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Desde todo el mundo acusan a Sharon de genocida
NIKO SCHVARZ
Antes, durante y después de la misión de Colin Powell --que no
contribuyó en absoluto a detener las matanzas perpetradas por los israelíes,
lo mismo que ocurrió con Zinni y ocurrirá con Tenet, el jefe de
la CIA-- se alzaron voces desde todo el mundo para condenar a Sharon por el
genocidio en los territorios palestinos. Una catarata de pronunciamientos surge
de organizaciones y personalidades de todo tipo. Jenin ha sido arrasada y su
población masacrada como hicieron los nazis en Lídice, Naplusa
es un gigantesco campo de concentración, Sharon hace oídos sordos
a los llamados de la comunidad internacional y mantiene las tropas en los territorios
mientras persiste la aberración de que Arafat sigue siendo prisionero
de guerra en su propia patria.
El martirologio de Jenin y Naplusa
Vimos a Terje Roed-Larsen, enviado de la ONU, decir frente al campo de refugiados
de Jenin, donde no quedó piedra sobre piedra, que se sentía "conmocionado
y aterrorizado, es como si hubiera pasado un terremoto, un horror que supera
el entendimiento humano, hay un hedor de muerte". Agregó que es "moralmente
repugnante" que el ejército israelí hubiera prohibido hasta una
semana después de los combates que la Cruz Roja y los equipos de rescate
llegaran para asistir a los sobrevivientes y para enterrar los cadáveres,
tirados por el suelo. Vimos imágenes dantescas, pedazos de cadáveres,
un pie entre las ruinas, por las TV alemana e italiana, que mostraban además
los caseríos arrasados por proyectiles y excavadoras del ejército
israelí. En un cuadro de devastación total, cortada el agua y
la electricidad, las mujeres lloraban porque se habían quedado sin nada.
Hay un hecho revelador de la inhumanidad y la falta de todo rasgo moral por
parte de las tropas invasoras. Se rescataron seres humanos con vida después
de cinco días de permanecer bajo los escombros, y al lado de ellos yacían
los muertos, que podrían haberse salvado de no haberse prohibido el ingreso
de las ambulancias. Militantes pacifistas israelíes, a los que también
se les impidió entrar a Jenin, hicieron saber al mundo, en medio de la
tragedia, que estaban recibiendo desde allí angustiosos SOS por medio
de celulares de gente aprisionada bajo las ruinas. Pero tampoco estos llamados
desde el umbral de la muerte ablandaron el corazón de Sharon y sus huestes.
Más aún: cuando se le interrogó sobre Jenin el lunes pasado
en un muy extenso reportaje de Wolf Blitzer por CNN, dijo textualmente: "Esa
historia es una mentira" (this story is a lie). A la pregunta sobre el número
de muertos, respondió que no sabía, pero que eran muchos menos
(much less) de los que denunciaban los palestinos, por encima de los 250 y que
podrían llegar hasta el medio millar.
A balazos con los periodistas
En Naplusa enterraron en fosas comunes más de 60 muertos que se pudrían
en las calles. Aquí también, un matrimonio fue rescatado después
de permanecer varios días bajo los escombros, al lado de 8 palestinos
muertos. Los vimos emerger a la vida en la pantalla de la Deutsche Welle, que
mostró también a prisioneros palestinos tirados en el suelo, descalzos,
con las manos atadas a la espalda, brutalizados por soldados armados a guerra,
y como telón de fondo las viviendas hechas polvo. Los testimonios de
la TV italiana eran análogos, así como notas gráficas publicadas
en El País de Madrid. Todos estos elementos pudieron recogerse desde
que se permitió el ingreso de la prensa, que a partir del 29 de marzo
estuvo prohibido en esas "zonas militares cerradas". Precisamente, la organización
internacional Reporteros Sin Fronteras acusó a Israel de violar la libertad
de prensa, de "uso brutal de la fuerza y actitudes racistas contra periodistas
árabes, y arrestos arbitrarios". Antes, mataron a un camarógrafo
egipcio, balearon a un corresponsal del Boston Globe y reprimieron a un grupo
de 25 reporteros en Ramalá. El miércoles 16 atacaron desde blindados
israelíes a los periodistas de la Rede Globo de Brasil, impactaron con
tiros de fusil y ametralladora su vehículo y por casualidad no hicieron
blanco en los reporteros.
"Sangre sobre la estrella de David"
En esos días se realizaron manifestaciones de condena al gobierno israelí
en Berlín, Londres, Amsterdam, Viena, en Turquía, en Jerusalén
por parte de Paz Ahora. En Suiza se denunció el tiroteo de ambulancias
de la Cruz Roja. En la capital británica los carteles acusaban a Sharon
de "child killer" (matador de niños). El ministro del Exterior Jack Straw
formuló críticas en la sesión parlamentaria del 17 a la
conducta de Israel y el diputado (MP) Kaufman dijo durante el debate que "el
repulsivo gobierno de Sharon tiñe de sangre la estrella de David".
En la 58ª sesión de la Comisión de DDHH de la ONU celebrada en
Ginebra el lunes 15 se condenó a Israel por el incumplimiento de la resolución
1402 que obliga al retiro de sus tropas de los territorios y por las violaciones
de los derechos humanos en los mismos. La votación fue de 40 a favor,
5 en contra y 7 abstenciones, entre ellas la de Uruguay. O sea que Uruguay se
abstuvo de condenar las brutales violaciones de DDHH por parte de Israel, y
luego promovió la condena a Cuba en la misma Comisión.
Una fuerza de interposición
La nómina desbordante de pronunciamientos contra la política de
Sharon amerita complementarse en próxima nota. La situación persiste
en toda su gravedad, Ramalá y Belén siguen ocupadas, en las poblaciones
presuntamente evacuadas (como la arrasada Jenin) los tanques permanecen en la
periferia y otras (como Talkarem) volvieron a ser ocupadas. En suma, el alegado
retiro es una farsa total, y Sharon le dijo con todas las letras a Powell que
se irán cuando se les dé la gana. Kofi Annan propuso en el Consejo
de Seguridad instalar una poderosa fuerza de interposición multinacional
para controlar la evacuación de las tropas israelíes, pero las
anteriores propuestas en ese sentido aprobadas por el Consejo fueron sistemáticamente
vetadas por los Estados Unidos. *
Israel acepta investigación de ONU en campo de Jenin
Israel prometió el sábado cooperar con la misión de la
ONU para investigar la devastadora ofensiva en el campo de refugiados de Jenin
y dijo que no tenía nada que esconder ante las acusaciones palestinas
de masacre. Al observar a los refugiados de Jenin escarbar entre los escombros
en busca de cadáveres y pertenencias, el secretario de Estado adjunto
de Estados Unidos para la región, William Burns, calificó la situación
de "terrible tragedia humana". Una fuente del hospital de Jenin dijo que el
saldo de víctimas fatales en el campo de refugiados se elevó a
39, pero añadió que se podría incrementar a entre 200 y
400. Israel dice que murieron alrededor de 70 palestinos, la mayoría
combatientes, y 23 soldados israelíes en Jenin. En un intento por terminar
con el cerco militar de Israel a su complejo presidencial en Ramalá,
que ya dura semanas, Yasser Arafat ofreció juzgar en un tribunal palestino
a los presuntos asesinos de un ministro israelí, pero el gobierno del
estado judío rechazó la propuesta. *