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Latinoamérica

Panamá: Cambios, partidos políticos y corrupción


Marco A. Gandásegui (h)
Servicio Informativo "alai-amlatina"

La coyuntura panameña está marcada por acuerdos militares con EEUU y por la agudización de la crisis armada desatada en el vecino país de Colombia. También por los proyectos de privatización de la Caja de Seguro Social y por las propuestas para usar el Fondo Fiduciario de Desarrollo para pagar la deuda externa. Además, el momento político ha sido remecido por las denuncias de soborno en los órganos del Estado así como por la corrupción que aparentemente alcanza todos los sectores políticos del país.
A continuación examinaremos que son los partidos políticos y cómo funcionan. También veremos como se producen las condiciones para que se corrompan. Usaremos como ejemplo el caso de Panamá. Hay que hacer la aclaración que lo que es particular de Panamá puede generalizarse para cualquier otro país que tiene una organización social similar.
En la mayoría de los países las organizaciones partidistas son cada vez más meros espejos que reflejan los intereses de las poderosas instituciones económicas que controlan los procesos productivos y de distribución. El sociólogo argentino, Marcelo Cavarozzi, señala que en América latina se destacan cinco problemas.
El primero se refiere a "las tendencias a la desorganización de las prácticas partidistas". Esta desorganización se expresa, en segundo término, a través de "la pérdida de relevancia de la acción de los partidos". La pérdida de relevancia se refiere, por un lado y en tercer lugar, a la incapacidad de los partidos "para representar intereses y orientaciones de los distintos sectores sociales". Por el otro, y en cuarto lugar, los partidos han perdido toda capacidad para "constituirse en mecanismos efectivos de gobierno".
Finalmente, y en quinto lugar, Cavarozzi plantea que los partidos políticos han desplazado sus funciones y, aún más, las han reducido. Señala que las funciones de los partidos políticos se realizan cada vez más "en los ámbitos de la economía y la sociedad civil".
En el caso de Panamá la dinámica de los partidos políticos no se alejan mucho del análisis de Cavarozzi. A continuación presentaremos tres momentos recientes en la vida partidista panameña para ver como ha evolucionado la "pérdida de relevancia" de los partidos.
A partir de la década de 1980, con el gobierno de Reagen en EEUU, se inicia la política de reajuste económico a escala mundial (global) como reacción al colapso del modelo de desarrollo de la post-segunda guerra mundial. En el caso de Panamá, se introdujeron los primeros planes de ajuste económicos (PAE) en 1983, coincidiendo con la creación de las FDP. La globalización y su ideología neo-liberal aparentemente marchaba de la mano con la militarización institucional del país, especialmente del rol de policía regional que EEUU le quería dar a las FDP.
Las contradicciones entre los dos proyectos aparecieron en el transcurso de la década de 1980. Por un lado, una corriente empresaria que promovía el proyecto militar (gobierno centralizado en los cuarteles) que prometía incrementar los beneficios económicos relacionados con el Canal y posibles alcances regionales. Por el otro, del mismo seno de esa clase empresarial apareció una bandera que cuestionó la centralización militar y promovió la ideología neoliberal y la globalización financiera. Mientras que el PRD, fundado por el desaparecido Omar Torrijos en 1978, se consideraba el "brazo político" de los militares, los ideólogos neo-liberales lograron arrastrar consigo a amplios sectores de la "sociedad civil" y a los viejos y no tan viejos partidos a formar la "Cruzada Civilista".
Con la abierta intervención política y militar de EEUU se dividen las aguas en 1988 y se llega a un clímax en diciembre de 1989 con la invasión de Washington y el colapso del régimen militar. Una primera lección que sacamos es que los partidos políticos que participan en la Asamblea Legislativa (desde la reforma constitucional de 1983) y que se agitan en las elecciones generales de 1984 y 1989, no logran "constituirse en mecanismos efectivos de gobierno".
Los partidos políticos ocupan un lugar muy secundario, siempre preparados para cumplir con las formalidades pero incapaces de "representar intereses y orientaciones de los distintos sectores sociales".
El papel de los partidos políticos durante la transición hacia el régimen civil (1990-1999) se divide en dos partes. Durante la primera parte, bajo la presidencia del arnulfista Guillermo Endara (1989-1994), la función de los partidos lo asumió EEUU y sus agentes que intentan reorganizar (sin éxito) las instituciones del país. El Partido Arnulfista que controla la presidencia abandona la tarea de gobernar y se enfrasca en una batalla política con su aliado antimilitarista, el Partido Demócrata Cristiano (PDC), que controla la Asamblea. La segunda lección que sacamos es "la pérdida de relevancia de los partidos".
En 1994 el país es sorprendido por el triunfo electoral del PRD y su candidato a la Presidencia, Ernesto Pérez Balladares. El PRD, sin embargo, no regresó como "brazo político" de los militares. Mientras que la estructura partidista del PRD se acomodaba al poder, el equipo financiero de Pérez Balladares de la mano con EEUU y un sector de los empresarios panameños, débiles y atemorizados, privatizaron las empresas nacionales, eliminaron los aranceles que protegían la industria y agricultura nacionales e intentó acabar con las instituciones educativas y de salubridad del país.
El comportamiento de los partidos políticos panameños a partir de 1999 tiende a alejarse aún más de los intereses de los diferentes sectores sociales del país.
El Partido Arnulfista no ha querido o ha sido incapaz de ejecutar su programa de gobierno. Al contrario, sus proyectos de ley y decretos reflejan los intereses de los mismos sectores que apoyaban a Pérez Balladares. Al igual que el PRD en tiempos de Pérez Balladares, el Partido Arnulfista ha perdido todo contacto con las realidades del país.
El programa de gobierno que llevó a Moscoso al triunfo electoral en 1999 ha sido reemplazado de hecho por el "programa de país" diseñado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El programa del BID establece los lineamientos en relación con las políticas económica, fiscal y tributaria de Panamá. Igualmente, plantea las prioridades sociales en salud, educación y vivienda. Insistió y logró que el gobierno privatizara el IDAAN en diciembre de 2001.
La tercera lección la plantea Cavarozzi al señalar que los partidos políticos han experimentado "un proceso de modificación y, más concretamente, de reducción". Los despachos de los ministerios están colmados por los asesores de las agencias financieras internacionales. De igual manera, el órgano legislativo procesa los proyectos de acuerdo con el grado de urgencia que exigen esas mismas instituciones. Incluso, la Corte Suprema de Justicia sigue lineamientos de los asesores del BID.
Los partidos políticos panameños ya no tienen proyectos de país. Los debates que retumban a lo largo y ancho del país ya no descansan sobre premisas ideológicas que pueden incidir sobre el futuro de la nación. Los partidos, en la actualidad, en muchos casos sin darse cuenta, se han convertido en remolcadores de los proyectos neoliberales que están empobreciendo el país. Los partidos se pelean las migajas que dejan las políticas neoliberales: privatizaciones, reducción de aranceles, reestructuración laboral, reforma educativa. Los debates políticos se han reducido a los enfrentamientos relacionados con los sobornos, la corrupción.
En la actualidad, importantes actores sociales no están representados en los partidos políticos: la sociedad civil, las capas medias, el movimiento popular, la clase obrera, los campesinos, la mayoría de los empresarios. La política de exclusión que caracteriza la lógica de la política económica, se expresa con igual fuerza a nivel de los partidos políticos. En cambio, el sector con intereses financieros, promotores de la ideología neoliberal, está representado y domina a todos los partidos políticos - grandes y chicos. La cuarta lección que sacamos de Caverozzi es la pérdida de relevancia de los partidos y su incapacidad "para representar intereses y orientaciones de los distintos sectores sociales".