Sharon declaró oficialmente la guerra a los palestinos, pero en la práctica esa guerra estaba ya en pleno desarrollo. Su objetivo consiste en reconquistar los territorios palestinos, desmembrar a su autoridad y forzar la colonización perpetua de partes considerables de Cisjordania y la franja de Gaza. O sea, una variante del plan del Gran Israel sostenido por la ultraderecha. La guerra en verdad comenzó hace año y medio con la proyección de Sharon y la ruptura de las negociaciones, pero ahora él mismo la ha profundizado, ha liquidado toda perspectiva de diálogo y con la invasión de Ramalá (que ayer se extendió a otras ciudades) abrió una fase bélica aún más terrible.
Monstruosidades en cadena
En ésta acumula auténticas monstruosidades, como las siguientes: 1) asesinato a mansalva de por lo menos 30 palestinos durante la ocupación militar del hospital para mujeres de Ramalá, y luego en la irrupción a un edificio cercano. 2) Fusilamiento (término usado por la TV española) de 5 integrantes de la guardia de Arafat al penetrar en la Mukataa; otra versión, acompañada de fotos, menciona "5 soldados palestinos ejecutados con un balazo en la nuca". 3) Cientos de jóvenes de Ramalá fueron apresados, les ataron las manos y les vendaron los ojos (nos trajo el recuerdo de nuestro país bajo la dictadura). 4) Consumada la ocupación de Ramalá, así como la de Bet Jala y Belén, fueron cercadas las localidades de Kalkilya y Tulkarem, y posteriormente invadidas. 5) bombardearon y ocuparon canales de TV y radios palestinas. 6) en Ramalá cortaron la electricidad, suprimieron el agua y destruyeron los reservorios, como lo han venido haciendo en poblados palestinos.
Es criminal la actitud seguida con la ambulancias y el personal médico, incluso extranjero, que en actitud valerosa y solidaria se hizo presente para salvar la vida de los heridos y enfrentaron la prepotencia de las fuerzas israelíes. Heridos en la Mukataa se desangraron porque los soldados israelíes prohibieron a balazos el paso de ambulancias. La red satelital de Al-Jazira mostró las imágenes. Ambulancias de la Media Luna Roja con médicos y voluntarios (como el norteamericano Adam Shapiro y el irlandés Caoimhe Butterly) fueron retenidas por horas hasta permitirles recoger los heridos. Las madres palestinas no pueden acompañar a sus hijos heridos al hospital, quedando retenidas en los puestos de control militar, que tampoco permiten pasar a las mujeres a punto de dar a luz.
Un SOS desde Ramalá ocupada
Haciendo honor a su profesión, periodistas de varios países lograron vencer la oposición del ejército israelí, llegaron a entrevistar a Rafat y a informar al mundo del genocidio. Son objeto de la hostilidad de las tropas de ocupación, que balearon su hotel para impedir que documentaran las muertes y destrucciones. Los vimos con un pañuelo blanco cuando junto a pacifistas se dirigían a la Mukataa. Uno de ellos, del Boston Globe, está herido de un balazo en la columna. Ellos han logrado que la verdad se vaya abriendo paso, a pesar de campañas digitadas como la de la CNN (que difunde oficiosamente el punto de vista de Sharon, y --lo que es lo mismo-- del gobierno de EEUU, e incluso envía una desprestigiada corresponsal para provocar a Arafat, por lo cual recibió una respuesta digna). La última: Sharon ordenó a todos los periodistas abandonar Ramalá; de lo contrario, serán arrestados y expulsados por la fuerza.
Desde Ramalá ocupada nos llega el siguiente mensaje: "Decenas de muertos palestinos e israelíes en la última semana son sólo un preludio de lo que sucederá si la presión internacional no frena esta guerra. Aquí hay miles de palestinos e israelíes que abogan por la paz, pero sus esfuerzos son superados por la ola de muertes mutuas y la lógica de la confrontación. Si bien existe una simetría en el sufrimiento de las víctimas civiles, hay un estado ocupante y un pueblo ocupado, un colonizador y un colonizado, un ejército de una potencia regional frente a milicias de armamento limitado y suicidas desesperados. El gobierno de Israel es el principal responsable de la escalada, y se desentiende de la oferta de paz de los países árabes.
Ahora lo más urgente es detener esta locura. A pesar de los suicidas palestinos y sus atentados (en el restaurante Matza de Haifa y el asentamiento de Efrat) miles de israelíes participan en acciones de protesta. Aparte de los objetivos estratégicos de Sharon, la guerra es parte de una escalada de venganzas mutuas entre el ejército israelí y organizaciones armadas palestinas, guerra salvaje de vendettas y crueldad cuyo precio lo pagan las poblaciones civiles. Dijimos que la sangre derramada en los campamentos palestinos nos está ahogando a todos, palestinos e israelíes. Hay que frenar esta carnicería, terminar con la invasión israelí, cesar los ataques a civiles de ambas partes y lograr un inmediato cese del fuego".
Indignación y solidaridad mundial
Llegaron a Ramalá militantes pacifistas de todas partes, corriendo riesgos y afrontando dificultades, vimos la bandera de los Sin Tierra, a José Bové, a médicos de distintas nacionalidades, a diputados italianos, al tiempo que se desplegaban manifestaciones en Jordania, Líbano, Marruecos, Siria, se reunían 100 mil personas en Bagdad y 50 mil en El Cairo, y multitudes recorrían París, Washington, ciudades de Italia y otras. En diversos idiomas se leían las consignas de protección a los palestinos y defensa de sus derechos. Cuba urgió una acción del Consejo de Seguridad, que votó una resolución instando al retiro de Israel, pero ya se sabe que éste ha ignorado una tras otra las decisiones de la ONU.
Diametralmente opuesta ha sido la posición de Bush, quien apoyó al gobierno de Sharon y dijo que tiene derecho a proceder como lo hace. Unica excepción en el mundo.
La extensión de la guerra
Pero ella (y la cuantiosa ayuda militar) le bastan a Sharon para proseguir su política de hechos consumados. Ayer su ministro Uzi Landau declaró que "ahora es vital derrocar a Arafat", y él sumó a las 3 divisiones con 30 mil hombres que ocupan Cisjordania y Gaza la convocatoria de 20 mil reservistas, la ocupación de nuevos poblados palestinos y el anuncio de la prolongación de la guerra. *
LA REPUBLICA/URUGUAY