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4 de marzo del 2002
Por primera vez en Chile y América Latina,
una mujer ejerce el cargo de ministra de Defensa
Ministra Bachelet debe depurar las FF.AA.
Punto Final
Por primera vez en Chile y América Latina, una mujer ejerce el
cargo de ministra de Defensa. Más aún, una mujer socialista, médico
pediatra, especializada en Defensa e hija del general Alberto Bachelet, quien
murió en la Cárcel Pública a consecuencia de las torturas
que recibió de sus compañeros de armas en la Academia de Guerra
de la Fach. Michelle Bachelet sufrió también en carne propia la
detención y la tortura, junto a su madre Angela Jeria, y, como muchos
otros, vivió en el exilio.Pero una cosa es apreciar los méritos
de la nueva ministra y aplaudir su designación, y otra muy distinta es
convertirla en símbolo de la reconciliación entre los que fueron
víctimas de las violaciones a los derechos humanos, y quienes actuaron
como sus verdugos.
VIVIANA Díaz, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos
Desaparecidos.
Sin embargo, para el ministro del Interior, José Miguel Insulza, su nombramiento
fue un "gesto de reconciliación". Muy parecida fue la declaración
que hizo desde Roma el alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, mientras
asistía a un congreso del Opus Dei.
El afán por exhibir un Chile "reconciliado" hizo olvidar que además
de los desafíos que deberá enfrentar la ministra Bachelet sobre
la decisión de comprar los aviones de combate F-16 para la Fach y las
fragatas del plan Tridente para la Armada, eventuales modificaciones a la Ley
del Cobre y la homologación de gastos militares con los países
vecinos, está el reto de enfrentar la des-información entregada
por las Fuerzas Armadas respecto de los detenidos desaparecidos.
El 5 de enero se cumplió un año del informe emanado de la mesa
de diálogo (agosto 1999-mayo 2000), convocada por el anterior ministro
de Defensa, Mario Fernádez. El informe contiene los datos aportados por
las FF.AA. sobre el paradero de 138 -originalmente serían 200- de las
1.197 personas detenidas y hechas desaparecer durante la dictadura militar.
La Corte Suprema designó nueve jueces con dedicación exclusiva
y 51 con atención preferencial para investigar lo ocurrido con algunas
de esas personas sobre la base de la información entregada. Pero en un
año de búsqueda, el balance de la Agrupación de Familiares
de Detenidos Desaparecidos (AFDD) es negativo. Los cuerpos no estaban donde
se dijo que estarían. "No se encontró ningún detenido desaparecido
a partir de la información entregada por las Fuerzas Armadas. Los únicos
restos que pudimos sepultar fueron los de Juan Rivera Matus, quien figuraba
como lanzado al mar frente a San Antonio", dice Viviana Díaz, presidenta
de la AFDD. Sin embargo, su cuerpo fue encontrado en el Fuerte Arteaga. "Quedó
demostrado que Juan Rivera Matus murió por las torturas. Era padre de
siete hijos, cinco de los cuales tuvieron que irse del país y vivían
en Francia. Al enterarse del informe, hicieron un enorme esfuerzo económico
para venir a Chile a celebrar un funeral simbólico en San Antonio. Cuando
volvieron a Francia y comenzaban a asumir el duelo, aparecieron los restos de
su padre en un recinto militar. Varios de los hijos están hoy con depresión
profunda, por lo terrible que ha sido todo esto", agrega con pena la dirigenta.
- Se ha dicho que el nombramiento de la ministra Michelle Bachelet es una muestra
de reconciliación entre el mundo civil y militar.
"Es muy significativa su designación por la importancia del Ministerio
de Defensa, y porque es la primera mujer en ese cargo, donde tendrá que
trabajar con un 80% de hombres. Además, es una mujer muy inteligente,
tiene las condiciones para desenvolverse bien, es socialista e hija del general
Alberto Bachelet. Pero mientras no se sepa la verdad de lo sucedido con cada
uno de los detenidos desaparecidos y se haga justicia, será muy difícil
hablar de que Chile se ha reconciliado. A propósito de esta designación
hemos escuchado opiniones como las del comandante en jefe de la Fuerza Aérea,
general Patricio Ríos, quien insistió en que el dolor de la ministra
por haber perdido a su padre es producto de 'un error'; y que es mejor no recordarlo
más para no hacerla sufrir. Pero no fue un error: en Chile se aplicó
un método de exterminio a todos quienes pensaban distinto, sin derecho
a defensa ni a juicio justo. Decir que fue un error es pretender soslayar una
responsabilidad que todos sabemos que tienen".
- En ese sentido, ¿la postura de la Agrupación es invariable?
"No porque este año se cumplirán 29 años del golpe militar
vamos a olvidar los crímenes que se cometieron. Los responsables tienen
nombre y apellido, todos sabemos dónde están, incluso algunos
siguen en servicio activo, como Kranz Bauer, contra quien se dictó orden
de detención junto a otros nueve ex miembros de la CNI en el caso de
los últimos cinco detenidos desparecidos bajo la dictadura, en septiembre
de 1987. Hay que depurar las Fuerzas Armadas. Los violadores de los derechos
humanos no pueden seguir en servicio activo. Ese es un tremendo desafío
que también va a tener que enfrentar la ministra Bachelet".
Viviana Díaz se refiere a la investigación realizada por el titular
del Tercer Juzgado del Crimen de Santiago Mario Carroza, quien investigó
la detención y desaparición en 1987 de seis militantes comunistas
vinculados al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), quienes
no fueron incluidos en el informe de las FF.AA. El juez sólo pudo establecer
el delito de secuestro de dos de ellos: José Peña Maltés
y Alejandro Pinochet Arenas. El grupo estuvo detenido en el Cuartel Borgoño
de la CNI y, según el proceso, fueron llevados a San Antonio y lanzados
al mar. Algunos estaban muertos, otros moribundos. El juez Carroza ordenó
la aprehensión del ex director de la CNI, general (r) Hugo Salas Wenzel;
ex mayor Alvaro Corbalán Castilla (actualmente en prisión); ex
capitán Luis Alberto Sanhueza; los suboficiales Víctor Ruiz Godoy,
Luis Santibáñez Aguilera, César Acuña Luengo, René
Valdovinos Morales, dos civiles, y un militar en servicio activo, el teniente
coronel Kranz Bauer Donoso, también vinculado con la Caravana de la Muerte.
Como señaló el abogado querellante Nelson Caucoto, es el mismo
grupo que participó en la Operación Albania y en el asesinato
de José Carrasco, Ignacio Vidaurrázaga, Abraham Muskatblit y Hernán
Rivera en septiembre de 1986. Por esa razón, el magistrado Mario Carroza
se declaró incompetente y remitió los antecedentes al ministro
que investiga la Operación Albania, Hugo Dolmestch.
Además de Kranz Bauer, en los últimos años se han dictado
órdenes de detención contra otros militares en servicio activo:
comandante de ejército Erick Silva (Operación Albania), capitán
de la Fach Hernán Miqueles y general de ejército Hernán
Ramírez Hald, jefe del Comando de Industria Militar (asesinato de Tucapel
Jiménez).
INVESTIGARLO TODO
- Viviana, ¿cómo evalúa la AFDD el resultado de la mesa de diálogo?
"Las Fuerzas Armadas dijeron que iban a entregar información de lo ocurrido
con 200 víctimas, pero 138 son detenidos desaparecidos, 42 son ejecutados
políticos cuyos cuerpos nunca fueron entregados a los familiares y 20
aparecen como 'NN'. De los 138 detenidos desaparecidos, 113 figuran como lanzados
al mar, ríos y lagos de Chile. Aunque lo pedimos, no se designó
ningún ministro en visita para investigar. En junio del 2001, el pleno
de la Corte Suprema acogió la solicitud del ministro de Justicia para
que se designaran jueces con atención exclusiva y preferente para las
otras causas en las que supuestamente había antecedentes para encontrar
los cuerpos. Previamente, debido a la conmoción que provocó el
informe, la Corte Suprema había designado dos ministros en visita para
investigar los casos de Cuesta Barriga y Colina, donde los militares entregaron
las coordenadas que permitirían hallar los restos".
- ¿Ustedes nunca estuvieron de acuerdo con la mesa de diálogo?
"No, porque considerábamos que el único camino para investigar
y llegar a la verdad era a través de los tribunales, a pesar de la terrible
experiencia que tuvimos con el poder judicial cuando pudieron salvar la vida
de nuestros familiares, y no lo hicieron. Aún así, pensamos que
los tribunales son los encargados de investigar, determinar responsabilidades,
sancionar y castigar a quienes cometieron crímenes contra la humanidad,
delitos que no prescriben ni pueden ser amnistiados. Si ya hubo una condena
mundial contra Pinochet y en Chile se comprometieron a investigar, hay que hacerlo.
Todos los casos, y no sólo unos pocos".
En Cuesta Barriga se encontraron dos detenidos desaparecidos.
"Según informó la Marina, en Cuesta Barriga había enterradas
seis personas con nombre y apellido. El ministro en visita, Héctor Carreño,
se instaló en la mina con la infraestructura más moderna, y sólo
encontró algunos dientes y pequeños restos óseos. Se identificó
a Horacio Cepeda y a Fernando Ortiz, pero por el hecho que los familiares recibieron
dos dientes de uno y un huesito de la mano de otro no significa que les entregaran
sus cuerpos. Es difícil expresar lo que eso significa. La esposa de uno
de los seis nombres dados por la Marina, Fernando Navarro Allendes, residía
en Suecia. Edith Díaz hizo un gran sacrificio y vino con la esperanza
de encontrar a su esposo. Le preguntamos cuánto tiempo se iba a quedar
en Chile y nos respondió 'hasta que sepulte a Fernando'. Pero nosotros
terminamos sepultándola a ella, porque murió el 1 de agosto después
de caer en una depresión que le produjo una rara enfermedad que terminó
con las defensas de su sistema inmunológico. Se fue destruyendo por dentro.
Hemos perdido a muchas compañeras, pero esta muerte nos golpeó
muchísimo, fue impactante".
TERMINAR CON LA MENTIRA
- Ustedes denunciaron que los militares que participaron en la mesa de diálogo
sabían que los restos de los detenidos desaparecidos habían sido
removidos.
"Cuesta Barriga es la mejor demostración de que efectivamente los removieron
y los hicieron desaparecer por segunda vez. A partir del informe, la Corte Suprema
instruyó al juez Juan Guzmán para que viajara a Iquique e investigara
el pique Mina Mapocho donde se dijo que estaban los detenidos desaparecidos
Jorge Marín Rossel y Williams Millar Sanhueza. Pero con todo lo que excavó
el ministro Guzmán, no apareció ninguno. Por eso calificamos el
informe como una farsa institucionalizada en la que no sólo han participado
quienes violaron los derechos humanos durante 17 años, sino también
las iglesias, representantes de la sociedad civil elegidos por el ministro Mario
Fernández, y abogados de derechos humanos que lamentablemente legitimaron
con su presencia esa instancia que nunca debió existir. El tiempo nos
ha dado la razón".
- ¿Qué debería hacer el Ministerio de Defensa, como autor de esa
iniciativa?
"Aparte de las tareas propias de su Ministerio, la ministra Bachelet tiene el
enorme desafío de lograr que quienes tienen información la pongan
a disposición de los tribunales y terminen con las mentiras. Lo peor
que puede pasarnos como país es que triunfe la impunidad. Y desgraciadamente,
eso se está dando a todo nivel, comenzando por la impunidad política
y moral. Nosotros hemos aportado toda la información reunida en estos
años. Pero nada ayuda la otra parte. Lo más cómodo es decir
que hubo un error y seguir adelante. Por eso no vamos a cejar nunca en el legítimo
derecho a la búsqueda que tenemos los familiares de detenidos desaparecidos,
porque para nosotros no hay casos emblemáticos, ni de primera, segunda
o tercera categoría".
- La Corte Suprema acogió una impugnación del sobreseimiento de
Pinochet presentada por el abogado Alfonso Insunza.
"Claro, porque lo sobreseyeron aplicando una legislación contenida en
la reforma del Código de Procedimiento Penal que no está vigente
en la Región Metropolitana. Por lo tanto, es inconstitucional, no se
puede aplicar. Si existe la voluntad de enmendar lo que no se hizo en el pasado
para juzgar a Pinochet en Chile, hoy están dadas las posibilidades".
- Para el gobierno, el informe fue un reconocimiento histórico de parte
de las Fuerzas Armadas de que realmente cometieron esos crímenes. ¿Hay
algo de cierto?
"No, porque el informe no fue firmado por ningún comandante en jefe y
no tiene el sello de ninguna institución de las Fuerzas Armadas. Es una
carta firmada y entregada al presidente de la República por el obispo
castrense Pablo Lizana. En ese sentido, no son las Fuerzas Armadas las que se
hacen responsables. La mentira quedó más que demostrada".
- Hasta ahora las instituciones y los militares implicados han sido absolutamente
reacios a admitir sus responsabilidades. ¿Qué podría hacer la
ministra Bachelet al respecto?
"Hay que partir por la cabeza, por quienes impartieron las órdenes de
detener, torturar o matar, y no por quienes las cumplieron. Nadie cree que no
exista información o que los archivos se eliminaron. Ellos tienen servicios
de inteligencia, y así como conocían la vida de cada uno de nosotros
cuando buscaban a nuestros familiares, la siguen conociendo hoy. Lo que pasa
es que no quieren llegar a la cárcel ni que sus familias sepan que hicieron
cosas tan terribles como torturar mujeres embarazadas o niños de corta
edad".
- ¿Qué sintió cuando vio a los altos mandos de las FF.AA. saludando
a la ministra?
"¡Imagínese! Por parte del ejército llegó en reemplazo
del general Izurieta el jefe del estado mayor del ejército, general Roberto
Arancibia Clavel, hermano de quien cumple condena en Argentina por el asesinato
del ex comandante del ejército, general Carlos Prats. Desde luego, uno
valora que una mujer llegue a un ministerio importante y que las Fuerzas Armadas
se cuadren ante ella. Pero son las responsables de habernos reprimido durante
17 años. Y cuesta mucho recuperar la confianza, porque una no olvida
que el general Pinochet le juró lealtad al presidente Salvador Allende
hasta el último día previo al golpe de Estado"
INVESTIGACIONES A CIEGAS
Vencido el plazo inicial de tres meses para mostrar resultados en la investigaciones
sobre la base del informe de las FF.AA., la Corte Suprema lo extendió
en diciembre por otros tres meses debido a lo poco que se había avanzado.
Según Viviana Díaz, es evidente que los progresos de la investigación
están en directa relación con la voluntad política de cada
juez. Hay grandes diferencias en las formas de trabajo y en los resultados.
Héctor Carreño, ministro en visita a cargo de ubicar a seis militantes
comunistas detenidos en 1976, cuyos cuerpos habrían sido enterrados en
la Cuesta Barriga, "se circunscribió a buscar restos en las coordenadas
que le indicaron, pero podría haber investigado a quienes detuvieron
a esas personas (Comando Conjunto)". Aunque dispuso de avanzada tecnología,
sólo se logró ubicar e identificar los restos de Fernando Ortiz
Letelier y Horacio Cepeda Marincovic, gracias a que sus familiares guardaban
radiografías y antecedentes de tratamientos dentales. En la misma fosa
habrían sido arrojados los cuerpos de Lincoyán Berríos
Cataldo, Luis Lazo Santander, Fernando Navarro Allendes y Héctor Véliz
Ramírez. Sin embargo, sus restos habían sido removidos del lugar.
Y el juez Carreño dio por sobreseída temporalmente la causa.
Distinta ha sido la actitud de la ministra en visita Amanda Valdovinos en la
pesquisa de veinte personas sepultadas como "NN" en Colina. Citó testigos,
se constituyó en el lugar y, acogiendo información proporcionada
por la AFDD, investigó el interior del Fuerte Arteaga, más allá
de las coordenadas dadas por las FF.AA. Allí aparecieron fragmentos de
huesos, falanges y dientes que corresponderían a ocho o diez personas.
De acuerdo con los antecedentes que maneja la jueza, podrían pertenecer
a personas arrestadas en La Moneda el 11 de septiembre de 1973 y que en primera
instancia fueron conducidas al Regimiento Tacna. Los restos hallados fueron
trasladados al Servicio Médico Legal para su identificación mediante
exámenes de ADN. Pero, según el director de ese servicio, Jorge
Rodríguez, la tecnología actual no siempre permite identificar
a una persona cuando sólo se cuenta con un par de huesos.
¿CAMINO A LA VERDAD?
Los jueces especiales (con dedicación exclusiva o preferente) también
muestran actitudes diversas. En julio, a un mes de haber sido designada, la
jueza del Primer Juzgado de Letras de Coronel, Graciela Ramos, sobreseyó
el caso de Pedro Merino Medina, detenido desaparecido el 14 de septiembre de
1974. La AFDD presentó un recurso de queja ante la Corte Suprema para
que le exigiera el cumplimiento de una gran cantidad de diligencias no realizadas.
Este recurso recién fue acogido a fines de noviembre del año pasado.
O sea, se perdieron cuatro meses de trabajo.
Otro caso sobreseído temporalmente es el de Juan Mura Murales, a cargo
de la jueza especial del 4º Juzgado del Crimen de Santiago, Olga Quijada, quien
"no logró demostrar la responsabilidad de los inculpados".
En cambio, la jueza Cecilia Flores, titular del Primer Juzgado de Letras de
San Bernardo, quien investiga la detención con desaparecimiento de Jenny
Barros Rosales, una estudiante de Enfermería de la Universidad Católica
detenida en San Bernardo, comenzó a pesquisar en el Cerro Chena. Ha realizado
intensas diligencias en los recintos de la Escuela de Infantería en la
búsqueda de una fosa con cerca de sesenta desaparecidos de San Bernardo,
Buin, Paine y Calera de Tango. Recogió testimonios de sobrevivientes
y por el momento descubrió algunos restos que se deben periciar en el
Instituto Médico Legal.
A juicio de Viviana Díaz, también el juez preferencial de Coyhaique,
que investiga el caso de tres desaparecidos, ha manifestado total disposición
para cumplir bien su misión. Otro juez preferencial, Jaime Salas, del
Juzgado de Letras de San José de la Mariquina (X Región) procesó
a los generales en retiro Jerónimo Pantoja y Héctor Bravo por
la desaparición de Pedro Espinoza Barrientos.
En tanto, la titular del Noveno Juzgado del Crimen de Santiago, Raquel Lermanda,
encausó al ex oficial de ejército Alejandro Molina por la desaparición
en 1976 de Víctor Olea Alegría desde el centro de detención
de la Dina conocido como Venda Sexy. Además, realiza careos a varios
ex miembros de la Fach por muertes y desapariciones ocurridas en recintos de
esa institución.
La magistrada del Octavo Juzgado del Crimen de Santiago, María Inés
Collin, ha realizado decenas de careos entre ex agentes de la Dina, aunque aún
no toma resoluciones judiciales.
Una de las investigaciones más avanzadas es la del juez con dedicación
exclusiva Waldemar Koch, titular del Juzgado de Letras de Santa Bárbara
(VIII Región). El 27 de diciembre del año pasado encausó
al ex carabinero José Eleodoro Burgos Sandoval, a su hijo Juan Carlos
Burgos Delausarán (civil) y al también ex carabinero Víctor
Manuel Zambrano Rubilar. Los tres se encuentran en la cárcel de Los Angeles,
procesados por el cargo de asociación ilícita en el caso de siete
campesinos detenidos a partir del 20 de septiembre de 1973, quienes fueron asesinados
y arrojados al río Bío-Bío. Ellos son Manuel Salamanca
Mella, Julio César Godoy Godoy, José Mariano Godoy Acuña,
José Domingo Godoy Acuña, Desiderio Solís Aguilera, Miguel
Cuevas Pincheira y José Roberto Molina Quezada. El juez Koch podría
dictar nuevas órdenes de aprehensión contra otras diez personas.
Algunos de los magistrados que hasta ahora no han realizado mayores trámites
en las causas que tienen a cargo son los jueces Manuel Bustos Meza, del Tercer
Juzgado del Crimen de San Miguel, María Teresa Díaz, del Cuarto
Juzgado del Crimen de la misma comuna, y Juan Antonio Poblete, titular del Décimo
Juzgado del Crimen de Santiago.
PATRICIA BRAVO