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Latinoamérica

25 de enero del 2002

¿Con la embajada norteamericana detrás del telón?

Desafuero de Evo Morales despierta
mayor conciencia en la población boliviana

SERPAL, Servicio de Prensa Alternativa

J
ueves 24 de enero del 2002. Los bolivianos se levantaron con la noticia que ya estuvo escrita meses antes: 104 diputados de los partidos MNR, MBL, ADN, MIR, UCS y NFR votaron por separar de la Cámara Legislativa al diputado y dirigente de los cocaleros Evo Morales (solo hubo 14 votos a su favor), inculpándolo de los hechos violentos ocurridos días atrás en la localidad de Sacaba (a 7 kilómetros de Cochabamba), donde murieron 3 campesinos y 4 uniformados.

Muy pocos ciudadanos pudieron soportar hasta la madrugada los debates parlamentarios, no sólo por las 7 horas de interminables discursos de las diferentes bancadas, sino sobre todo por el contenido cínico de una mayoría estos discursos en boca de los llamados "padres de la patria". Llegaron al colmo de la sinverguenza, demasiada manipulación, demasiada subordinación; muchos de ellos observados por estar ligados al narcotráfico y a la corrupción a gran escala.
La mayoría de los medios guardaba silencio. En Cochabamba sólo se escuchaban las 17 radios de las sectas religiosas; aparte de uno que otro concurso musical que estupidiza a la gente. Silencio que muestra evidente complicidad.
En el parlamento la TV estaba enfocando sólo lo que le interesaba: las viudas de los familiares de los policías. Por cierto, todos se identifican con el dolor de esas familias, pero ¿por qué no se muestran también a decenas de familias de campesinos asesinados en los últimos años? ¿las decenas de heridos y los miles y miles de hombres, mujeres y niños que viven en una miseria absoluta en la región de Chapare?.
Algo está claro. La anulación parlamentaria de Evo Morales es una decisión política sin justificación legal. Se trata de una conjura donde NO EXISTEN PRUEBAS de quienes dispararon al corazón de los policías, expuestos en forma morbosa ante las cámaras de televisión y como no existe ninguna prueba certera, todo el proceso se enfila contra Evo Morales. Al respecto la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos inculpa a la llamada "Comisión de Etica" del Parlamento (presidida por el MNR) por violar el articulo 16 de la Constitución Política del Estado; incluso miembros del Tribunal Constitucional hablan de un acto ilegal.
En un sondeo entre la gente de la calle, las interrogantes sobre los hechos de luto van en aumento y ponen el dedo en la llaga: ¿Quiénes estaban armados en los incidentes? ¿Los policías y militares o el pueblo? Esas son las interrogantes básicas. Además, ¿Quién nos dice que no actuaron infiltrados por parte de la "inteligencia" estatal, con el mandato de disparar al corazón?. Esas son viejas prácticas comprobadas en muchos casos en América Latina, como aquí en Cochabamba sucedió el año 2000 cuando oficiales francotiradores entremezclados en la multitud hirieron a muchos y mataron a algunos ciudadanos que protestaban pacíficamente.
Pese a la indignación contenida el pueblo no aplica prácticas semejantes, y cuando personajes como Kieffer, Sánchez Berzaín y otros diputados con mucha habilidad insisten reiteradamente en aquel punto, se deja libre curso a ese refrán que dice ¡Cuando el río suena es porque piedras trae" ¿Quién dice que todo el escenario dantesco de tantos infructuosos años de "lucha contra el narcotráfico" no es armado para cubrir los negociados y la corrupción, las políticas anticonstitucionales, el narcotráfico en las filas oficiales, los grandes negocios de la capitalizacion, el nuevo negocio con el gas "boliviano", las nuevas leyes de Reforma Constitucional (antinacional)?
¿Acaso esta unión de los que se aferran al poder no es sólo expresión de una inaplicable sed de poder; una jugada más para garantizar el continuismo después de las elecciones?. ¿Quién podría dejar de suponer - y bastante fundadamente - que detrás de la decisión del Parlamento está la mano expresa de la embajada norteamericana, ese superpoder que busca con el desprestigio y violencia interna, acabar de una vez por todas con la amenaza política de esa posible unión campesina en torno a Evo Morales y el Felipe Quispe? Así se sigue aquello de dividir, coartar, perseguir, para seguir reinando.
Cuánto duele ver a Bolivia donde ahora se anuncian enfrentamientos "a muerte", nuevos bloqueos, represalias, tal vez una larvada guerra civil; campesinos (cocaleros) contra campesinos, guerra entre pobres, mientras los 104 diputados que votaron por anular al diputado campesino están ahí, en sus curules, con su complicidad mayor o menor con todo lo ilícito y censurable que pasa en el país.
Así se observa un escenario ficticio, una engañosa "guerra contra las drogas", que no es una guerra contra el narcotráfico sino contra los cultivadores de la hoja de coca, que es denunciada hace más de 10 años atrás como una "guerra falsa" por sus resultados negativos, por los intereses económicos y políticos que finalmente llevan al sólo beneficio de aquellos a quienes se dice combatir: los narcotraficantes que gozan de los ávidos mercados de los países del norte del planeta.
Detrás de las cortinas del Parlamento, en sus pasillos, en los sueldos extra, en los documentos en inglés traducidos a nuestras leyes, todos perciben la mano de la embajada de Estados Unidos - la todopoderosa - la que está jugando sus cartas en todo el hemisferio SUR.
El pueblo, aunque no aguantó escuchar las 7 horas, tiene un sentido común, un olfato popular que, junto a todas las organizaciones que consideran este acto ocurrido en la madrugada del 24 de enero como anticonstitucional y atentatoria a la democracia y a miles de familias de campesinos, seguirá sacando sus conclusiones y tomará sus decisiones como ciudadanos, como parte de una sociedad aplastada hoy por esos 104 diputados sin conciencia nacional y que por eso son meros empleados de un poder extranjero que oprime a la patria boliviana, como a la Patria de otros pueblos de la tierra, por encima de los 104 padres de la antipatria.
Boliviapress-Cedib.Bolivia.
* Nota: Evo Morales ganó su escaño (o curul ) en 1997, cuando obtuvo la victoria electoral en la Circunscripción 27 (provincias de Chapare y Carrasco de Cochabamba) , con el mayor índice de votación 70,13% entre los 68 parlamentarios elegidos por voto directo.

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