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26 de abril del 2002
Escrito de los abogados de la acusación en el caso Pinochet, Joan Garcés y Manuel Murillo, al Departamento de Estado de EEUU sobre la comparecencia de Henry Kissinger
Madrid, 22 de abril de 2002
De: Equipo director de la acusación particular y popular en proceso a Pinochet y otros ante la Audiencia Nacional de España por genocidio, terrorismo y torturas.
Según informes de prensa, el Departamento de Estado de EE.UU. habría informado a las Autoridades británicas que el Sr. Henry Kissinger no puede contestar las preguntas que la Audiencia Nacional de España ha pedido a Gran Bretaña que le formule. La respuesta del Departamento de Estado plantea el tema de la INMUNIDAD. Esta posición es legalmente incorrecta. Las preguntas de la Audiencia Nacional al Sr. Kissinger como testigo no plantean cuestión alguna en cuanto a su eventual "inmunidad" por cuanto:
1. las preguntas del Tribunal español se refieren solamente a actos de terrorismo internacional ordenados por autoridades de Chile y otros Estados de América del Sur en operaciones Cóndor, y han sido formuladas en interés de la Justicia;
2. estos delitos son considerados delitos en España, y desde 1996 está abierta una investigación judicial sobre los mismos en la Audiencia Nacional de España, lo que es conforme con la doctrina jurisprudencial de la Cámara de los Lores;
3. las preguntas españolas al Sr. Kissinger no incluyen ninguna cuestión relativa a las políticas del Departamento de Estado en los años que era su Secretario;
4. el Sr. Kissinger no es actualmente Secretario de Estado;
5. una hipotética "inmunidad" de un ex Secretario de Estado no se plantea en este caso, pues el Sr. Kissinger no está inculpado ni demandado ante el Tribunal español. Distinta es la situación procesal del Sr. Kissinger ante un Tribunal de Washington DC, donde la familia del general René Schneider, Comandante en Jefe del Ejército de Chile, ha demandado al Sr. Kissinger por su presunta responsabilidad en el asesinato del general chileno en 1970;
6. en todo caso, si alguna cuestión surgiera respecto de las preguntas enviadas a Londres por el Tribunal español en Carta Rogatoria, debería ser planteada por el propio Sr. Kissinger después de conocerlas, y debería ser resuelta por la autoridad judicial británica competente respecto de cada pregunta en particular, y no globalmente.
La defensiva respuesta del Departamento de Estado a esta investigación judicial puede sugerir plantear la cuestión de qué oculta el Sr. Kissinger. Es desafortunado que el Sr. Kissinger parece más comprometido en el obstruccionismo que en el conocimiento de la verdad en torno del terrorismo internacional y la Operación Cóndor