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Latinoamérica

El costo de vida en Argentina en el primer trimestre es superior al 9%

Duhalde busca evitar el estallido social
El futuro no es nada auspicioso para el país y para la gente común especialmente. El costo de vida en el primer trimestre es superior al 9% y como para la confección del presupuesto se estimó anualmente en un 15%, el desfasaje es que llegue finalmente al 40/50%. Con salarios que se pretende que continúen congelados la situación se tornará intolerable y diluirá el esfuerzo magno de Eduardo Duhalde de otorgarle a cada cabeza de familia sin ningún ingreso (unos dos millones calcula el gobierno), 150 pesos para que adquieran un puñado de productos indispensables para subsistir.

ISIDORO GILBERT (CORRESPONSAL EN ARGENTINA)

Nadie piensa que el PBI cuya caída se calcula en el presupuesto en un 4%, sea menor al 10%. Michael Mussa, ex economista jefe del FMI, cree que la baja "en un pronóstico optimista" estará entre el 10 y el 15%, una situación de posguerra. ¿Cuál será entonces el número de desocupados?
La preocupación de auxiliar a los desvalidos no es sólo moral; la preside un alto grado de preocupación por una eclosión social. Todo el esfuerzo podría capotar si la inflación sigue empinándose porque limaría el poder adquisitivo del modesto auxilio. Un trabajo de investigación, realizado por el Centro de Estudios Nueva Mayoría, revela que marzo con 325 cortes de rutas y vías públicas, marcó el récord mensual histórico desde 1997, registrando también un incremento respecto del mes anterior, con un aumento del 12%. Y han vuelto los saqueos por alimentos.
Con el plan de trabajo subsidiado, Duhalde piensa en revertir esa tendencia pero comienzan a verse en el horizonte huelgas ante la rápida caída del salario real. Este control de la conflictividad, difícil tarea, es la clave para medir las posibilidades de perdurabilidad del gobierno, es decir que Duhalde arribe a 2003.
De todos modos, en el mundo que rodea al Presidente, se especula con elecciones anticipadas pero para abril-mayo del año próximo, y siempre que sea factible un acuerdo con el FMI, actualmente en trámite, en un tour de force muy duro.
El Fondo prueba con Argentina una nueva modalidad. En esencia monitorear el cumplimiento de los acuerdos para que los eventuales desembolsos se giren a cuentagotas, mes por mes, un toma y daca particular: por cada examen aprobado, un envío de divisas. Como se ven las cosas ahora, el FMI solamente enviaría lo suficiente para que Argentina pague los créditos que vencen este año, nada más. Es lo que se conoce como simple asiento contable, sin plata para proyectos de desarrollo.
Con todo, para un sector del oficialismo sería como una bendición porque reinstalaría al país, sostienen, en el universo real de los negocios, tarea que no es fácil aún, pero sin el FMI, imposible, añaden. Un influyente alemán que acaba de pasar por aquí, dijo en reuniones reservadas que "no veo una salida para este gobierno" porque no solamente en su país, tampoco en Europa, "le creen a Duhalde" y lanzó una frase en boga creciente: "Hay mucha corrupción". El titular del FMI, es un teutón, Horst Këhsler, muy duro con Argentina, desde que entró, sin permiso de ellos, en cesación de pagos.
Un gobierno acorralado, puede abrir la caja de Pandora. Los brasileños temen esa perspectiva, porque podría llevar a la dolarización y con ello, el Mercosur colapsaría. Hasta el PT de Lula no quiere a un Duhalde tambaleando, al punto que ese partido propicia recibir al argentino en el Parlamento, para alentarlo e incluso darle salidas comerciales sin divisas, mediante el intercambio compensado.
Los déficit de las provincias mortifican la negociación. El FMI ha pedido, y se acepta, que el cálculo de gastos e ingresos, sea uno solo, como si el país fuera unitario y no federal, coartando la soberanía relativa de las provincias. Otro de los reclamos en acabar urgentemente con las cuasi monedas. Si hay acuerdo --dicen los inspectores externos-- podrían desembolsarse partidas especiales para rescatar los bonos que proliferaron como hongos. Pero antes, los gobernadores tienen que dar suficientes pruebas de cariño con el Fondo.
El Pacto Fiscal entre la Nación y las provincias con fuertes recortes de gastos, va camino a tener aprobación parlamentaria, lo que eleva la seriedad del compromiso, pero no da garantías de que los gobernadores puedan cumplir con lo prometido sin graves consecuencias sociales.
El Presidente piensa que con lobby bien pago dentro de los EEUU y viajes masivos de ablandamiento a influyentes norteamericanos, o que su mujer, Hilda González, "Chiche", contando las penurias de los marginados, ablandará el corazón del Fondo o el Banco Mundial. No parece muy juiciosa esa visión pero esta semana comenzará a concretarse.
Hay hechos que más que ayudar, perjudican. Mientras el Banco Central anunció que el corralito se abrirá en enero próximo, el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, y los banqueros estallaron con ira: colapsaría el sistema financiero dicen. El FMI se disculpa: no pidieron esa medida. La confusión es una permanente realidad cuando se toman decisiones económicas. O las vacilaciones, como ocurrió por semanas, hasta que quedaron aprobadas, las retenciones a las exportaciones.
Duhalde pide normas jurídicas que reclama la auditoría externa, como eliminar la ley sobre subversión económica y la de quiebras, dos pasos que la mayoría de los legisladores, se resisten a dar, porque con la primera se garantizaría impunidad para los banqueros involucrados en negocios turbios. Si, al menos, tuvieran garantías de que el costo político hará que la bolsa del Fondo se abra, sería otra cosa, dicen sin tapujos. No hay principios en juego: solamente intereses. Para el FMI sí porque se trata de dar seguridad jurídica a los intereses poderosos. No provocaba ningún prurito cuando no afectaba a banqueros en tiempos en que el Poder Judicial apañó la corrupción. O cuando se procesó a sindicalistas por luchas sociales.
Ahora, la prisión ordenada por el juez en lo penal económico, Jorge Speroni, a cargo del expediente de las armas, al ex ministro Domingo Cavallo, ha reactivado las sospechas sobre la Justicia. Como ha sido colonizada por el menemismo, ya no se sabe qué es seriedad jurídica y qué es operación política, por esos nexos turbios que muchos magistrados han tenido en el pasado con el poder, y dispuestos a servir al que esté de turno. ¿En qué categoría se alinea Speroni, ente los serios o los servidores del poder? Un test sería Carlos Menem que sigue vinculado al expediente: ¿correrá la suerte del papá de la convertibilidad? En el menemismo, sospechan que sí.
Cuentan que el jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado, Carlos Soria, habría mantenido con jueces federales a los que se les requirió la prisión de varios notables, entre ellos Cavallo, Menem, pero también varios banqueros. Es decir, una criolla operación "manos limpias".
Ninguno de los nombres cuya prisión habría reclamado el funcionario está libre de cargos. Incluso algunos como los hermanos Röhm, del Banco General de Negocios, o Eduardo Escassany, ex capo del Banco Galicia, ya figuraban en expedientes. ¿Por qué entonces esa irritante presión? ¿Por qué amenazarlos con una ley colocando en comisión a todo los jueces, como cuentan? No hay respuestas fáciles.
Podría ser un curso de acción sicológica, para embadurnar aún más a la Corte y todo lo que le sigue, para amplificar la confusión; más dudas todavía sobre procesos en curso o los que vienen, colocar a victimarios como víctimas: el mal, ya se conoce, encuentra los caminos más inimaginables. Bueno sería que frente el rumor algún juez confirme su presencia en reuniones tan indignas.
Cuentan también que el jefe de los espías hurgó con varios jueces la manera de implementar normas, o aplicar existentes, para frenar futuras manifestaciones antigubernamentales. Nadie se engaña: las protestas se repetirán porque los problemas se agravarán. Incluso el jefe del II Cuerpo de Ejército, Hernán Guillermo Hornos, dijo que no habría que descartar el uso del poder militar, en caso de que la conflictividad se torne ingobernable.
En rigor, el militar no agrega nada que la ley no diga: las FFAA pueden ser convocadas por el Presidente en situaciones de emergencia. Pero en el contexto actual, esas palabras suenan a amenaza.
Hubo últimamente demasiada figuración castrense en medios informativos y deseos explícitos por intervenir de alguna manera en el curso de los acontecimientos. A veces algunos juicios causan estupor.
Ahora que se cumplieron 20 años del hecho Malvinas, la voz militar fue de reivindicación de la acción, de la decisión política adoptada, lucieron a un retorno a las fuentes de la última dictadura. Faltó la crítica a la improvisación y la aventura de la Junta, que hubiera sido una buena manera de homenajear a oficiales y soldados valientes en la contienda.
Evidentemente, no hay justicia. Tuvieron que llegar los cacerolazos y las asambleas barriales, para que la Cámara de Diputados iniciara juicio político contra los integrantes de la Corte Suprema. Ahora que las multitudes se diluyeron, que el asambleísmo entró en una meseta, la real politik del bloque oficialista (es decir peronistas, radicales y un sector de lo que quedó del Frepaso) recupera mañas y busca una manera de liberar a los supremos de la humillación mediante prestaciones.
La Unión Cívica Radical ha tenido un nuevo revés: ha perdido el control de la Universidad de Buenos Aires, que con sus 250.000 estudiantes, es la más grande del país. La Asamblea Universitaria prefirió a un académico de prestigio, Guillermo Jaim Etcheverry, pero políticamente más ladeado al centro, para castigar 16 años de gestión del núcleo más duro del radicalismo en las altas casas de estudio. Incluso con rupturas internas, que han preferido la opción triunfante, que atrajo a no pocos sectores de izquierda, con tal de sacarse de encima al brazo de la UCR en la Universidad: un episodio más de decadencia.
No es un dato menor, porque diluye el papel radical en la coalición parlamentaria que respalda a Duhalde. Sugerente: un gobierno nacido del Parlamento, hace lo que puede para tenerlo paralizado, especialmente a la Cámara de Diputados que no puede sesionar, tanto por disensos dentro del oficialismo como por reclamo desde el poder, hace semanas. Es que el Presidente no tiene una coalición incondicional ni en el Congreso ni con los gobernadores, incluso los peronistas.
Si uno de los escasos ámbitos de debate no funciona, ¿qué pasa si no hay acuerdo con el FMI, como suponen muchos legisladores? O, ¿con nuevo ajuste, como será posible reactivar? La fecha del 9 de julio, Día de la Independencia, como hito, o bisagra de una nueva época, se diluye. Los diputados peronistas recibieron el mensaje de olvidarse hasta 2003 de la reactivación.
Son estas cosas las que ponen en duda el futuro, ese enigma. *