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Latinoamérica

"Estamos trabajando sobre ideas para un documento", afirmó el jueves en el Parlamento
Opertti admitió que recibió borrador con declaración de condena a Cuba

"No hemos preparado, ni estamos distribuyendo ningún papel; estamos recibiendo algún papel y trabajando sobre ideas para un papel. El Uruguay no ha preparado ningún proyecto, pero tampoco se niega a trabajar con otras delegaciones, que así lo estimen, en la preparación de ese documento", afirmó el pasado jueves el canciller Didier Opertti al explicar la participación del gobierno de Jorge Batlle respecto a la evaluación de Derechos Humanos en la ONU sobre Cuba.
En ese sentido, durante la comisión de Asuntos Internacionales del Senado, el ministro Opertti admitió que se realizaron contactos durante la reciente cumbre de Monterrey, "y lo vamos a seguir haciendo con motivo de la reunión del Grupo de Río, a partir del próximo lunes en Costa Rica".
"Al día de hoy (jueves) no tengo elementos como para decirle a la Comisión que existe un texto o un grupo de países comprometido con él, pero sí puedo afirmar que hay algún papel en circulación, de cuya autoría no hemos podido tener todavía una confirmación absoluta, aunque sí relativa.
Hay países de la región que están trabajando en esos textos y, reitero, en la semana próxima tendremos ocasión de trabajar sobre ello", agregó.
El secretario de Estado fundamentó la posición protagónica de Uruguay ante la situación imperante sobre Derechos Humanos en Cuba en la medida en que "no se han producido cambios sustantivos". No obstante, aclaró que "no nos queremos erigir en jueces de lo que allí sucede, sí atentos observadores de la situación política que miramos desde la perspectiva de un compromiso que la región tiene con el sistema democrático".
Desde el Encuentro Progresista, los senadores Reinaldo Gargano y Alberto Couriel, calificaron un retroceso la postura uruguaya de pasar de secundar la iniciativa checa a involucrarse como protagonista, además de cuestionar que "no existe una política de Estado en materia exterior. Este tema despertó una gran polémica en el seno de la comisión parlamentaria (ver nota aparte).
El Partido Nacional reflejó dos posturas disímiles: el líder del Movimiento Nacional de Rocha, Carlos Julio Pereyra, se mostró partidario de la "abstención" de Uruguay, mientras que el legislador herrerista Carlos Garat compartió los lineamientos de la Cancillería.
Los foristas Wilson Sanabria y Pablo Millor respaldaron a Opertti, y el quincista Juan Adolfo Singer reivindicó la actitud "militante" de la administración.
"Básicamente los informes con los que contamos actualmente muestran que no se han producido cambios sustantivos o de significación en Cuba. Por esta razón, en lo que hace al problema de fondo que está planteado, no habría motivos que justificaran un cambio de posición del Uruguay con respecto a una eventual votación sobre Cuba", afirmó el ministro Opertti.
El secretario de Estado aludió a la situación en materia de derechos democráticos imperantes en la isla caribeña: "Un país en el cual no hay elecciones periódicas; un país en el cual hay un solo medio de prensa; un país en el cual hay, todavía, presos de conciencia; un país en el cual hay controles estrictos sobre la prensa que convierten en disidente a todo aquel que emite una opinión que básicamente anote un criterio de independencia política periodística; un control férreo sobre la salida y entrada de personas y, por consiguiente, la ausencia de algunas libertades que son el sustento de una sociedad democrática".
Opertti puntualizó que la idea que maneja el gobierno uruguayo "es no dejar el tema Cuba en el limbo, ni del mismo tamaño que tenía en 2001, sino introducir ajustes que respondan a una suerte de inventario de situación en la que, como primer punto, reconozcamos el pasado; en segundo término, el compromiso de la comunidad internacional; en tercer término, la protección de los derechos humanos y de los instrumentos para hacerla efectiva".
En cuarto lugar, "la democracia como condición indispensable para asegurar la observancia de los derechos humanos; en quinto término, la situación de Cuba y la necesidad de contar con elementos de información que permitan establecer evaluaciones sustentables; y en sexto lugar, procedimientos hasta ahora no utilizados que podrían surtir efectos positivos tangibles dando una mayor posibilidad operativa".
Sin política de Estado
El senador Alberto Couriel del Encuentro Progresista consideró que "en este momento no hay política de Estado en el plano internacional en el Uruguay".
Para Couriel, "no hay duda de que hay una controversia entre Cuba y Uruguay a propósito de los derechos humanos. Estará bien o mal, pero la hay; no hay ninguna duda".
"Sobre formas de encarar el Principio de no intervención, no acepto que ningún país se entrometa en mi país. Es así; comparto eso ministro. Sin embargo, muchas veces nosotros lo hacemos. El presidente Batlle, en Ottawa, llamó a los presidentes de América latina a presionar al Partido Demócrata en los Estados Unidos por el 'fast-track' y esta es una intervención insólita", sostuvo Couriel. *