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Latinoamérica

12 de abril del 2002

A quien favorece la ola terrorista?

Juan Cendales
Notipaco
El 9 de abril de 1948 asesinaron en Bogotá al caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitan y aún sus autores intelectuales se mantienen bajo la protección del silencio y la impunidad.Los archivos secretos de la CIA no han logrado ser abiertos para encontrar allí los hilos secretos de un magnicidio que aún estremece al país y que indudablemente fue una maniobra norteamericana junto con la reacción colombiana, para detenerle el paso a la Presidencia a Gaitan y para justificar acuerdos leoninos que pactó la Conferencia Panamericana que en esos momentos se reunía en Bogotá.
En el 54 aniversario del asesinato impune de Gaitan, sonaron bombas de pequeño poder en varios sectores del centro de Bogotá y se difundió el terror y el miedo. Inmediatamente la gente recordó la nefasta época de los bombazos de Pablo Escobar. Pero no había cesado el ruido de los artefactos cuando ya el Presidente,los generales, ministros y algunos candidatos, tenían resuelto el asunto y señalaban responsables. Señalamientos que causan sospecha cuando se realizan en un país donde el 97% de los crímenes no han sido resueltos por las mismas autoridades que ahora no se demoraron ni siquiera minutos para "mostrar a los culpables". No se trata de desmentir categóricamente las afirmaciones oficiales sino de resaltar extrañeza por la precipitud de sindicaciones que bien podrían ser, como ha sucedido enmuchos casos, acusaciones calculadas para ocultar a los verdaderos responsables.
Como se preguntaría cualquier novato investigador o sabueso, a quien beneficiarían estos atentados? Indudablemente a la derecha colombiana, que todos los días busca argumentos para justificar el recorte de las libertades democráticas, los allanamientos masivos, la unidad nacional en torno suyo y la inversión de grandes millonadas para la guerra. No es nada casual que ocurran los bombazos en el mismo día en que se propone que el Banco de la Republica emita dos billones de pesos para la financiación de la guerra y cuando las denuncias por descarados fraudes electoralestienen en la picota al sistema político colombiano.
Y también favorece los intereses norteamericanos que siguen abriendo el camino para una mayor intervención y control militar de Colombia y la región.
El candidato del Frente Social y Político y el Polo Democrático, Luis Eduardo Garzón, ha expresado la única opinión sensata surgida desde las candidaturas presidenciales :"Que el terror no traiga más terror".
Y el terrorismo en Colombia ha tenido ante todo un origen oficial.