Balance del viernes 25,
cacerolazo nacional:
La
militarización de los accesos en el sur
de la Capital Federal y los metodos represivos que se vienen
Por Tdesocupados
Horas antes de la brutal represión con que el gobierno enfrentó
a la pacífica y masiva movilización del pueblo, los sucesos
acontecidos en el Puente Pueyrredón, al sur de la Capital Federal,
hacian prever un final poco feliz para esa jornada de protesta, y dejaban
a las claras que, lejos de "errores y exesos" en la represión, el Gobierno
preparó un plan sistemático para enfrentar al pueblo y repeler
por cualquier vía la protesta popuar.
La forma en que el Gobierno
encaró la convocatoria a una Jornada Nacional de Protesta, evidencia
métodos y recursos que bien pueden encontrarse en cualquier manual
que exprese la doctrina del Conflicto de Baja Intensidad (CBI), que la inteligencia
militar norteamericana diseñó hace años para enfrentar
las situaciones de insurgencia en America Latina.
El clima previo:
acción psicológica, complicidad mediática, desinformación.
- Desde días
previos, y en particular durante toda la jornada del viernes, el Gobierno
desató un terrorífica campaña de acción psicológica
tendiente a generar pánico en la población respecto a
la movilización anunciada desde las asambleas vecinales para esa
noche. Para ello, la complicidad de los grandes medios de comunicación
fue fundamental, y desde la mañana los titulares de los diarios
e informativos radiales anunciaban: "Cuidado con los violentos", El gobierno
prevee incidentes", "Fuerte dispositivo policial", "Asueto desde la tarde
para empleados de los organismos del estado", "temen un viernes negro".
Para esa estrategia, apeló el gobierno también a las Instituciones
Intermedias que aún mantienen un buen diálogo con el Gobierno,
como la CAME, sector que representa a pequeños empresarios del comercio
que habían participado en anteriores cacerolazos, y que durante la
tarde llamaban a "no movilzarse a Plaza de Mayo", "hacer sonar las cacerolas
en los balcones o las esquinas de sus casas, para no dar lugar a los violentos",
etc. Otras organizaciones, atadas a viejas lógicas de protagonismo
sectorial y de temor por la movilización popular que no controlan,
como la CTA, parecían hacer el juego al gobierno convocando a movilizarse,
pero otro día: el lunes marcharían, durante el día,
a la Plaza. Pero no ese "peligroso" viernes. Incluso los medios más
reaccionarios, como Radio 10, mentían abiertamente, "informando"
que las asambleas vecinales pedían no movilizar a la Plaza de mayo,
cuando en realidad sólo desde algunas pocas asambleas se había
resuelto esperar a último momento para decidir la modalidad de la
movilización.
- Este clima contrastaba
con el inicio de las protestas durante las primeras horas de la mañana:
desde cacerolazos en los bancos, hasta piquetes en reclamo de las promesas
incumplidas acerca de respuestas inmediatas ante la desocupación,
mostraban un clima desafiante para el gobierno, pero a diferencia de
la prédica oficial, desde expresiones masivas y pacíficas,
ratificando la voluntad de confluir a partir de las 20 hs. en la plaza de
Mayo. Esto sucedió desde la mañana en el Puente Pueyrredón,
acceso sur de la ciudad donde más de tres mil familias de desocupados
realizaron uno de los piquetes más masivos, en forma pacífica,
insistiendo con las demandas al gobierno y expresando solidaridad con quienes
exigen el fin del "corralito", y sumándose a los reclamos de renuncia
de la Corte Suprema, etc.
- Otro contraste "desinformativo":
la permanente prédica de "comunicadores sociales", principalmente
del grupo Clarín y Radio 10, tratando de diferenciar la "legítima
protesta de las cacerolas" de "los piquetes, que tienen otros métodos
más violentos", perdía sustento ante los cada vez más
frecuentes contactos entre las asambleas vecinales de algunos centros urbanos
o comunales, y los movimientos de desocupados, que también en asambleas
horizontales, se organizan en los barrios humildes de la periferia. En
este caso, los desocupados de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados
"Anibal Verón" que sostenían en corte del Puente, y los vecinos
autoconvocados de la Asamblea de Avellaneda, habían definido puntos
de reclamo en común, y habían acordado movilizarse conjuntamente
a la capital a partir de las 20 hs.
La estrategia represiva:
planificación militar de la acción policial.
- Quien escuchara la
radio esa tarde, se llevaría la idea de que pocos estarían
dispuestos a cumplir con la convocatoria: desde los medios todo era incertidumbre
y desinformación. Pero cerca de las 20 horas, otra demostró
ser la realidad en los barrios: en la Asamblea vecinal de Avellaneda, alrededor
de 1000 vecinos deciden confluir con los desocupados que cortaban el puente
y marchar conjuntamente hacia la Plaza de Mayo; en el Puente, después
de toda una jornada de lucha y de una respuesta parcial del Gobierno, que
con la idea de desactivar la participación masiva en la protesta
nocturna de los desocupados habia recibido a los piqueteros en la Casa de
Gobierno, alrededor de 2000 personas deciden sumarse a la marcha a Capital,
mientras algunas mujeres con chicos preparaban el regreso, en trenes, a
sus barrios del Gran Buenos Aires.
- Ya caída la
noche, a diferencia de la cobertura que los medios masivos habían
dado al Corte del Puente, ningún movil televisivo o radial quedaba
allí para cubrir lo que pudiera pasar. ¿No era acaso parte importante
de la cobertura que, desde el sur del Gran Buenos aires, más de 3000
vecinos de Avellaneda y desocupados de la zona sur marcharían pacíficamente
para expresar su repudio al Gobierno? ¿Alguien sugirió a los medios
de comunicación que no estuvieran allí? ¿Desde algún
organismo oficial se mal informó que allí ya nada pasaría?
Las declaraciones mentirosas de Juan José Alvarez, secretario de
Seguridad del Gobierno, a las 21 hs, demuestran que algo de todo esto hubo:
"Tengo información que los manifestantes del Puente Pueyrredón
resolvieron suspender la protesta y la situación está tranquila
allí", se le escuchó decir por un medio radial, en momentos
en que un triple cordón de infantería que cubría los
80 mts de ancho del puente, amenazaba con sus lanzagases e itacas a los
manifestantes. Las motos haciendo rugir sus motores detrás, el
helicóptero sobrevolando, y un disparo al aire en momentos en que
una mujer increpaba con insultos al jefe del operativo, completaban el panorama.
- En ese momento ya
podía hacerse un cuadro de situación que dejaba a las claras
el conjunto de la planificación represiva: aislamiento mediático
y desinformación, tropas de infantería y reservas de gendarmería
como para realizar una masacre, que posteriormente sería presentada
como enfrentamientos entre piqueteros y "fuerzas del orden", donde ya sabemos
quién dirían que arrojó la primera piedra. Pasados
los minutos, se completaba el cuadro: los gases a punto de ser lanzados,
sólo fueron evitados por la prudente decisión de replegar
lentamente por parte de los manifestantes y evitar un enfrentamiento en
el que, de darse, la única forma de zafar sería arrojándose
al río, ya que en la bajada del puente, del lado de provincia, había
suficientes móviles y personal de la bonaerense como para garantizar
una encerrona en caso de enfrentamientos. Cuando, durante los minutos que
duró la retirada, las luces del puente comenzaron a apagarse, muchos
entendieron mejor de qué se trataba. Si generaban un apagón
en toda la zona, era la señal de que reprimirían aunque la
gente estuviara con decisión de retirarse. En ese momento, la
sana costumbre de los desocupados de encender la fila de cubiertas que no
habían sido quemadas durante el día, evitó que la infantería
pudiera avanzar sobre la columna en retirada. Mientras tanto, la columna
que se mantenía organizada y dejaba el puente, se dirigió
al otro puente más cercano, a unas pocas cuadras: al llegar ahí,
otro cordón de Infantes imidió el paso, con el inmediato refuerzo
de carros de asalto y lanzagases. Quedaba una sola alternativa para llegar
a la Capital: el tren. Quienes primero llegaron a la estación de
Avellaneda comprobaron lo que para otros ya era obvio: la policía
mantenía interrumpida la circulación de los trenes en el sentido
de acceso a la Capital.
- Las llamadas desde
algún teléfono celular a amigos o compañeros que estuvieran
en sus casas, pidiendo que comunicaran la situación a los medios,
dieron poco resultado: Crónica TV fue el único medio que se
mostró interesado en mandar un móvil al lugar, pero la respuesta
daba más elementos para completar el panorama: la policía
no dejaba avanzar a los móviles periodísticos para el lado
sur de la Capital por ninguno de los Puentes. El cerco informativo
sólo pudo romperse por la colaboración activa de medios alternativos,
como Red-Acción zona sur a quien se pudo informar telefónicamente
y redactó un comunicado urgente que llegó a las redacciones,
y los reporteros de Indymedia, que habiendo podido llegar a la Capital,
buscaron movileros para informar de la situación. A pesar de que
TODOS los medios de comunicación estaban al tanto de la militarización
que se vivía en los accesos desde el sur de la Capital, sólo
algunas líneas de un Cable de la Agencia TÉLAM y un comentario
en América 2 hicieron referencia a la situación.Al escuchar
la radio se ratificaba la idea de la estrategia oficial de negación
informativa de lo que fuera a pasar: mientras se informaba lo inocultable,
la masivia movilización desde los barrios de Capital a la Plaza de
Mayo, durante dos horas el Puente Pueyrredón no fue mencionado
ni siquiera en el reporte de tránsito, información oficial
que cada media hora brinda la Policia Federal a la radios y canales de televisión.
- Agotadas las vías
posibles para un acceso a la Capital, descontada la posibilidad de contar
con medios de comunicación que sirvieran al menos para canalizar
la denuncia, en la bajada del puente, donde nace la Avenida Mitre, los distintos
movimientos de desocupados y los vecinos de avellaneda hiceron sus respectivas
asambleas para decidir conjuntamente qué hacer: el inicio de una
fuerte lluvia aceleró la decisión mayoritaria de emprender
el regreso a los barrios, mientras quienes más experiencia tenían
alertaban de la presencia de numerosos policias, de uniforme y de civil,
ocultos en el estacionamiento del Bingo de Avellaneda que estaba a pocos
metros de donde se encontraban los manifestantes. El apagón de
las luces del puente se hacía extensivo hacia la zona donde se deliberaba
en asambleas, como una nueva amenaza represiva.
- Sólo la sensatez
de los manifestantes, el nivel de organización de los desocupados
y los neumáticos encendidos en la retirada como método de
autodefensa, la ágil tarea de los jóvenes que desarrollan
medios alternativos de comunicación para romper el cerco informativo,
garantizaron que en el Puente Pueyrredón no se desarrollaran sucesos
como los que pasaron en el Puente Corrientes-Chaco en el 99, donde un operativo
militar de desalojo a cargo de las fuerzas de Gendarmería y Prefectura,
generaron la muerte de dos correntinos y centenares de heridos, tras similar
secuela de acción psicológica, desinformación, apagón
y posterior represión criminal.
No son echos aislados,
es el "modus operandi" del gobierno de duhalde ante la lucha popular
- Horas antes de lo
sucedido, los desocupados venían de haber denunciado, en la mesa
de negociación que obtuvieron con el Gobierno en la misma Casa Rosada,
y ante el Ministro del Interior, una serie de hechos intimidatorios y represivos
que en los últimos días apuntaron a atemorizar a quienes tengan
motivos para protestar:
- En Lanús,
un Peugeot 504 negro con vidrios polarizados y sin patente, el día
martes 22 en horas de la mañana, intercepta a Nicolás Lista,
integrante de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados, y es amenazado
de muerte: desde el asiento trasero le dicen que si mañana iría
a cortar la ruta, esto tenían para él: y lo que le muestran,
por la ventanilla, es una ametralladora moderna, mientras quien le hablaba
le apunta haciendo el sonido de los disparos: "ta-ta-ta-ta-ta". El auto
cierra la ventanilla y se aleja, sin apuro, por las calles de Lanús.
- Ese mismo martes previo
a una jornada de lucha, en reuníón que sostenían miembros
del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Almirante Brown con funcionarios
de dicho municipio, ante la negativa de entrega de alimentos para los desocupados
y la posible realización de un corte de ruta, el funcionario advierte:
"¿qué pasaría si ante el corte que ustedes hagan, se juntaran
100 vecinos muy enojados en contra de lo que hacen y los enfrentaran?".
En lenguaje de funcionario del PJ de la provincia de Buenos Aires, "100
vecinos muy enojados" quiere decir "la patota armada por los punteros políticos
dispuesta a cualquier paliza, que manejamos con plata".
- En el corte del Puente
Pueyrredón del día miércoles, un hombre con todo el
aspecto de militar retirado, a bordo de un BMW, encara a los muchachos de
un piquete, y amenaza: "esto es lo que hay que darles a ustedes", esgrimiento
una pistola nueve milimetros, que se encarga que todos vean. En este
caso, el hombre pudo ser fotografiado.
- El jueves, en Hurlingham,
Municipio hasta hace pocos meses gobernado por el actual Secretario de Seguridad
Juan José Alvarez, los manifestantes del Movimiento Independiente
de Jubilados y Pensionados fueron emboscados de la siguiente forma: en el
Municipo se les informa que para la entrega de alimentos solicitada se dirijan
a un lugar distante unas cuadras: en el recorrido, es atacado un micro
de manifestantes, éstos son agredidos, dejando 20 heridos, y es secuestrada
Nina Peloso, esposa de Raúl Castels, encarcelado por pedir alimentos.
Los agresores y secuestradores se desplazaban en autos Ford Falcon, de inmediata
asociación con la represíón militar de la última
dictadura. Después de casi dos horas de mantenerla privada de la
libertad, es abandonada, sin lesiones, habiendo recibido todo el tiempo
amenazas de muerte referidas a su actitud de lucha.
Ante la puesta en conocimiento
de estos echos a funcionarios del gobierno, aparentan estar sorprendidos,
llegando al colmo de "solidarizarse" con Nina Peloso al "enterarse" del secuestro.
Este cinismo tiene su lógica, al igual que las declaraciones de Juan
José Alvarez posterior a la represión en Plaza de Mayo, donde
dice que van a investigar "posibles exesos": parte de la doctrina de Conflicto
de Baja Instensidad (CBI) contempla la estrategia de presentar al Estado como
"ajeno" de la acción de grupos "parapoliciales", o en el caso de las
fuerzas de seguridad, tomando distancia señalando "posibles exesos".
Esto sumado a la criminalización del conflicto social y de las organizaciones
populares, intenta reavivar la "teoría de los dos demonios", perfectamente
funcional a las necesidades represivas en la etapa que se viene.