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EL NARCOTRAFICO Y LA REFORMA DE LA JUSTICIA ENTURBIAN
LAS RELACIONES BILATERALES
DE USA CON HONDURAS.
¿En qué punto se encuentran las relaciones EEUU-Honduras?. Ese tema dominó la agenda periodística de esta semana luego de trascender el supuesto retiro de la visa de ingreso a EEUU de tres conocidos empresarios, presuntamente involucrados en operaciones de lavado de dólares. Uno de ellos, el banquero, político liberal, ex Designado Presidencial (vicepresidente) y dueño de medios de comunicación, Jaime Rosenthal, reaccionó calificando como "una canallada" la versión extraoficial. Los otros dos empresarios mencionados fueron Emil Hawit, ex Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Cortés, inversionista en transporte pesado y la construcción, y Víctor Bendeck, dueño de medios de comunicación e implicado directo en la reciente quiebra del Banco Corporativo. Los tres empresarios son diputados por lo que tienen inmunidad dentro de Honduras. "Me pueden acusar de cualquier cosa...pero nunca de participar en una actividad ilegal. Por el contrario, he sido un fuerte partidario de combatir el narcotráfico, lo mismo que el lavado de activos y personalmente he informado a la embajada de EEUU de algunas cosas que se me ha permitido saber que suceden en mi patria y en el corredor donde hay tráfico de drogas", dijo Rosenthal (T/12). Por su parte, el agregado de prensa de la embajada de EEUU, Carlos Bakota, afirmó que "ese nombre (Rosenthal) no surgió de la embajada. No se de dónde salió el nombre de Rosenthal en el contexto del lavado de activos" (T/12). Envueltos en el escándalo, los periodistas que presuntamente recibieron la información "off the record" revelaron que su fuente informativa había sido Bakota, extremo que fue desmentido por el diplomático. El incidente arrojó varias conclusiones, entre ellas ratificar la existencia protagónica de un periodismo que no aplica las reglas más elementales de la técnica profesional y que convierte en noticia - sin investigar, contrastar o equilibrar - cualquier entrevista o chisme. Por otra parte, la capacidad de reacción de los implicados confirmó que el juego de poder en Honduras se ha vuelto mucho más complejo que en el pasado y que la defensa de los intereses estadounidenses se parece cada vez más a un campo de batalla. De hecho, el ex presidente Carlos Flores Facussé dejó una piedra en el zapato de la política exterior de Ricardo Maduro con su súbita y postrer decisión de autorizar el inicio de relaciones diplomáticas plenas entre Honduras y Cuba. Un paso que no sólo enfría las relaciones bilaterales con EEUU sino que tiene aires de ser un incidente que se suma a otras fricciones inéditas. Lo que para algunos parecía una travesura política del expresidente, para otros es un asunto de mayor trasfondo. En todo caso, la formalización de relaciones diplomáticas con La Habana no estaba realmente en la esfera de interés de Flores Facussé, cuya política exterior era tan conservadora y alineada a la Casa Blanca como la de sus antecesores en el cargo. De hecho, para ciertos analistas, Flores Facussé ni siquiera tuvo una verdadera política exterior. El saldo de sus resultados en el área centroamericana, por ejemplo, es más negativo que positivo. Honduras prácticamente no tiene aliados de confiar en la región. La alianza de El Salvador y Nicaragua en lo que atañe al usufructo del espacio marítimo del Golfo de Fonseca es una muestra de ello. A nivel latinoamericano o internacional la diplomacia local no mostró capacidad de iniciativa y se conformó con capitalizar la coyuntura externa que le abrió el fuerte impacto del huracán Mitch, a partir de noviembre de 1998. La decisión de Flores Facussé desconcertó también por adoptarse justo cuando EEUU, luego del 11 de septiembre, exhibe su poder unilateral en el mundo y demanda de todos estar con él o en su contra. Suponer que la autorización de relaciones diplomáticas plenas consumaba una política exterior no alineada de parte del gobierno hondureño es inconsistente. Honduras y la isla antillana han mantenido una relación cercana, pero a la vez distante. La apertura de oficinas de intereses, a mediados de los 80, fue la culminación de una serie de contactos privados, políticos y humanitarios, donde la mayor parte de la iniciativa ha estado del lado cubano. El punto de acercamiento más relevante ha sido en el campo de la salud, con brigadas médicas cubanas trabajando en Honduras y con unos 400 jóvenes hondureños estudiando medicina en Cuba. Un comentario frecuente en círculos políticos extraoficiales es que los liberales con la decisión de Flores Facussé se tomaron la revancha de la presunta gestión norteamericana a favor de Maduro. Pocos abrigan la duda que los norteamericanos en el proceso electoral se sentían más complacidos con la perspectiva de Maduro gobernante que con el continuismo liberal de Rafael Pineda Ponce. La coincidencia con el actual presidente no se limitaba al modelo económico, sino que incluía también las reformas pendientes en los proyectos de Modernización del Estado. Una de ellas, apoyada directamente por la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID), es el mejoramiento de los sistemas de justicia. El Poder Judicial ha sido tradicionalmente coto de poderosos e influyentes sectores político, financieros y empresariales, para los cuales las iniciativas de despolitización de la justicia sonaban como hablar de la soga en la casa del ahorcado. Para quienes controlaban el Poder Judicial, EEUU dio demasiado respaldo a la sociedad civil hondureña en sus demandas por adecentar el sistema de justicia. En réplica, EEUU tampoco está muy conforme con el resultado de sus inversiones públicas en el país para volver más efectivas ciertas instituciones. En el combate al narcotráfico, por ejemplo, parece haber más retrocesos que avances. En el 2001 se incautó menos droga que en el 2000. "Alguien ha estimado que por Honduras pasan o trafican anualmente más de cien toneladas de cocaína, aunque Honduras no es un país productor ni donde la mayoría de la droga tiene su destino final, es el país de tránsito y donde hay tránsito, algo se queda", dijo Almaguer, luego de informar que en El Salvador había sido descubierto un camión que había pasado por Honduras cargado con cientos de kilos de cocaína (T/11). Pese a los roces, la dependencia de Honduras con respecto a EEUU, tanto a nivel de cooperación bilateral como de inversiones privadas, sigue siendo fundamental. Casualmente, el mismo día que Flores Facussé aprobó la apertura de relaciones diplomáticas con Cuba, también autorizó las operaciones en Puerto Cortés de la American Energy Suply (AES), una empresa generadora de energía cuestionada por algunos grupos ambientalistas. En síntesis, que la sociedad persiste, pero algo pasa con los socios. [Fuente: Manuel Torres Calderón/AAP, Servicio Semanal de Análisis e Información sobre Honduras preparado por Audiovisuales y Análisis de Prensa, No 49, Semana del 11 al 18 de febrero 2002]