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Latinoamérica

El presidente Duhalde no escucha al Parlamento

Argentina apoyará la condena a Cuba en Ginebra
En algún momento puede hacer crisis la relación del presidente Eduardo Duhalde con el Parlamento, porque pese a haber sido elegido por ese cuerpo para cumplir el mandato vacante desde las salidas de Fernando de la Rúa primero, y de Adolfo Rodríguez Saá más tarde, escucha poco lo que opinan los legisladores.

El peronista Duhalde se suma la condena a Cuba en la Comisión de DDHH de ONU.

ISIDORO GILBERT
Así ocurrió con artículos del presupuesto para este año, porque mientras los legisladores aprobaron elevar el piso de las jubilaciones donde se deben recortar un 13%, remanente de un plan de ajuste del gobierno de la Alianza, o también, mantener el fondo de un incentivo para los docentes, productos de una larga lucha, el Ejecutivo los vetó y busca ahora impedir que el Parlamento insista en esos puntos y los imponga como lo faculta la carta magna.
Esos recortes son parte de las exigencias del FMI que estos días negocia un acuerdo con la Argentina con un enviado especial, el indo Allop Singh, que no guarda el menor recato para comunicar urbi et orbi que o se cumplen las condiciones que incluyen un ajuste doloroso para la mayoría de las provincias argentinas, o la derogación de normas que aprobaron hace muy poco los legisladores, como la Ley sobre Quiebras, porque a los bancos no les agrada, o no hay ayuda. Y ya se sabe qué quiere decir ese mensaje: todo irá peor sin el aval del FMI
Lo mismo ocurre respecto a la posición argentina sobre Cuba, es decir la postura que adoptará en Ginebra, que ya está oficializada, y que es la que alienta Uruguay.
La Cámara de Diputados aprobó ayer por la madrugada un proyecto de resolución donde se le pide al gobierno nacional que se abstenga de votar cualquier proyecto destinado a condenar al gobierno cubano.
De este modo, las dos cámaras del Parlamento se pronunciaron a favor de que el gobierno se abstenga de apoyar una sanción contra la administración de Fidel Castro por su política de derechos humanos.
El Senado había votado hace tres semanas un proyecto similar de autoría del legislador justicialista Eduardo Menem.
Una sanción disfrazada
El texto aprobado por la Cámara Baja había sido elevado por otro justicialista, el ex gobernador de la provincia de Santa Fe Jorge Obeid y contó con el respaldo de los radicales, frepasistas, aristas, Frente Grande, Frente para el Cambio, Izquierda Unida y Autodeterminación y Libertad, pero tuvo el solitario rechazo de la derecha expresada por partidos provinciales y el que orienta el detenido ex ministro de economía, Domingo Cavallo: Acción para la República. Obeid afirmó que "lamentablemente la Argentina ha modificado su posición histórica de neutralidad en estos asuntos y se ha sumado a las condenas de Cuba", y reivindicó la actitud que asumió sobre este tema el ex presidente Raúl Alfonsín. "Es fundamental que nuestro país recupere la decisión soberana sobre sus actos de política exterior y se alinee junto a la mayoría de los países latinoamericanos, que se han abstenido de votar o han votado en contra de esta iniciativa", agregó Obeid. Sus reclamos fueron respaldados por el radical y ex vicegobernador de Córdoba, Eduardo Grosso. Expresó que la Argentina no debe condenar a Cuba por "la promesa de Estados Unidos de dar ayuda financiera al gobierno". "Yo le pido al Presidente que no tome una decisión que sea el resultado de la presión, sino que mantenga la postura de autodeterminación de la Argentina", agregó.
También respaldaron el proyecto el socialista Popular Rubén Guistiani, el legislador del Frente Grande, José Vitar, la frepasista Nilda Garré, el artista Alberto Piccinini, Patricia Walsh de la Izquierda Unida y Luis Zamora, de Autodeterminación y Libertad.
Giustiniani, así como la líder del ARI, Elisa Carrió, advirtieron que la decisión de Duhalde de adherir al proyecto uruguayo, implicaba una sanción contra La Habana, y la rechazaron porque expresaba una actitud de seguidismo a los reclamos de Washington.
No fue un debate agitado. Un poco porque muchos diputados sabían que la suerte estaba echada y otros por oportunismo, callaron para no aparecer en el libro de Sesiones del lado del pueblo cubano. *