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14 de marzo del 2002
Uruguay: Encuentran al hijo robado de Sara Méndez
COMCOSUR
Ni Gavazzo, ni Cordero, ni Silveira fueron a la Comisión para
la Paz a decir qué habían hecho con Simón Riquelo. Guardaron
el secreto como lo habían venido haciendo durante 26 años, y lo
hubieran seguido guardando de por vida si la lucha incansable, rebelde, ejemplar
de Sara Méndez no hubiera conmovido a muchos hombres y mujeres que movieron
cielo y tierra detrás de un dato, detrás de una pista que pusiera
fin a tanta injusticia y padecimiento.
Así fueron posibles las gestiones del senador Rafael Michelini que han
logrado derribar ese sádico complot de silencio. A pesar de las ineptitudes,
de las inacciones, de las complicidades y del ninguneo, la verdad igual se abrió
camino. Ahora sabemos que Simón vive en Buenos Aires, donde en 1976 fue
registrado como hijo legítimo de un militar argentino.
En este caso, el Presidente Batlle no pudo hacerse con los laureles que se apresuró
a colocarse cuando Juan Gelman encontró a su nieta sin la ayuda de ningún
gobierno. Más aún, el creador de la Comisión para la Paz
nunca hizo siquiera el más mínimo comentario público sobre
los miles de firmas y de correos electrónicos que recibió solicitando
que ordenara a sus subalternos militares revelar lo sucedido con el hijo de
Sara Méndez. Ninguno, nada, nunca.
Fue como si la campaña de la iniciativa \"Simón Sí\" no
hubiera existido, como si los tambores que retumbaron cuando Simón cumplió
25 años no hubieran encendido una llamarada, como si sus padrinos del
Parlamento Europeo y muchísimos amigos de todo el mundo no hubieran explicitado
el mismo pedido para intentar rescatar a Sara y Simón de esta "desaparición
continuada" que les impusieron. Perdió la oportunidad de pasar a la historia
como el presidente que encontrara a Simón. Pasará sí, como
uno más de los que quisieron hacer perder su rastro.
En el caso de la nieta de Gelman, Batlle se encontró con un hecho consumado
y ya que no tenía más remedio que reconocer lo actuado, decidió
proceder como si él también hubiera colaborado con la red solidaria
que llevó al poeta argentino hasta una casa montevideana.
Sin embargo, así como la nieta de Juan fue encontrada sin la ayuda de
ningún gobierno, Simón también fue hallado sin la más
mínima colaboración oficial. Más aún, fue hallado
a pesar de los esfuerzos oficiales por mantener el caso cerrado.
Ahora comienza otra historia. Felizmente, Simón tiene una actitud positiva
frente al descubrimiento de su nueva identidad, lo que ayudará a la recomposición
familiar. Claro, no será fácil, pasaron 26 años desde el
día en que la banda de Anibal Gordon y José Gavazzo lo robó.
Tampoco será lo mismo, Simón no sólo tiene otro nombre
sino que tiene otra historia, muy distinta a la que le hubiera correspondido.
El asunto es que Simón está ahí a pesar de todo lo que
hicieron sus secuestradores y sus cómplices para que se perdiera su rastro.
Por un momento podremos descansar y festejar, por una vez podremos llorar, pero
de alegría... Un resabio vivo del pasado se cuela en el presente y nos
trae a la garganta aquel grito: ¡Arriba los que luchan! Un beso de esperanza
para vos, Sara; y para vos, Simón...