27 de noviembre del 2002

BBC

Afganistán fue el principal productor de opio hasta la prohibición impuesta por el Talibán, pero volvió a ubicarse este año como el principal proveedor mundial de opio con un incremento en su producción, 18 veces mayor desde la caída del régimen Talibán.
La alarmante conclusión forma parte de un informe que la Oficina para el control de drogas y prevención del delito de Naciones Unidas hizo público este viernes en Roma. Su director ejecutivo, Antonio María Costa dijo durante una conferencia ofrecida en la capital italiana que no se debe culpar a las actuales autoridades afganas, sino que esto se produjo "durante el total colapso de la ley y el orden en el otoño de 2001".
Hasta entonces, y debido a la prohibición al cultivo de amapolas impuesta por los talibanes, por primera vez la producción de la materia prima de la heroína había logrado reducirse a 185 toneladas. Pero tras la operación militar liderada por Estados Unidas que derrocó del poder al movimiento islámico ortodoxo, las cifras se elevaron a 3.400 toneladas en 2002.

Malas noticias

Todo esto vuelve a poner a Afganistán en los altos niveles de provisión de droga de fines de los 90 cuando producía el 70% del opio mundial. Se trata de malas noticias tanto para el programa de control de narcóticos de Naciones Unidas como para el gobierno británico, que coordina los esfuerzos internacionales en Afganistán.
El gobierno del presidente Hamid Karzai lanzó en abril una campaña de erradicación de las plantaciones de amapolas ofreciendo a los granjeros US$500 por acre destruido, pero según el informe, el programa no sería suficiente.
Según Costa, se estima que cada una de las casi 250.000 familias que viven de la producción de opio, obtienen una ganancia de entre US$3.000 y US$4.000 por año. De las 32 provincias afganas -detalla el informe- 24 cultivan amapolas, pero el 95% de la producción de opio está concentrado en sólo cinco de ellas.

Ayuda internacional

El director ejecutivo de la oficina para el control de drogas y prevención del delito de la ONU, Antonio Maria Costa se mostró cauto a la hora de trazar pronósticos para el próximo año.
Finalmente hizo un llamado a la comunidad internacional para colaborar en el fortalecimiento del control de narcotráfico y el desarrollo de medios legales y de subsistencia económica en Afganistán. Costa puso especial énfasis en los países europeos, principales destinatarios de la heroína originada en el castigado país del centro asiático.