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Latinoamérica

Por el Profesor J desde la prisión

Fuente: Campo Antimperialista

Este caso es un hueso duro de roer. Un trago amargo que quema las paredes estomacales no sólo de los militares chilenos, sino de algunos otros personajes en otras latitudes.
Pruebas al canto:
Desde 1986 a 1999 deambulé por los mas diversos países como Colombia, Panamá, Ecuador, Perú, Argentina, Brasil, España, Inglaterra, Alemania y Paraguay, además que estuve en el Parlamento Europeo en Estrasburgo a finales del 87 presentando un testimonio contra la pena de muerte en Chile y recibiendo apoyo para la Caravana Continental por la Paz y los Derechos Humanos en América Latina efectuada bajo mi coordinación en Abril 1988, actividad que obligó al gobierno militar a cerrar las fronteras dejando fuera a un grupo que entraría por Tacna, Perú, y otro que lo haría por Mendoza, Argentina. Mi nombre fue ampliamente en medios chilenos por esta razón divulgado.
Nada legal hicieron los militares chilenos para detenerme en esa época o solicitaron orden de arresto vía INTERPOL, sino que intentaron secuestrarme dos veces, uno en Colombia, donde amenazaron de muerte a mi hermana que ahí vivía y donde me hospedé el año 1987 para organizar la salida de la Caravana y cuando salí para cambiar de casa fui atacado por hombres que bajaron de dos autos y escapé por poco con la ayuda del guardia armado de un edificio. La otra fue en Tacna, ya en 1988, donde me paró bruscamente una camioneta de donde saltaron varios hombres a agarrarme diciendo "ven aquí, concha de tu madre". Pero estaba cerca del hotel a donde llegué corriendo y los representantes de organizaciones peruanas que me esperaban llamaron a la policía y dimos vueltas para intentar encontrar el vehículo, sin resultados.
Eso demuestra que había algún interés en atraparme y se utilizaron los métodos típicos del gobierno que dirigía mi país con "manu militare". Pienso que mas que venganza, ya que no podemos hablar de justicia cuando la corte militar me solicita acusándome del ajusticiamiento del General Urzua, se trata de hacer una demostración mas de su poder "omnipresente" o "urbi et orbi", como necesidad política ante sus negociaciones para instaurar un gobierno civil que administrase la institucionalidad dictatorial.
Después del año 1988 ya iniciaron los preparativos para la farsa de la democracia en Chile, los milicos concentraron sus esfuerzos en medidas, actividades y normas que les asegurasen perpetuidad su control absoluto de país. Los que pretenden decir que poco a poco están cambiando las cosas, son cómplices de esa estratégica operación de maquillaje y enmascaramiento.
Muchos se sumaron al gran juego, aún gente que había militado en las filas de la resistencia, traicionando con el cuento del realismo y del pragmatismo a los que habían luchado y entregado su vida por la libertad y los derechos del pueblo y, principalmente, a los que continuaron en la lucha y hoy forman parte de la creciente ola de resistencia continental e internacional.
Asqueado por esa política de transición decidí autonomizarme el año 1987 y en el año 1988 le presenté mi renuncia formal al secretario general del MIR criticándolo por su pésima conducción, que en la época era Andrés Pascal Allende, que no supo apoyarse en las fuerzas vivas y combatientes de la resistencia y se dejó ganar la mano por intelectuales que preveían otra época y deseaban volver también a la legalidad a organizar sus respectivos proyectos institucionales.
A finales de los años 90 del siglo y comienzos del actual, las cosas comienzan a cambiar. De nada los sirvió a los militares chilenos la operación cosmética que sólo los ha servido para achacarlo a los civiles los problemas de su "milagro chileno", además de la resistencia que se multiplica en las barriadas, en las comunidades originarias mapuches, en la juventud y otros sectores.
En 1999 el consulado chileno en Sao Paolo me otorga un nuevo pasaporte sin dificultades, sin orden de captura, sin INTERPOL, en fin que mi caso estaba parado, sólo que mis escritos y mis actividades en diversos países fueron cada vez mas contundentes y acordes con la resistencia continental, organizando grupos autónomos en barrios y ciudades del interior de Brasil, hasta que organicé el primer Encuentro Continental de Derecho Alternativo y la CLAJADEP, coordinación continental que ya había fundado en 1987, había contribuido al intercambio de experiencias y reflexiones entre diversos países. Ese encuentro continental convocado por CLAJADEP, que había también convocado la Caravana del 1988, fue realizado a finales de 1999 en Brasil y significó un punto de encuentro de grupos de diversos países que estimularon aún mas nuestro trabajo surgiendo varias listas de discusión y varias páginas web que se sumaron a las actividades continentales y contribuyeron aún mas al intercambio. Las comunidades originarios de Ecuador asaltaron el palacio de gobierno y los compas de CLAJADEP nos cuentan que están en contacto con ellos y eso nos permite lanzar al mundo informativos diarios que nos llegaron directamente de los acontecimientos. Lo mismo sucede desde otros países hasta que decidimos que había que esconder mi nombre y propuse "Profesor J" como me llamaron los estudiantes de las universidades en Brasil, pero no sirvió de mucho, pues al ser convidado al Campo Antiimperialista de Asís en agosto del año 2000, los militares chilenos decidieron reabrir mi caso y me mandaron detener vía INTERPOL.
Vale la pena analizar los motivos.
Pinochet había sido arrestado y los militares pretendían mostrar que las muertes se sucedía por ambos lados. Que ellos, los inocentes, combatían el terrorismo y nada mejor que reactivar la persecución al Frente Patriótico, que había atentado contra Pinochet y a mi, que acusaban de participar en la muerte del General Gobernador de Santiago, cuestión que niego terminantemente. El arresto de Pinochet permitió la aparición de nuevas formas de organización de chilenos exiliados, que se agotaron posteriormente al descubrirse que se trataba de un simple show del Juez Garzón que estaba ansioso por justificar una cara democrática con la cual arrojarse contra la resistencia vasca.
Pero la justicia italiana negó la extradición por existir en Chile la Pena de Muerte y, por esas raras casualidades de la vida, alguno corre al parlamento chileno y presentar la moción de acabar con dicha pena. Dicho y hecho, quitaron el obstáculo de medio, pero Amnistía Internacional denunció el hecho de que hay una cláusula que permite a los tribunales militares aplicarla cuando lo estimen conveniente, por lo que se les descubrió el pastel: aún continua la pena de muerte en mi caso.
De vuelta a Brasil, se me pone pesada la pista, recibo amenazas de origen desconocido y me cierran las puertas de las universidades. Escapo, tomando severas medidas de seguridad, a Bolivia donde los compas de CLAJADEP local me esconden hasta la realización de Tercer Encuentro Mundial de la Acción Global de los Pueblo donde participo activamente además de mantener reuniones con los cocaleros, grupos campesinos y otros grupos autónomos urbanos. Los compas me avisan que la pista está mala y escapo a África donde me escondí unos ocho meses sin problemas legales y sin búsqueda de INTERPOL.
Valiéndome de mi derecho a la libre circulación entro nuevamente a Europa vía Holanda. En el aeropuerto no había orden ninguna, de modo que me permitieron circular libremente hasta conseguir abrir con mi intervención las actividades del Campo Antiimperialista de Asís 2002. Pero los medios italianos comenzaron a decir que era un terrorista, lo que indignó a los organizadores, pero no consiguieron evitar que un numeroso contingente policial invadiese el Campo rompiendo el muro de resistencia que habían organizado los cientos de participantes, por lo que escapé por las matas y me dirigía a la ciudad de Asís donde solicité refugio en la Basílica de San Francisco. Pero los curas me entregaron abriendo las puertas a una treintena de agentes de la DIGOS, la policía política, armados que me agarraron violentamente cuando me subía por los muros interiores arrojando los que se me ponía en la mano.
Me expulsaron a Sudáfrica aprovechando la campaña antiterrorista y la policía no me dejó entrar al país, manteniéndome un día preso y otro detenido en la área internacional hasta que a INTERPOL me detuvo. Los italiano cochinos al expulsarme no me entregaron el pasaporte, sino que se lo dieron al capitán del avión con copia de la nota de expulsión y éste tenía que pasarlo a la policía sudafricana y por eso fui impedido entrar al país. O sea la DIGOS italiana, a diferencia de la vez anterior, me entregó en bandeja. Y eso también tiene su explicación pues yo he sido un firme participante del Campo Antiimperialista que ellos no ven con buenos ojos, especialmente con el nuevo gobierno, la campaña antiterrorista y la Europa fortaleza. Y la "Manu chiliensis" no anda lejos.
De modo que la espina se ha atravesado en la garganta de los militares chilenos, también del gobierno chileno que les hace el juego en el circo de la democracia, también de Europa donde Alemania me declaró "Persona non Grata" y automáticamente eso se aplica a los demás países de la Unión.
Esperemos que la izquierda oficial cabrona prefiera continuar tragando mis criticas antes que la ignominia de lavarse las manos ante la extradición. Ellos también tienen una espina atragantada, y los émulos de Stalin están con sangre en el ojo. Lo mismo vale para los realistas y pragmáticos que han escondido la cabeza como avestruz mostrando el poto adecuándose a las condiciones de la maldita democracia y apuntando algunos con el dedo mientras colocan cara de circunstancia diciendo que hago lo que no se debe en la época que no es, cerrando los ojos ante el paso de las muchedumbres que derriban gobiernos y de la resistencia que crece a ojos vistas y a la cual se sumarán cuando no les queda mas en el arsenal de justificaciones.
Llamo a los militantes honestos a abandonar las filas de esos grupos y a aislar a esos dimitentes, a sumarse a las filas de la resistencia y crear miles de comunidades y grupos autónomos que tomen en sus manos la tarea de golpear al capital y a los gobiernos. Llamo también a abandonar los dogmas y procurar la unidad en la acción entre marxistas y anarquistas con los autónomos para aumentare la fuerza del pueblo pobre y avanzar en la construcción del poder popular. A llenar de espinas las gargantas de los poderosos. No se importen si no estoy con este grupo o el otro, impórtense con lo que cada uno hace. A mi manera contribuyo con lo que creo, que es el respeto a la diversidad. Mi trinchera es el pueblo pobre, en Chile, en Italia, en Brasil, en Bolivia o en África, eso no interesa.
Y a los que solidarizan con mi libertad, les digo que no hay libertad fuera de la prisión en tanto exista el capitalismo y no podamos construir la sociedad sin clases, sin Estado, sin partidos, sin universidades, sin religiones. El mundo es una prisión y estamos juntos en ella, pero como los antiguos esclavos y los marginados de la modernidad nos rebelamos reconstruyendo los espacios libertarios.
Sin ninguna duda venceremos, pues estamos haciendo caminos y eso explica las readecuaciones imperiales y los imbéciles intentos de golpear a una sola persona, lo que mas parece con los estertores de una bestia moribunda que manotazos de ciego. Eso y sólo eso son los militares chilenos: bestias inmundas y moribundas que aunque me echen la mano encima no conseguirán doblegar mi rebeldía, que es la de todos.
Un abrazo a cada luchador del Profesor J