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Medio Oriente

6 de octubre del 2002

El programa de armas nucleares de Israel

Federation of American Scientists [FAS]
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

En el contexto del inminente peligro de una guerra entre EE.UU. y sus aliados -sobre todo Gran Bretaña e Israel- contra Irak, justificada con una presunta amenaza de armas de destrucción masiva iraquíes, los medios convencionales de comunicación ocultan generalmente que Israel es la única nación en el Oriente Medio que posee armas nucleares. El informe de la FAS (Federación de Científicos Estadounidenses, del año 2000) describe con detalles concretos el armamento nuclear israelí. En parte se basa en informaciones internas de las Fuerzas Armadas de EE.UU. así como en las revelaciones de Mordechai Vanunu, el valeroso técnico nuclear israelí que está incomunicado desde 1987 -después de haber sido secuestrado por el Servicio Secreto de Israel- por haber revelado en la prensa británica informaciones concretas sobre la producción de esas armas. [Nota del traductor]




Armas nucleares
El programa de armas nucleares israelí nació de la convicción de que el Holocausto justificaba cualquier medida que Israel tomara para asegurar su supervivencia. Consecuentemente, Israel ha estado investigando activamente la opción nuclear desde sus primeros días. En 1949, HEMED GIMMEL una unidad especial del Cuerpo Científico del IDF [ejército israelí], comenzó un estudio geológico del desierto del Néguev que duró dos años, orientado al descubrimiento de reservas de uranio. Aunque no encontraron fuentes importantes de uranio, hallaron cantidades recuperables en depósitos de fosfatos.
El programa tomó otro paso adelante con la creación de la Comisión de Energía Atómica de Israel (IAEC por sus siglas en inglés) en 1952. Su presidente, Ernst David Bergmann, había abogado durante mucho tiempo en el sentido de que una bomba israelí era la mejor manera de asegurar "que nunca más seremos llevados como corderos al matadero." Bergmann era también jefe de la División de Investigación e Infraestructura del Ministerio de Defensa (conocida por su acrónimo hebreo, EMET), que se había hecho cargo de los centros de investigación HEMED (entre ellos HEMED GIMMEL que fue rebautizada Machon 4) como parte de una reorganización. Bajo Bergmann, la línea entre la IAEC y EMET se borró hasta el punto que Machon 4 funcionó esencialmente como el principal laboratorio para la IAEC. En 1953, Machon 4 no sólo había perfeccionado un proceso para extraer el uranio encontrado en el Néguev, sino también había desarrollado un nuevo método para producir agua pesada, otorgando a Israel una capacidad propia para producir algunos de los materiales nucleares más importantes.
Para el diseño y construcción del reactor, Israel buscó la ayuda de Francia. La cooperación nuclear entre las dos naciones se inició desde los años 50, cuando comenzó la construcción del reactor francés de agua pesada de 40 MWt y de una planta de reprocesamiento químico en Marcoule. Francia era un socio natural para Israel y ambos gobiernos veían una opción nuclear independiente como un medio para poder mantener un grado de autonomía en el medio bipolar de la guerra fría.
En otoño de 1956, Francia aceptó suministrar a Israel un reactor de investigación de 18 MWt. Sin embargo, el comienzo de la Crisis de Suez unas semanas más tarde cambió dramáticamente la situación. Después del cierre del Canal de Suez por Egipto en julio, Francia y Gran Bretaña habían acordado con Israel que éste provocaría una guerra con Egipto para dar a las naciones europeas el pretexto para enviar a sus tropas como mantenedores de la paz a fin de ocupar y reabrir la zona del canal. Como consecuencia de la Crisis de Suez, la Unión Soviética hizo una apenas disimulada amenaza a las tres naciones. El episodio no sólo reforzó el punto de vista israelí de que necesitaba una capacidad nuclear independiente para impedir la dependencia de aliados potencialmente poco confiables, sino que llevó también a un sentimiento de deuda entre los dirigentes franceses, porque no habían cumplido con los compromisos hechos frente a un socio. Se cita incluso al primer ministro francés Guy Mollet diciendo en privado que Francia le "debía" la bomba a Israel.
El 3 de octubre de 1957, Francia e Israel firmaron un acuerdo modificado que preveía que Francia construyera un reactor de 24 MWt (aunque los sistemas de enfriamiento y de residuos tenían una dimensión tres veces superior) y, en protocolos que no fueron documentados, una planta de reprocesamiento químico. El complejo fue construido en secreto, y fuera del régimen de inspección de la IAEA [Agencia Internacional de Energía Atómica], por técnicos franceses e israelíes en Dimona, en el desierto del Néguev, bajo la dirección del coronel Manes Pratt del Cuerpo de Armamento del IDF.
Tanto la escala del proyecto como el secreto en el que se realizó, convirtieron la construcción de Dimona en una empresa inmensa. Una nueva agencia de inteligencia, la Oficina de Enlace Científico (LEKEM) fue creada para asegurar la seguridad y la inteligencia del proyecto. En el clímax de la construcción, unos 1.500 trabajadores israelíes y franceses trabajaron construyendo Dimona. Para mantener el secreto, los funcionarios de la Aduana francesa fueron informados de que la parte más voluminosa de los componentes del reactor, como ser el tanque del reactor, formaban parte de una planta de desalinización que iba a América Latina. Además, después de comprar agua pesada de Noruega, con la condición de que no fuera trasferida a un tercer país, la Fuerza Aérea francesa transportó secretamente hasta cuatro toneladas de la sustancia a Israel.
Se presentaron problemas en mayo de 1960, cuando Francia comenzó a hacer presión sobre Israel para que hiciera público el proyecto y se sometiera a inspecciones internacionales del emplazamiento, amenazando con retener el combustible para el reactor a menos que lo hiciera. El Presidente de Gaulle estaba preocupado de que el inevitable escándalo que sería provocado por cualquiera revelación sobre la ayuda francesa en el proyecto, especialmente la planta de reprocesamiento químico, tendría repercusiones negativas para la posición internacional de Francia, que ya estaba debilitada por su guerra en Argelia.
En una reunión subsiguiente con Ben-Gurion, de Gaulle ofreció vender a Israel aviones caza a cambio de la detención del trabajo en la planta de reprocesamiento, y salió de la reunión convencido de que el asunto estaba liquidado. No fue así. Durante los meses siguientes, Israel elaboró un compromiso. Francia suministraría el uranio y los componentes que ya habían sido pedidos y no insistiría en las inspecciones internacionales. Por su parte, Israel aseguraría a Francia que no tenían intenciones de producir armas atómicas, no reprocesaría plutonio, y revelaría la existencia del reactor, que sería completado sin ayuda francesa. En realidad, no cambió gran cosa -los contratistas franceses terminaron su trabajo en el reactor y en la planta de reprocesamiento, se entregó el uranio, y el reactor entró a su fase crítica en 1964.
Estados Unidos se dio cuenta de la existencia de Dimona por primera vez después de vuelos de los U-2 en 1958 que registraron la construcción de la instalación, pero no fue identificada como un emplazamiento nuclear hasta dos años más tarde. El complejo fue diversamente explicado como una planta textil, una estación agrícola, y una instalación de investigación metalúrgica, hasta que David Ben-Gurion declaró en diciembre de 1960 que el complejo de Dimona era un centro de investigación nuclear construido con "fines pacíficos".
Siguieron dos décadas en las que Estados Unidos, a través de una combinación de benévola desatención, análisis erróneo, y un exitoso engaño israelí, no llegó a percibir los detalles del programa nuclear de Israel. El 8 de diciembre de 1960, la CIA ya publicó un informe detallando las implicaciones de Dimona para la proliferación nuclear, y la estación de la CIA en Tel Aviv había determinado a mediados de los años 60 que el programa de armas nucleares israelíes era un hecho establecido e irreversible.
Inspectores de EE.UU. visitaron siete veces Dimona durante los años 60, pero no lograron obtener una visión exacta de las actividades que se realizaban, sobre todo gracias al estricto control israelí sobre la oportunidad y la agenda de las visitas. Los israelíes llegaron a instalar falsos paneles de control y a tabicar los ascensores y los corredores que llevaban a ciertas áreas de la instalación. Los inspectores pudieron informar que no existía un claro programa de investigación científico o de energía nuclear para usos civiles que justificara un reactor de esas dimensiones -evidencia circunstancial del programa de la bomba israelí -pero no encontraron pruebas de "actividades relacionadas con armas" tales como la existencia de una planta de reprocesamiento de plutonio.
Aunque el gobierno de Estados Unidos no impulsó ni aprobó el programa nuclear israelí, tampoco hizo algo por detenerlo. Walworth Barbour, embajador de EE.UU. en Israel de 1961 a 1973, los años cruciales del programa de la bomba, consideraba que la parte principal de su labor era aislar al Presidente de hechos que pudieran llevarlo a actuar respecto al tema nuclear, supuestamente diciendo en una ocasión que "El Presidente no me envió aquí para causarle problemas. No quiere que le den malas noticias." Después de la guerra de 1967, Barbour incluso detuvo la actividad de recolección de informaciones de inteligencia sobre Dimona del agregado militar. Aun cuando Barbour autorizó el despacho de información, como lo hizo en 1966 cuando el personal de la embajada averiguó que Israel estaba comenzando a instalar ojivas nucleares en misiles, el mensaje pareció desaparecer en la burocracia y nunca fue base de alguna acción.
A principios de 1968, la CIA presentó un informe concluyendo que Israel había comenzado con éxito la producción de armas nucleares. Esta consideración, sin embargo, se basaba en una conversación informal entre Carl Duckett, jefe de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la CIA, y Edward Teller, padre de la bomba de hidrógeno. Teller dijo que, basándose en conversaciones con amigos del establishment científico y de defensa israelí, había llegado a la conclusión que Israel estaba en condiciones de construir la bomba, y que la CIA no debía esperar un ensayo israelí para hacer una evaluación final porque ese ensayo no sería realizado jamás.
Los cálculos de la CIA sobre el tamaño del arsenal de Israel no mejoraron con el tiempo. En 1974, Duckett estimó que Israel tenía entre diez y veinte armas nucleares. El límite superior fue derivado de especulación dentro de la CIA sobre la cantidad de posibles objetivos israelíes, y no de una inteligencia específica. Porque se estimaba que esa lista de objetivos era relativamente estática, siguió siendo el cálculo oficial estadounidense hasta principios de los años 80.
El real tamaño y la composición del arsenal nuclear de Israel son inciertos, y son temas de varios cálculos e informes. Se informa generalmente que Israel tuvo dos bombas en 1967. y que el Primer Ministro Eshkol ordenó que fueran armadas durante la primera alerta nuclear de Israel durante la Guerra de Seis Días. También se informó que, temiendo una derrota en la Guerra de Yom Kippur de octubre de 1973, los israelíes armaron 13 bombas atómicas de veinte kilotones.
Potencialmente, Israel podría haber producido unas docenas de ojivas nucleares en el período entre 1970 y 1989, y podría haber tenido entre 100 y 200 cabezas nucleares a mediados de los años 90. En 1986 el Sunday Times de Londres publicó descripciones y fotografías de ojivas nucleares israelíes, provenientes de una supuesta fábrica subterránea de bombas. Las fotografías fueron tomadas por Mordechai Vanunu, un técnico nuclear israelí que había sido despedido. Su información llevó a algunos expertos a concluir que Israel poseía un arsenal de entre 100 y 200 artefactos nucleares en esa época.
A fines de los años 90, la comunidad de las agencias de inteligencia de EE.UU. estimaba que Israel poseía entre 75 y 130 armas, basadas en cálculos de la producción. El arsenal ciertamente incluiría ojivas para misiles móviles Jericó-1 y Jericó-2, así como bombas para aviones israelíes, y podría incluir otras armas nucleares tácticas de varios tipos. Algunos cálculos publicados incluso afirmaban que Israel podría tener hasta 400 armas nucleares a fines de los años 90.
Creemos que esas cifras son exageradas.
El reactor nuclear Dimona es la fuente de plutonio para las armas nucleares israelíes, y la cantidad de armas nucleares que podría haber sido producida por Israel puede ser estimada sobre la base del nivel de energía de ese reactor. La información hecha pública en 1986 por Mordechai Vanunu indicaba que en esa época, se estaba produciendo plutonio de grado para armas a un ritmo de 40 kilos por año. Si esta cifra correspondiera a la capacidad de creación continua de toda la instalación de Dimona, los analistas sugirieron que el reactor podría tener un nivel de potencia de por lo menos 150 megawatts, aproximadamente el doble del nivel de potencia que se pensó que tenía cerca de 1970. Para dar cabida a este mayor nivel de potencia, los analistas han sugerido que Israel había construido un sistema ampliado de enfriamiento. Una interpretación alternativa de la información suministrada por Vanunu fue que el nivel de potencia del reactor había permanecido a cerca de 75 megawatts, y que el ritmo de producción de plutonio a principios de los años 80 reflejaba un atraso de material previamente generado.
Los límites superiores e inferiores plausibles del arsenal de Israel pueden ser calculados considerando diferentes variables, varias de las cuales son genéricas para cualquier programa de armas nucleares. El reactor puede haber operado a un promedio entre 200 y 300 días por año, y producido aproximadamente entre 0,9 y 1 gramo de plutonio por cada megawatt térmico por día. Israel puede utilizar entre 4 y 5 kilos de plutonio por arma [5 kilos es un cálculo estimado, y Vanunu informó que las armas israelíes utilizaban 4 kg.]
La variable clave que es específica al caso de Israel es el nivel de potencia del reactor, del que se ha informado diversamente que es de por lo menos 75 MWt y posiblemente de hasta 200 MWt. Nueva imaginería satelital de alta resolución da una perspectiva importante en este asunto. Las imágenes del reactor nuclear de Dimona fueron adquiridas por el Proyecto Public Eye de la Federación de Científicos Estadounidenses del satélite IKONOS de Space Imaging Corporation. Las torres de enfriamiento asociadas con el reactor Dimona son claramente visibles e identificables en la imaginería satelital. La comparación de las imágenes comerciales compradas de IKONOS con imaginería desclasificada del satélite de reconocimiento CORONA de EE.UU. indica que no se construyeron nuevas torres de enfriamiento en los años entre 1971 y 2000. Este sugiere fuertemente que el nivel de potencia del reactor no ha sido aumentado significativamente durante este período. Esto sugeriría un ritmo de producción anual de plutonio de unos 20 kilos.
Sobre la base de niveles superiores e inferiores de las prácticas operativas del reactor, Israel podría, por lo tanto, haber producido suficiente plutonio para por lo menos 100 armas nucleares, pero probablemente no mucho más de 200 armas.
Algún tipo de ensayo no-nuclear, tal vez un ensayo de implosión o de efecto cero, ocurrió el 2 de noviembre de 1966 [posiblemente en Al-Naqab en el Néguev]. No hay evidencia de que Israel haya jamás realizado una prueba nuclear, aunque muchos observadores especularon que una presunta explosión nuclear en 1979 en el Océano Índico meridional fue un ensayo conjunto surafricano-israelí.
Fuentes y recursos:
The Third Temple's Holy Of Holies: Israel's Nuclear Weapons Warner D. Farr, LTC, Ejército de EE.UU., septiembre de 1999
The Bomb That Never Is by Avner Cohen, Bulletin of the Atomic Scientists, mayo/junio de2000, Vol 56, No. 3 pp.22-23
"Israel y la Bomba". Avner Cohen ha suministrado un informe detallado sobre los aspectos políticos de la historia nuclear de Israel, basado en miles de documentos gubernamentales estadounidenses e israelíes -la mayoría recientemente desclasificados y que jamás habían sido citados anteriormente-y más de cien entrevistas con importantes individuos que tuvieron papeles centrales en esta historia.
Cohen publicó "Israel y la Bomba" en EE.UU., y ha aparecido una traducción hebrea del libro. Desde el punto de vista del establishment de la defensa, Cohen ha cometido un doble pecado.
"Luchando por preservar el maltratado velo del secreto" por Ronen Bergman: La publicación del libro del Dr. Avner Cohen y la trascripción del juicio de Vanunu ha hecho sonar la alarma del jefe de seguridad del Ministerio de Defensa, que se esfuerza por proteger la tradicional opacidad sobre los asuntos nucleares de Israel.
"El obsesivo secreto socava la democracia" por Reuven Pedatzur, Ha'aretz.
Martes 8 de agosto de 2000 -
"Explosión del pasado al presente" por Yirmiyahu Yovel, Ha'aretz. 28 de julio de 2000 - Si, en el contexto de los acuerdos de paz y las conversaciones con Estados Unidos, Israel confirmara su capacidad nuclear, --comprometiéndose a no realizar ensayos nucleares y comprometiéndose a edificar su sistema de defensa sobre la base de armas convencionales como en el pasado -entonces tal vez podría por lo menos lograr un reconocimiento de facto, si no la legitimación internacional, para su armamento nuclear, para ser utilizado sólo como un "último recurso" y un instrumento para salvaguardar la paz una vez que Israel se retire.
"Israel, el potencial nuclear de países individuales - Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares- Problemas de Extensión - Apéndice 2, Servicio de Inteligencia Exterior de la Federación Rusa, 6 de abril de 1995.
"Las armas nucleares de Israel" -Estudio de Elizabeth Stevens.
"La opción de Sansón. El arsenal nuclear de Israel y la política exterior estadounidense. Seymour M Hersh, [Nueva York: Random House, 1991]
El desarrollo y la estrategia nuclear de Israel: consecuencias futuras para el equilibrio regional del Oriente Medio. Por Laura Drake.
La estrategia nuclear israelí, por el mariscal del aire, Sir Timothy Garden
Israel: producción de plutonio, Informe de Riesgo, volumen 2, número 4 (julio-agosto de 1996).
Israel: procesamiento y enriquecimiento de uranio: Informe de Riesgo, volumen 2, número 4 (julio-agosto de 1996).
Fin del texto de la FAS: http://www.fas.org/nuke/guide/israel/nuke/



"La aceptación pasiva y la complacencia hacia la existencia de armas nucleares en cualquier parte del mundo es la enfermedad de la sociedad de hoy. Nunca en la historia humana ha habido una amenaza semejante para la humanidad y para todas las formas de vida en el globo. No somos los que nos oponemos a las armas nucleares los que violamos la ley, sino los gobiernos que han decidido crear ésta, la mayor amenaza para la humanidad. La lucha contra esas armas no sólo es legítima, sino que es una lucha moral, ineludible."
- Mordechai Vanunu