuerdo dentro de Jihad por otros 31 mil dólares, "el resto de los
gastos de la operación en Afula, que Haj Ali no recibió de ellos".
No está claro a cuál de los ataques antisraelíes ocurridos
en Afula se refiere el documento. Es perfectamente obvio que la corrupta pero
en buena medida quebrada Autoridad Palestina no puede competir con las cantidades
de dinero que fluyen del tesoro de Jihad.
Los intentos israelíes de adosar el nombre de Arafat a los pagos hechos
a palestinos que cometieron ataques se apoyan en unos cuantos documentos que
llevan o parecer llevar la firma del dirigente. Uno de ellos, fechado el 19
de septiembre del año pasado, es una solicitud de pagos de 2 mil 500
dólares para Raed el-Karni, Ziad Daas y Amar Qadan. La versión
israelí del documento no indica que tanto el-Karni como Qadan fueron
asesinados por fuerzas israelíes cuatro meses después. A Daas,
que aún vive, se le atribuye haber planeado la masacre cometida en Hadera
el 17 de enero pasado, cuatro meses después -no antes- de que se envió
la solicitud a Arafat. En tal caso, cada hombre recibió 600 dólares.
Otro documento escrito en un papel con el membrete "Estado de Palestina" registra
pagos de 800 dólares cada uno a 15 hombres, entre ellos Bilal Abu Aamsheh,
más tarde acusado por Israel de matar a un nativo de esa nación
el 31 de mayo de 2001, y a dos guardias fronterizos el 11 de septiembre. En
esta ocasión los pagos fueron autorizados no después de los asesinatos,
sino por lo menos dos meses antes.
Una cuenta del dinero que en apariencia se necesitaba para producir armas lleva
la leyenda "Tropas de los Mártires de Al Aqsa" en la parte superior de
la hoja. Según los israelíes, está dirigida a Fouad Shabaki,
uno de los confidentes de Arafat. Pero en el original en árabe no aparece
el nombre de Shabaki. Lo que el papel muestra -una vez más- es la gran
cantidad de dinero disponible para los dos hombres que dirigieron los escuadrones
suicidas. Incluye 80 mil dólares para hojalata, prensas, soldadoras y
cables. Otro documento, titulado Reporte financiero, que tampoco tiene liga
alguna con Arafat, detalla costos de balas y químicos para cargas explosivas
y bombas de Al Aqsa. Presenta un marcado contraste entre el dinero disponible
para los escuadrones suicidas y las exiguas cantidades que supuestamente autorizó
Arafat.
Al leer los textos originales -los que parecen ser auténticos- se obtiene
una singular perpectiva de la indefensión de Arafat, de la infiltración
de sus subordinados y de los intentos de sobornar a sus propios oficiales de
inteligencia, uno de los cuales revela lealmente a sus jefes que ha recibido
ofertas de Jihad Islámica. Lo último que demuestran es que Arafat
esté detrás de la ola de atentados suicidas que ayer mismo continuaban
en Israel. Pero no es eso lo que desea Sharon: quiere que se retire el poder
a Arafat. Por eso había que mostrar a uno de los hombres más impotentes
de Palestina como uno de los terroristas más poderosos del mundo.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya