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En un discurso pronunciado este
jueves
eludió tratar el diferendo con México
Pide Castro que Carter visite Cuba y critique abiertamente
al país
Todo indica que el presidente cubano espera la posición que adopte el
gobierno de Fox en la CDH
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 28 de marzo. Con un significativo silencio sobre la crisis
con México, en un discurso de tres horas y media, el presidente Fidel
Castro parecía abrir hoy una cuenta regresiva en espera de la posición
que adopte el gobierno de Vicente Fox respecto de la isla en la Comisión
de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas.
Pero en su primera intervención pública desde su polémico
discurso en Monterrey, hace una semana, Castro alentó al ex presidente
estadunidense James Carter a que visite Cuba y critique abiertamente al país:
"Si lo desea, le llenamos la Plaza de la Revolución para que nos haga
las críticas que quiera, porque estamos persuadidos por la ética
moral y humana de la revolución."
Castro, que habló en el Teatro Karl Marx entre las últimas horas
del miércoles y la madrugada de este jueves, dejó pasar esa oportunidad
para referirse al conflicto con el gobierno mexicano, en una clara indicación
de que no hará un nuevo pronunciamiento al respecto en el corto plazo.
Existosa campaña sanitaria
Pero el mandatario quiso abrirse un margen dentro del tema general de su discurso,
una exitosa campaña sanitaria que culminó con la erradicación
del dengue en el país, para evocar el anunciado viaje de Carter.
El político demócrata que gobernó Estados Unidos entre
1976 y 1980 anticipó la semana pasada su intención de visitar
Cuba, sin precisar la fecha de lo que sería el primer viaje de un ex
mandatario estadunidense a la isla desde la revolución de 1959.
Tanto en el choque sin precedente con el gobierno de Fox y el canciller Jorge
G. Castañeda, como en los preparativos del viaje de Carter, incide de
inmediato el curso del 58 periodo de sesiones de la CDH en Ginebra, que tiene
previsto considerar la situación de Cuba.
Según el calendario del organismo, la votación del caso cubano
podría ocurrir el próximo 16 de abril, por lo que, contados desde
este jueves, quedan 19 días para que los 53 miembros de la CDH, entre
ellos México, definan su posición ante una prueba de fuerza diplomática
que se ha convertido en alta prioridad para el gobierno de La Habana.
Durante la visita de Fox a Cuba el mes pasado, el gobierno mexicano se comprometió
a no promover ningún proyecto de resolución sobre la isla en la
CDH, pero no precisó el sentido de su voto.
En las votaciones de la CDH sobre la cuestión cubana, desde 1990 México
se ha abstenido, argumentando que tiene reservas sobre la situación de
las garantías fundamentales en la isla, pero discrepa de la forma y el
sentido de los proyectos de resolución presentados, de inspiración
estadunidense.
En 1998, poco después de la visita del papa Juan Pablo II a Cuba, el
voto mexicano fue en contra del resolutivo de condena. El año pasado,
ya en el gobierno de Fox, México mantuvo su histórica abstención,
pero respaldada con un discurso adverso a La Habana.
El diferendo en curso entre Cuba y México, basado en sustancia en la
acusación cubana de que Castañeda mantiene una política
de hostilidad sistemática hacia la isla, en alianza con Estados Unidos,
tendrá su próxima y más relevante prueba en la votación
de Ginebra.
Tras el estallido de la crisis el jueves pasado, Cuba lanzó violentas
acusaciones a Fox y a Castañeda, y advirtió que, para evitar un
desdoro de la imagen de México, no va más adelante exhibiendo
pruebas de que los mexicanos cedieron a la presión estadunidense para
impedir que Castro fuera a la cumbre de Monterrey.
Sin embargo, el diario oficial Granma aseguró el martes pasado
que las autoridades cubanas mostrarán esas pruebas si persiste la hostilidad
de la cancillería mexicana.
Los medios informativos cubanos mantuvieron el jueves una cobertura restringida
de la crisis, dentro de los límites de reseñas de las reacciones
políticas y periodísticas en México, sin nuevas iniciativas.
Con un auditorio lleno en sus casi 5 mil localidades, Castro hizo un paréntesis
al tema central de su discurso para recordar que durante la crisis de los balseros
de 1994, en la que salieron más de 34 mil cubanos hacia Estados Unidos
en embarcaciones rudimentarias, Carter lo llamó para proponerse como
mediador con el gobierno de William Clinton.
"Pero realmente no le dieron permiso", dijo el mandatario. Ahora "lo invitamos
y queremos que venga, que nos apoye, e incluso que nos haga todas las críticas
que quiera hacer". Castro precisó que invitó a Carter a visitar
la isla por primera vez durante los funerales del ex primer ministro canadiense,
Pierre Trudeau, en 2000, donde ambos coincidieron.
Durante el gobierno de Carter hubo un sesgo de distensión entre Washington
y La Habana. Los dos países abrieron secciones de intereses (oficinas
diplomáticas) y trazaron junto con México la jurisdicción
territorial sobre la cuenca marítima del Golfo de México.
Comercio e intercambio, bases del cambio democrático
"Cuando era presidente me aparté de mis antecesores y, desafortunadamente,
de mis sucesores, levantando todas las restricciones de viaje de ciudadanos
estadunidenses a Cuba, y también establecí las secciones de intereses,
que se quedan a un paso de las relaciones diplomáticas completas'', dijo
Carter en una entrevista la semana pasada, al evocar sus planes de viaje.
"Creo que la mejor manera de llevar los cambios democráticos a Cuba es,
obviamente, teniendo comercio e intercambio al máximo, así como
visitas de estadunidenses y otros que conozcan la libertad..., no castigando
a los cubanos al imponer un embargo que hace que vean a Castro como un héroe
que está defendiendo a su gente de los abusadores estadunidenses'', concluyó
el ex presidente.
En su discurso de la medianoche, Castro exaltó la movilización
de más de 11 mil hombres en la capital del país, que durante 75
días fumigaron casa por casa, levantaron escombros, limpiaron muladares
callejeros, revisaron tinacos y todo tipo de recipientes con aguas estancadas
para alcanzar la meta de eliminar el dengue y el virus de la enfermedad.
Hablando ante parte de los activistas de la batida sanitaria, Castro anunció
que se comprobó la ruptura de la cadena de transmisión del virus,
a través del mosquito Aedes aegipty, al cumplirse 35 días
en que no se reporta un nuevo paciente.