El Congreso de la Unión Frenteamplista (UF) convocó a sus militantes a participar de la movilización que tendrá lugar mañana por considerar que es la "expresión del hartazgo de grandes sectores con la política oficial". El objetivo del sector es "reivindicar de la protesta y la movilización popular para frenar" los aspectos "más nefastos" del gobierno y "exigir un cambio de rumbo".
El apoyo al mercado interno, el incremento de la inversión pública y el aumento salarial son consideradas básicas por la agrupación, que apunta a la protección de la producción nacional y rebaja de las tarifas públicas como medidas esenciales para "salir de la crisis con más empleo y justicia". Como medida adicional exigen que "los sectores que han seguido ganando fortunas, los depósitos bancarios, los ingresos más altos, las grandes cadenas comerciales, deben aportar para la reactivación.
Es preciso distribuir la riqueza de un modo más justo para que crezca la producción".
La dirección de la UF entiende que Uruguay atraviesa "un momento decisivo para que crezca la lucha popular, social y política en defensa del legítimo derecho de los ciudadanos, con una acción claramente participativa, como protagonista y gestor de su propio destino. Sólo así se pueden conquistar soluciones hoy y forjar hacia mañana los sustentos de un gobierno progresista".
La alegría por el reencuentro de Sara Méndez con su hijo Simón también fue destacada en la declaración emitida ayer por la UF, luego de su Primer Encuentro Nacional, que se extendió durante dos días.
Para el sector, la búsqueda de la verdad es uno de los componentes "fundamentales" de la democracia. En ese sentido, criticaron "el control oligopólico de los medios de comunicación que censura, distorsiona, sesga la información que se difunde, posterga la producción cultural nacional y arrodilla al canal oficial de televisión".
La UF reclama que el Frente Amplio no se "mimetice con los partidos tradicionales. No se puede hacer la plancha, especulando con 'lógicas de Estado', apostando sólo a la contienda electoral de 2004, ni puede sumirse en luchas internas. Es imprescindible una ética donde prime la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Esa es la base de la credibilidad de la izquierda". *