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Latinoamérica

19 de enero del 2002
Uruguay: ¿Democracia?

Los trabajadores marchan a Punta del Este

PIT-CNT

E
l día sábado 12 de enero del presente año, la Mesa Representativa de la central única de trabajadores uruguayos, el PIT-CNT, resolvió realizar una caravana desde todo el país para concentrarse en el pituco balneario de Punta del Este, en el departamento de Maldonado. Allí se realizaría una caravana, una concentración y se leería una proclama que reflejaría las desastrosas consecuencias de la política económica que aplica el actual gobierno. Veamos la pertinencia de tal medida.

Uruguay ha sido gobernado desde su primer Presidente "constitucional" (el caudillo Fructuoso Rivera, acusado de la masacre de los últimos indígenas charrúas) hasta el actual (el abogado Jorge Batlle), por representantes del Partido Colorado y del Partido Nacional. En este período se han unido de una forma muy singular, puesto que en las últimas elecciones disputaron el "balotaje" el P. Colorado y el Encuentro Progresista-Frente Amplio (reunión de las fuerzas progresistas del país y Partido más votado en las elecciones de 1999).
Sin embargo, como hito histórico, los líderes nacionalistas y sus militantes apoyaron la candidatura del colorado Batlle para así impedir el ascenso al gobierno nacional del socialista Tabaré Vázquez. Actualmente gobiernan colorados y nacionalistas en "coalición", lo cual quiere decir, en buen romance, en reparto de cargos y privilegios.
La coalición de gobierno aplica estrictamente los lineamientos del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y del BID. Durante este período, más de 70.000 uruguayos han debido marcharse del país ante la falta de expectativas laborales, los jóvenes menores de 25 años se encuentran afectados por una tasa de desocupación superior al 35 % y según la OIT, de cada 100 nuevos puestos de trabajo de la región, 88 pertenecen al sector informal. Además, el 41 % de la población económicamente activa está por fuera de la seguridad social, el 54 % tiene problemas de empleo y 55.000 jóvenes no estudian ni trabajan. Es decir que el problema laboral afecta a más de 600.000 personas en conjunto.
Por si fuera poco, hace algunos días el Director del canal oficial de televisión, el Ingeniero Agrónomo Doyenart, cortó una emisión en directo que televisaba la entrega en directo de premios a la labor nacional en los medios masivos. Aunque la mayor parte de los legisladores se manifestaron contrarios al hecho, continúa en su puesto.
Por otra parte, recientemente se aprobó una ley que permite a ANCAP, sector clave de la energía y ente público nacional, asociarse a capitales, por ejemplo, privados y extranjeros. Un sector de las telecomunicaciones está en vías de privatización, pese a que deja enormes ganancias para todo el país. Ante este último hecho, el pueblo uruguayo está juntando firmas para someter la ley a referéndum y ya lleva logradas más de 500.000. El actual presidente Batlle había prometido un gobierno "divertido" (sic), pero ya vemos por dónde va la gracia: privatizaciones de sectores claves, apertura del mercado, desempleo, migración masiva, censura. Como perla agreguemos que el pasado 4 de diciembre el gobierno dejó sin efecto la obligatoriedad de que las panaderías vendan pan a bajo precio (pan tarifado), con lo cual un sector importante de personas tampoco podrá acceder a lo más básico.
Los peajes de las rutas nacionales acaban de aumentar 10 %, pese a que ningún salario aumentó ese porcentaje ni nada que se le parezca. Todo lo contrario: como los ajustes de salarios están por debajo del Indice de precios al consumidor y, además, se realizan tardíamente, los salarios reales han caído estruendosamente. Al decir del periodista Carlos Santiago, "el gobierno emprendió un camino que -según muchos analistas- lo llevará al fracaso, multiplicando la crisis social, masticando otras ideas peregrinas que si fueran aceptadas (la desregulación total del mercado del trabajo), es decir, expulsar de sus empleos a cientos o miles de funcionarios públicos, reduciendo los salarios de los privados, privatizando ANTEL (telefonía básica y móvil), ANCAP (combustibles), y a los bancos estatales, como últimamente aconseja el FMI, arancelar la Universidad, achicar los planes sociales y los presupuestos de los ministerios de Salud pública y Educación, reducir más las jubilaciones y las pensiones."
El gobierno del presidente Jorge Batlle se empeña tozudamente en no ver el desastre que está causando la aplicación de las políticas diseñadas desde el imperio. Apoyado por el sector del Partido Nacional, han sacado leyes de urgencia generando ajustes estructurales que han ocasionado, cuándo no, consecuencias nefastas sobre los sectores más pobres. Desempleo, marginación, huida del país en busca de cualquier trabajo en el extranjero, violencia, deserciones masivas del sistema educativo, trabajo informal infantil. Por ejemplo, y respecto a esto último, el periodista Samuel Blixen detallaba que en Uruguay "existen 5.694 niños trabajadores de 12 y 13 años y 6.264 niños trabajadores de 14 años: una mano de obra menor de 15 años que forma un ejército asalariado de 12.000 niños." Pero, por supuesto, el gobierno no ve esta realidad y ahora tampoco quiere escuchar los reclamos de una sociedad hastiada, de una sociedad que está comenzando a decirle BASTA a esta política económica que privilegia a pocos y masacra a muchos. Demos un nuevo ejemplo: en enero de 2001, la Dirección General de Impositiva recaudó por impuestos al patrimonio unos 425.000 pesos uruguayos (aproximadamente 28.000 dólares), pero por Impuesto al Valor Agregado (uno de los más elevados del mundo, 23 %) fueron 2.000 millones de pesos (unos 130 millones de dólares). Es decir que los impuestos indirectos que recaen sobre la masa de desempleados y trabajadores son los que financian este gobierno, gobierno que empecinadamente se empeña en pagar peso sobre peso los servicios de la Deuda externa, deuda que no nos preguntaron si la queríamos contraer, deuda que no controlamos nosotros, deuda de la cual no vimos un solo dólar, deuda que no sabemos dónde fueron a parar los billetitos, deuda que ya hemos saldado con todo el dinero que nos han sangrado. Sin embargo, el gobierno de los colorados y los nacionalistas perdió el año pasado 40 millones de dólares por malas gestiones en el área de los combustibles con Argentina, el mismo gobierno que anunció que el Banco Hipotecario del Uruguay (que supuestamente debería fomentar y generar oportunidades de vivienda para los más desposeídos) tuvo pérdidas por 250 millones de dólares. Increíble: son el banco que se dedica por sí a la construcción y financiación de soluciones habitacionales y tienen pérdidas; es como si hubiera una sola carnicería en el país para venderle a la gente y aún así diera pérdidas. La famosa Torre de las comunicaciones (nuevo edificio en construcción de ANTEL) estaba prevista en unos 92 millones de dólares. Pues bien, ahora dicen que va a costar aproximadamente 150 millones y, como si no alcanzara, el Ministro de Industria y Energía, el nacionalista Sergio Abreu, dijo que el gobierno podría venderla por unos cien millones para tener plata fresca y así poder cumplir con las obligaciones contraídas. Detengámonos brevemente en el caso ANTEL, que ahora quieren privatizar. Alguien podría pensar que da pérdidas: todo lo contrario, porque en 1998 sus ganancias netas fueron de 170 millones de dólares y en 1999 de 204,5 millones, lo cual equivalió al 25 y al 27.6 % de sus ventas respectivamente. Se deduce de esas cifras que ANTEL entregó al gobierno central 100 millones de dólares en 1998 y 145 millones en 1999.
En este rápido panorama, donde por momento dejamos de lado las realidades de los municipios (con algunas Intendencias municipales que han dejado de pagar sueldos, otras que llevan atrasos de meses, suspensión de servicios, privatización tercerizadora de otros, acomodo descarado de militantes partidarios del establishment), el Superior Gobierno de la República ha prohibido la marcha y la concentración de los trabajadores en la pituca ciudad-balneario de Punta del Este, lugar de veraneo de la oligarquía argentina, la misma oligarquía que no ha visto ni un solo dólar retenido en su país con el "corralito". A estas personas, dice el Presidente, el Ministro de Turismo, el Intendente del departamento de Maldonado y los legisladores colorados, a estas personas hay que protegerle la "tranquilidad", el solaz veraniego lejos de las protestas, de las camionadas, del olor a transpiración de los trabajadores; a ellos hay que dejarlos que disfruten de un coto reservado y privilegiado por fuera de la realidad de un país que se desangra, mejor dicho, que lo desangran. Es en este marco que la movilización del PIT- CNT se llevará a cabo, pese a las prohibiciones que ignoran las fundamentales libertades, es en este marco que los trabajadores se juntarán solidariamente para hacer sentir que en este supuesto paraíso, la gente tiene hambre.
La República Oriental del Uruguay no llega a los 180.000 kilómetros cuadrados de superficie y su población ronda los 3 millones 200 mil habitantes. Posee aproximadamente unos 4 millones de hectáreas para el cultivo, pero parte de sus niños sufre desnutrición; en un territorio donde alcanza con que se te caiga una semilla para que germine, sus gurises padecen déficit de proteínas. Además, hay un amplísimo porcentaje de madres menores de 15 años y la tasa de natalidad en las zonas más pobres aumenta exponencialmente. A su vez, los niños nacidos en los barrios más pobres, son los que repiten en el sistema educativo o desertan de él. Los pocos que consiguen continuar, egresan pero sin posibilidad de inserción laboral. Las condiciones de hacinamiento y la escasez de servicios públicos a los que acceden generan una subcultura que termina por marginarlos de la cultura "oficial", es decir, de la cultura tal y como la entienden los dominadores de la sociedad uruguaya: desde esos barrios sometidos a marginación surgirán los posibles obreros de las posibles fábricas. Sólo que en Uruguay casi no hay ya fábricas.
La canasta básica (para acceder a los bienes imprescindibles) para una familia tipo de cuatro integrantes está en los 16.500 pesos (unos 1.000 dólares), el 90 % de los trabajadores uruguayos no ganan más de 11.000 pesos (es decir, 730 dólares) y el 50 % llegan apenas a 3.000 pesos (unos 200 dólares). En resumen, hay dos tercios de uruguayos que no llegan a la canasta básica mínima. Esto, ¿no es violencia desde el gobierno? En la campaña electoral última los sectores derechistas plantearon la dificultad de imponer un impuesto a la renta, pero los gobiernos uruguayos siempre han mirado a algunos países como modelos. Sin embargo, no tienen en cuenta algunos indicadores de las mismas naciones: por ejemplo, en Suecia de los impuestos tributarios el 25 % proviene del impuesto a la renta; en Holanda se eleva al 40 % y en casi todos los países estudiados no baja del 15 %. Pese a lo anterior, el Partido Colorado y el Partido Nacional expresan la dificultad de poner impuestos a la renta. Lo que no dicen estos explotadores es que ellos tienen conexiones con los sectores de la banca, de la industria, con los grandes latifundistas y productores. Por ejemplo, ¿alguien sabe de dónde les llegan los fondos para financiar sus campañas electorales?; ¿alguien sospecha que alguna de las firmas que acceden por "licitaciones" a las tercerizaciones de las empresas públicas están emparentadas con familiares de ellos? Pero no, el Uruguay se vanagloria de ser diferente a la Argentina, cree que sus periodistas son distintos, que sus programas televisivos son serios, pese a que nunca hacen las preguntas que se realiza cualquier trabajador de acá que se precie de tener dos dedos de frente. Incluso el expresidente Julio Mª Sanguinetti se precia de no contestar las preguntas de los "periodistas" de los medios, sino que sólo dice lo que se le antoja, aunque sea la mentira más increíble.
En la década del '60, en el Producto Bruto Interno del país, los salarios representaban el 40 %; hoy, a principios de 2002, son un 25 %, lo cual implica una pérdida salarial real del 15 %. Pero los ingresos de las empresas representan hoy día un 50 %, el doble de lo que representan los salarios. Entonces, ¿quién se lleva las ganancias? ¿Queda claro, verdad? ¿También queda clara la pertinencia de una marcha, aunque sea una marcha, de los trabajadores reclamando el derecho a ser explotados? Porque al día actual, ¿qué es trabajar sino el derecho a que te arranquen plusvalía para las empresas? ¿De qué estabilidad económica y social habla el gobierno? ¿Es esto lo gracioso que prometía el presidente Batlle? De esta violencia no se habla. Y no se habla por dos razones fundamentales: los que conocen esto, o no lo dicen por miedo o porque están en la rosca, o no lo saben porque están anestesiados por los medios de intoxicación masiva. El diputado Caviglia del Partido Justicialista de Argentina denunció que de su país se fugaron 358 camiones de caudales vía Ezeiza o Aeroparque a Uruguay, Estados Unidos y Paraguay. Sin embargo, el gobierno prohibió la marcha del PIT-CNT hacia Punta del Este.

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