Federation of American Scientists [FAS]
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
En el contexto del inminente peligro de una guerra entre EE.UU. y sus
aliados -sobre todo Gran Bretaña e Israel- contra Irak, justificada con
una presunta amenaza de armas de destrucción masiva iraquíes,
los medios convencionales de comunicación ocultan generalmente que Israel
es la única nación en el Oriente Medio que posee armas nucleares.
El informe de la FAS (Federación de Científicos Estadounidenses,
del año 2000) describe con detalles concretos el armamento nuclear israelí.
En parte se basa en informaciones internas de las Fuerzas Armadas de EE.UU.
así como en las revelaciones de Mordechai Vanunu, el valeroso técnico
nuclear israelí que está incomunicado desde 1987 -después
de haber sido secuestrado por el Servicio Secreto de Israel- por haber revelado
en la prensa británica informaciones concretas sobre la producción
de esas armas. [Nota del traductor]
Armas nucleares
El programa de armas nucleares israelí nació de la convicción
de que el Holocausto justificaba cualquier medida que Israel tomara para asegurar
su supervivencia. Consecuentemente, Israel ha estado investigando activamente
la opción nuclear desde sus primeros días. En 1949, HEMED GIMMEL
una unidad especial del Cuerpo Científico del IDF [ejército israelí],
comenzó un estudio geológico del desierto del Néguev que
duró dos años, orientado al descubrimiento de reservas de uranio.
Aunque no encontraron fuentes importantes de uranio, hallaron cantidades recuperables
en depósitos de fosfatos.
El programa tomó otro paso adelante con la creación de la Comisión
de Energía Atómica de Israel (IAEC por sus siglas en inglés)
en 1952. Su presidente, Ernst David Bergmann, había abogado durante mucho
tiempo en el sentido de que una bomba israelí era la mejor manera de asegurar
"que nunca más seremos llevados como corderos al matadero." Bergmann era
también jefe de la División de Investigación e Infraestructura
del Ministerio de Defensa (conocida por su acrónimo hebreo, EMET), que
se había hecho cargo de los centros de investigación HEMED (entre
ellos HEMED GIMMEL que fue rebautizada Machon 4) como parte de una reorganización.
Bajo Bergmann, la línea entre la IAEC y EMET se borró hasta el punto
que Machon 4 funcionó esencialmente como el principal laboratorio para
la IAEC. En 1953, Machon 4 no sólo había perfeccionado un proceso
para extraer el uranio encontrado en el Néguev, sino también había
desarrollado un nuevo método para producir agua pesada, otorgando a Israel
una capacidad propia para producir algunos de los materiales nucleares más
importantes.
Para el diseño y construcción del reactor, Israel buscó la
ayuda de Francia. La cooperación nuclear entre las dos naciones se inició
desde los años 50, cuando comenzó la construcción del reactor
francés de agua pesada de 40 MWt y de una planta de reprocesamiento químico
en Marcoule. Francia era un socio natural para Israel y ambos gobiernos veían
una opción nuclear independiente como un medio para poder mantener un grado
de autonomía en el medio bipolar de la guerra fría.
En otoño de 1956, Francia aceptó suministrar a Israel un reactor
de investigación de 18 MWt. Sin embargo, el comienzo de la Crisis de Suez
unas semanas más tarde cambió dramáticamente la situación.
Después del cierre del Canal de Suez por Egipto en julio, Francia y Gran
Bretaña habían acordado con Israel que éste provocaría
una guerra con Egipto para dar a las naciones europeas el pretexto para enviar
a sus tropas como mantenedores de la paz a fin de ocupar y reabrir la zona del
canal. Como consecuencia de la Crisis de Suez, la Unión Soviética
hizo una apenas disimulada amenaza a las tres naciones. El episodio no sólo
reforzó el punto de vista israelí de que necesitaba una capacidad
nuclear independiente para impedir la dependencia de aliados potencialmente poco
confiables, sino que llevó también a un sentimiento de deuda entre
los dirigentes franceses, porque no habían cumplido con los compromisos
hechos frente a un socio. Se cita incluso al primer ministro francés Guy
Mollet diciendo en privado que Francia le "debía" la bomba a Israel.
El 3 de octubre de 1957, Francia e Israel firmaron un acuerdo modificado que preveía
que Francia construyera un reactor de 24 MWt (aunque los sistemas de enfriamiento
y de residuos tenían una dimensión tres veces superior) y, en protocolos
que no fueron documentados, una planta de reprocesamiento químico. El complejo
fue construido en secreto, y fuera del régimen de inspección de
la IAEA [Agencia Internacional de Energía Atómica], por técnicos
franceses e israelíes en Dimona, en el desierto del Néguev, bajo
la dirección del coronel Manes Pratt del Cuerpo de Armamento del IDF.
Tanto la escala del proyecto como el secreto en el que se realizó, convirtieron
la construcción de Dimona en una empresa inmensa. Una nueva agencia de
inteligencia, la Oficina de Enlace Científico (LEKEM) fue creada para asegurar
la seguridad y la inteligencia del proyecto. En el clímax de la construcción,
unos 1.500 trabajadores israelíes y franceses trabajaron construyendo Dimona.
Para mantener el secreto, los funcionarios de la Aduana francesa fueron informados
de que la parte más voluminosa de los componentes del reactor, como ser
el tanque del reactor, formaban parte de una planta de desalinización que
iba a América Latina. Además, después de comprar agua pesada
de Noruega, con la condición de que no fuera trasferida a un tercer país,
la Fuerza Aérea francesa transportó secretamente hasta cuatro toneladas
de la sustancia a Israel.
Se presentaron problemas en mayo de 1960, cuando Francia comenzó a hacer
presión sobre Israel para que hiciera público el proyecto y se sometiera
a inspecciones internacionales del emplazamiento, amenazando con retener el combustible
para el reactor a menos que lo hiciera. El Presidente de Gaulle estaba preocupado
de que el inevitable escándalo que sería provocado por cualquiera
revelación sobre la ayuda francesa en el proyecto, especialmente la planta
de reprocesamiento químico, tendría repercusiones negativas para
la posición internacional de Francia, que ya estaba debilitada por su guerra
en Argelia.
En una reunión subsiguiente con Ben-Gurion, de Gaulle ofreció vender
a Israel aviones caza a cambio de la detención del trabajo en la planta
de reprocesamiento, y salió de la reunión convencido de que el asunto
estaba liquidado. No fue así. Durante los meses siguientes, Israel elaboró
un compromiso. Francia suministraría el uranio y los componentes que ya
habían sido pedidos y no insistiría en las inspecciones internacionales.
Por su parte, Israel aseguraría a Francia que no tenían intenciones
de producir armas atómicas, no reprocesaría plutonio, y revelaría
la existencia del reactor, que sería completado sin ayuda francesa. En
realidad, no cambió gran cosa -los contratistas franceses terminaron su
trabajo en el reactor y en la planta de reprocesamiento, se entregó el
uranio, y el reactor entró a su fase crítica en 1964.
Estados Unidos se dio cuenta de la existencia de Dimona por primera vez después
de vuelos de los U-2 en 1958 que registraron la construcción de la instalación,
pero no fue identificada como un emplazamiento nuclear hasta dos años más
tarde. El complejo fue diversamente explicado como una planta textil, una estación
agrícola, y una instalación de investigación metalúrgica,
hasta que David Ben-Gurion declaró en diciembre de 1960 que el complejo
de Dimona era un centro de investigación nuclear construido con "fines
pacíficos".
Siguieron dos décadas en las que Estados Unidos, a través de una
combinación de benévola desatención, análisis erróneo,
y un exitoso engaño israelí, no llegó a percibir los detalles
del programa nuclear de Israel. El 8 de diciembre de 1960, la CIA ya publicó
un informe detallando las implicaciones de Dimona para la proliferación
nuclear, y la estación de la CIA en Tel Aviv había determinado a
mediados de los años 60 que el programa de armas nucleares israelíes
era un hecho establecido e irreversible.
Inspectores de EE.UU. visitaron siete veces Dimona durante los años 60,
pero no lograron obtener una visión exacta de las actividades que se realizaban,
sobre todo gracias al estricto control israelí sobre la oportunidad y la
agenda de las visitas. Los israelíes llegaron a instalar falsos paneles
de control y a tabicar los ascensores y los corredores que llevaban a ciertas
áreas de la instalación. Los inspectores pudieron informar que no
existía un claro programa de investigación científico o de
energía nuclear para usos civiles que justificara un reactor de esas dimensiones
-evidencia circunstancial del programa de la bomba israelí -pero no encontraron
pruebas de "actividades relacionadas con armas" tales como la existencia de una
planta de reprocesamiento de plutonio.
Aunque el gobierno de Estados Unidos no impulsó ni aprobó el programa
nuclear israelí, tampoco hizo algo por detenerlo. Walworth Barbour, embajador
de EE.UU. en Israel de 1961 a 1973, los años cruciales del programa de
la bomba, consideraba que la parte principal de su labor era aislar al Presidente
de hechos que pudieran llevarlo a actuar respecto al tema nuclear, supuestamente
diciendo en una ocasión que "El Presidente no me envió aquí
para causarle problemas. No quiere que le den malas noticias." Después
de la guerra de 1967, Barbour incluso detuvo la actividad de recolección
de informaciones de inteligencia sobre Dimona del agregado militar. Aun cuando
Barbour autorizó el despacho de información, como lo hizo en 1966
cuando el personal de la embajada averiguó que Israel estaba comenzando
a instalar ojivas nucleares en misiles, el mensaje pareció desaparecer
en la burocracia y nunca fue base de alguna acción.
A principios de 1968, la CIA presentó un informe concluyendo que Israel
había comenzado con éxito la producción de armas nucleares.
Esta consideración, sin embargo, se basaba en una conversación informal
entre Carl Duckett, jefe de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la CIA,
y Edward Teller, padre de la bomba de hidrógeno. Teller dijo que, basándose
en conversaciones con amigos del establishment científico y de defensa
israelí, había llegado a la conclusión que Israel estaba
en condiciones de construir la bomba, y que la CIA no debía esperar un
ensayo israelí para hacer una evaluación final porque ese ensayo
no sería realizado jamás.
Los cálculos de la CIA sobre el tamaño del arsenal de Israel no
mejoraron con el tiempo. En 1974, Duckett estimó que Israel tenía
entre diez y veinte armas nucleares. El límite superior fue derivado de
especulación dentro de la CIA sobre la cantidad de posibles objetivos israelíes,
y no de una inteligencia específica. Porque se estimaba que esa lista de
objetivos era relativamente estática, siguió siendo el cálculo
oficial estadounidense hasta principios de los años 80.
El real tamaño y la composición del arsenal nuclear de Israel son
inciertos, y son temas de varios cálculos e informes. Se informa generalmente
que Israel tuvo dos bombas en 1967. y que el Primer Ministro Eshkol ordenó
que fueran armadas durante la primera alerta nuclear de Israel durante la Guerra
de Seis Días. También se informó que, temiendo una derrota
en la Guerra de Yom Kippur de octubre de 1973, los israelíes armaron 13
bombas atómicas de veinte kilotones.
Potencialmente, Israel podría haber producido unas docenas de ojivas nucleares
en el período entre 1970 y 1989, y podría haber tenido entre 100
y 200 cabezas nucleares a mediados de los años 90. En 1986 el Sunday
Times de Londres publicó descripciones y fotografías de ojivas
nucleares israelíes, provenientes de una supuesta fábrica subterránea
de bombas. Las fotografías fueron tomadas por Mordechai Vanunu, un técnico
nuclear israelí que había sido despedido. Su información
llevó a algunos expertos a concluir que Israel poseía un arsenal
de entre 100 y 200 artefactos nucleares en esa época.
A fines de los años 90, la comunidad de las agencias de inteligencia de
EE.UU. estimaba que Israel poseía entre 75 y 130 armas, basadas en cálculos
de la producción. El arsenal ciertamente incluiría ojivas para misiles
móviles Jericó-1 y Jericó-2, así como bombas para
aviones israelíes, y podría incluir otras armas nucleares tácticas
de varios tipos. Algunos cálculos publicados incluso afirmaban que Israel
podría tener hasta 400 armas nucleares a fines de los años 90.
Creemos que esas cifras son exageradas.
El reactor nuclear Dimona es la fuente de plutonio para las armas nucleares israelíes,
y la cantidad de armas nucleares que podría haber sido producida por Israel
puede ser estimada sobre la base del nivel de energía de ese reactor. La
información hecha pública en 1986 por Mordechai Vanunu indicaba
que en esa época, se estaba produciendo plutonio de grado para armas a
un ritmo de 40 kilos por año. Si esta cifra correspondiera a la capacidad
de creación continua de toda la instalación de Dimona, los analistas
sugirieron que el reactor podría tener un nivel de potencia de por lo menos
150 megawatts, aproximadamente el doble del nivel de potencia que se pensó
que tenía cerca de 1970. Para dar cabida a este mayor nivel de potencia,
los analistas han sugerido que Israel había construido un sistema ampliado
de enfriamiento. Una interpretación alternativa de la información
suministrada por Vanunu fue que el nivel de potencia del reactor había
permanecido a cerca de 75 megawatts, y que el ritmo de producción de plutonio
a principios de los años 80 reflejaba un atraso de material previamente
generado.
Los límites superiores e inferiores plausibles del arsenal de Israel pueden
ser calculados considerando diferentes variables, varias de las cuales son genéricas
para cualquier programa de armas nucleares. El reactor puede haber operado a un
promedio entre 200 y 300 días por año, y producido aproximadamente
entre 0,9 y 1 gramo de plutonio por cada megawatt térmico por día.
Israel puede utilizar entre 4 y 5 kilos de plutonio por arma [5 kilos es un cálculo
estimado, y Vanunu informó que las armas israelíes utilizaban 4
kg.]
La variable clave que es específica al caso de Israel es el nivel de potencia
del reactor, del que se ha informado diversamente que es de por lo menos 75 MWt
y posiblemente de hasta 200 MWt. Nueva imaginería satelital de alta resolución
da una perspectiva importante en este asunto. Las imágenes del reactor
nuclear de Dimona fueron adquiridas por el Proyecto Public Eye de la Federación
de Científicos Estadounidenses del satélite IKONOS de Space Imaging
Corporation. Las torres de enfriamiento asociadas con el reactor Dimona son claramente
visibles e identificables en la imaginería satelital. La comparación
de las imágenes comerciales compradas de IKONOS con imaginería desclasificada
del satélite de reconocimiento CORONA de EE.UU. indica que no se construyeron
nuevas torres de enfriamiento en los años entre 1971 y 2000. Este sugiere
fuertemente que el nivel de potencia del reactor no ha sido aumentado significativamente
durante este período. Esto sugeriría un ritmo de producción
anual de plutonio de unos 20 kilos.
Sobre la base de niveles superiores e inferiores de las prácticas operativas
del reactor, Israel podría, por lo tanto, haber producido suficiente plutonio
para por lo menos 100 armas nucleares, pero probablemente no mucho más
de 200 armas.
Algún tipo de ensayo no-nuclear, tal vez un ensayo de implosión
o de efecto cero, ocurrió el 2 de noviembre de 1966 [posiblemente en Al-Naqab
en el Néguev]. No hay evidencia de que Israel haya jamás realizado
una prueba nuclear, aunque muchos observadores especularon que una presunta explosión
nuclear en 1979 en el Océano Índico meridional fue un ensayo conjunto
surafricano-israelí.
Fuentes y recursos:
The Third Temple's Holy Of Holies: Israel's Nuclear Weapons Warner D. Farr,
LTC, Ejército de EE.UU., septiembre de 1999
The Bomb That Never Is by Avner Cohen, Bulletin of the Atomic Scientists, mayo/junio
de2000, Vol 56, No. 3 pp.22-23
"Israel y la Bomba". Avner Cohen ha suministrado un informe detallado sobre los
aspectos políticos de la historia nuclear de Israel, basado en miles de
documentos gubernamentales estadounidenses e israelíes -la mayoría
recientemente desclasificados y que jamás habían sido citados anteriormente-y
más de cien entrevistas con importantes individuos que tuvieron papeles
centrales en esta historia.
Cohen publicó "Israel y la Bomba" en EE.UU., y ha aparecido una traducción
hebrea del libro. Desde el punto de vista del establishment de la defensa, Cohen
ha cometido un doble pecado.
"Luchando por preservar el maltratado velo del secreto" por Ronen Bergman: La
publicación del libro del Dr. Avner Cohen y la trascripción del
juicio de Vanunu ha hecho sonar la alarma del jefe de seguridad del Ministerio
de Defensa, que se esfuerza por proteger la tradicional opacidad sobre los asuntos
nucleares de Israel.
"El obsesivo secreto socava la democracia" por Reuven Pedatzur, Ha'aretz.
Martes 8 de agosto de 2000 -
"Explosión del pasado al presente" por Yirmiyahu Yovel, Ha'aretz.
28 de julio de 2000 - Si, en el contexto de los acuerdos de paz y las conversaciones
con Estados Unidos, Israel confirmara su capacidad nuclear, --comprometiéndose
a no realizar ensayos nucleares y comprometiéndose a edificar su sistema
de defensa sobre la base de armas convencionales como en el pasado -entonces tal
vez podría por lo menos lograr un reconocimiento de facto, si no la legitimación
internacional, para su armamento nuclear, para ser utilizado sólo como
un "último recurso" y un instrumento para salvaguardar la paz una vez que
Israel se retire.
"Israel, el potencial nuclear de países individuales - Tratado de No Proliferación
de Armas Nucleares- Problemas de Extensión - Apéndice 2, Servicio
de Inteligencia Exterior de la Federación Rusa, 6 de abril de 1995.
"Las armas nucleares de Israel" -Estudio de Elizabeth Stevens.
"La opción de Sansón. El arsenal nuclear de Israel y la política
exterior estadounidense. Seymour M Hersh, [Nueva York: Random House, 1991]
El desarrollo y la estrategia nuclear de Israel: consecuencias futuras para el
equilibrio regional del Oriente Medio. Por Laura Drake.
La estrategia nuclear israelí, por el mariscal del aire, Sir Timothy Garden
Israel: producción de plutonio, Informe de Riesgo, volumen 2, número
4 (julio-agosto de 1996).
Israel: procesamiento y enriquecimiento de uranio: Informe de Riesgo, volumen
2, número 4 (julio-agosto de 1996).
Fin del texto de la FAS: http://www.fas.org/nuke/guide/israel/nuke/
"La aceptación pasiva y la complacencia hacia la existencia de armas
nucleares en cualquier parte del mundo es la enfermedad de la sociedad de hoy.
Nunca en la historia humana ha habido una amenaza semejante para la humanidad
y para todas las formas de vida en el globo. No somos los que nos oponemos a las
armas nucleares los que violamos la ley, sino los gobiernos que han decidido crear
ésta, la mayor amenaza para la humanidad. La lucha contra esas armas no
sólo es legítima, sino que es una lucha moral, ineludible."
- Mordechai Vanunu