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24 de marzo del 2002
Perú: Huelga de hambre para capitular
Luis Arce
El Diario Internacional N° 58
Los presos seguidores de las "cartas de paz" (capituladores que se autotitulan
militantes del Partido Comunista del Perú (PCP), y los del Movimiento
Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) después mantenerse 31 días en
huelga de hambre decidieron dejar sin efecto dicha "medida de lucha". La prensa
peruana, dio bombo tanto a la huelga en sí, como a la supuesta participación
del presidente Gonzalo, y demás "dirigentes" del PCP.
Sobre este hecho queremos señalar lo siguiente:
1. La huelga de hambre, que inusitadamente fue bien publicitada por una prensa
bastante acostumbrada a ocultar la justa lucha de los prisioneros, no fue una
acción que en verdad buscó defender a los presos políticos
y prisioneros de guerra. Lamentablemente no fue así. Dicha huelga de
hambre en la que estuvieron involucrados los dirigentes del MRTA y los traidores
y agentes policiales que desde 1993 pactaron con Fujimori ("cartas de paz")
tuvo como propósito capitular y servir a los intereses contrainsurgentes
del gobierno de Alejandro Toledo. Los cabecillas de esta huelga de hambre dejaron
al descubierto su propósito de capitular frente al actual gobierno, cuando
pidieron como primer punto de su "plataforma de lucha" una: "Solución
política a los problemas derivados de la guerra", y participar en el
"proceso de reconciliación nacional" que ha puesto en marcha el actual
gobierno con el propósito de dejar sin sanción a los responsables
de matanzas y asesinatos de miles ciudadanos peruanos.
Hay que mencionar, que la llamada "Solución política a los problemas
derivados de la guerra", es una consiga acuñada desde 1993 por los agentes
policiales y traidores, que desde las prisiones del Perú difundieron
(con acuerdo de Montesinos y Fujimori) las llamadas "cartas de paz" supuestamente
redactadas por el presidente Gonzalo. Estas cartas, fabricadas en los laboratorios
del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) fueron concebidas para llegar a
un "un acuerdo de paz" con la tiranía fujimorista. Estos agentes, que
aún se presentan como "dirigentes y militantes del PCP", no han variado
sustancialmente sus planes capituladores, y se alistan ahora a servir a la nueva
administración del Estado que encabeza Toledo. Por ello no resulta una
casualidad que sigan insistiendo en una "solución política a los
problemas derivados de la guerra".
2. La propaganda en torno a la participación del presidente Gonzalo en
la mencionada "huelga de hambre", es falsa y ha tenido dos objetivos concretos:
Por un lado, ha buscado echar una cortina de humo respecto a la existencia real
del gran revolucionario peruano. Como se sabe, a nadie consta que el presidente
Gonzalo este aún con vida. Lo que se conoce de él proviene exclusivamente
de sus carceleros y no de personas imparciales en este caso. Desde 1993 su aislamiento
ha sido completo, y desde esa fecha hay que dudar de su existencia física
y real. Lo más probable es que haya sido asesinado y desaparecido en
1993. Sin abogado, sin visitas, sin familiares y sin "defensores de los derechos
humanos", el gobierno de Fujimori y ahora el de Toledo han evitado que se descubra
la verdad de lo ocurrido con el jefe del PCP. Al presidente Gonzalo, a diferencia
de otros dirigentes presos en la base naval del Callao nunca se le permitió
ningún tipo de relación con el mundo exterior. Diferente es el
caso de Víctor Polay Campos, líder del MRTA, que no solamente
tiene vistas y abogados, sino que incluso puede ofrecer conferencias a medios
de comunicación.
3. La propaganda en torno al presidente Gonzalo y la huelga de hambre, tiene
el mismo objetivo que la patraña conocida como "acuerdo de paz" fabrica
por Montesinos en 1993. En ambos casos el propósito es seguir desprestigiando
al Dr. Abimael Guzmán Reynoso, y presentarlo como capitulador, que primero
se vendió a Fujimori y ahora se prepara para hacerlo con Toledo. Esta
propaganda sirve como piedra angular en los planes contrainsurgentes del actual
gobierno, que temeroso de una situación social explosiva que vive el
país y frente a indicios bastantes visibles de la vitalización
de las fuerzas guerrilleras del PCP, ha reimpulsado la campaña contra
el prestigio del presidente Gonzalo. Caretas, un medio peruano bastante ligado
a los planes clandestinos de las fuerzas contrainsurgentes se encarga de exteriorizar
la relación entre los temores del Estado y la campaña para seguir
"demoliendo" el prestigio del gran revolucionario peruano. Veamos lo que dice
dicha publicación: "...Además, afirman que si el Estado negocia
a nivel político con ellos, podría ser interlocutor ante los que
persisten en la lucha armada. Aunque sin información contundente, hay
sectores de prensa que insisten en el posible reagrupamiento de SL. Durante
la huelga, Guzmán ha negado el famoso "rebrote" que aparece intermitentemente
en los titulares. Dice que a pesar de no tener ningún contacto con la
disidencia senderista, es él quien está en capacidad de hacerla
ceder.....Es conocida la ascendencia que Guzmán tiene sobre los senderistas.
Los terroristas de las distintas cárceles del país reciben las
noticias del líder como si se tratara de envíos postales divinos....(Caretas,
14 de marzo de 2002).
4. La mejor defensa de los presos políticos y prisioneros de guerra es
desarrollar una lucha frontal contra el régimen de Alejandro Toledo,
cuya política carcelaria sigue siendo tan brutal y criminal que aquella
que impuso durante 10 años Fujimori y Montesinos. Hay que convertir las
cárceles en "luminosas trincheras de combate", y luchar fundamentalmente
contra el genocidio de los prisioneros que se sigue aplicando a través
de la aplicación de un sistema carcelario inhumano y brutal (ninguna
asistencia médica para los presos, paupérrima alimentación,
prisiones tumbas a más de 4 mil metros de altitud, prohibición
de visitas y abogados, represión a los familiares, etc.). De la conciliación
y capitulación con el actual gobierno, como lo plantean los partidarios
de las "cartas de paz", y los dirigentes del MRTA, los prisioneros no lograrán
ni una sola reivindicación y al contrario se fortalecerán los
planes de exterminio de prisioneros en las cárceles del Perú.
Comité Editorial de El Diario Internacional
Bruselas, marzo 2002