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Latinoamérica


22 de septiembre del 2002
Are we fantastic?: la euforia de Batlle quedó en la nada
Ahora O'Neill dice que no hay solución a la deuda

Liberación

MONTEVIDEO. La visita del Secretario del Tesoro norteamericano Paul O'Neill a Uruguay coincidió con la última irrupción eufórica que se le recuerde al mandatario uruguayo Jorge Batlle. Sin embargo, el alto funcionario norteamericano dijo el viernes 13 en Washington que "no existe una solución a la vista para los países que tienen una deuda externa grande y cuyas obligaciones se vuelven insostenibles", entre los cuales no incluyó a Uruguay. Sin embargo, la situación de Uruguay es exactamente la descrita por O'Neill.
Además anunció que el Fondo Monetario Internacional (FMI) -organismo al cual el gobierno norteamericano se jacta de no controlar está previendo una reestructura genérica de las deudas externas de los países latinoamericanos. "Hoy, que no tenemos establecido un proceso claro para reestructurar las deudas soberanas, cuando una nación está al borde del colapso financiero, tenemos dos opciones rígidas y poco atractivas: conocer préstamos sin garantías, o tener al país desde el acantilado, hacia un catastrófico cese de pagos", señaló O'Neill, según un despacho cablegráfico de la Agencia Alemana de Prensa (DPA).
En un discurso sobre la política económica de EE.UU hacia América Latina y el Caribe a puertas cerradas, ante el Consejo de las Américas, en Nueva York, cuyo texto fue difundido por el Departamento del Tesoro en Washington, O'Neill dijo que un ejemplo de ello es Argentina. "El sistema financiero internacional de hoy, por falta de un proceso de reestructuración de la deuda externa, no proveyó un camino predecible y estable para Argentina. Esa es la lección que debemos aprender", indicó. Aseguró que, los líderes de los países con economías emergentes, como es el caso de los latinoamericanos, "entenderán los límites de lo que pueden retirar" y "tendrán responsabilidad por la instrumentación de sus políticas".
Para ello el FMI está diseñando un plan de procesos de reestructuración de deudas externas, estableciendo cláusulas en los contratos de deuda que apoyen acciones colectivas de parte de un país endeudado hacia todos sus acreedores, así como un mecanismo complementario que el Fondo implementaría de manera estatutaria.
Tras elogiar las economías de Brasil y Uruguay, señaló que hay "algunos gobiernos latinoamericanos que no se han comprometido con políticas estatales, sólidas sólidas y orientadas hacia el crecimiento". "Políticas monetarias y fiscales no sólidas han empujado la inflación y cargado las economías en desarrollo con deudas enormes. Gobiernos pobres y la corrupción detienen a los empresarios locales y a los inversores extranjeros. Nadie quiere invertir tiempo y dinero donde un funcionario corrupto o un amigote bien conectado puede hacerse de los frutos de la empresa".
Un ejemplo, dijo, de Argentina, que después de aplicar "políticas adecuadas en los noventa", comenzó a retroceder a finales de esa década por medidas inadecuadas y el impacto de crisis externas, reduciendo sustancialmente el crecimiento. "Los líderes deben asumir responsabilidades por el progreso de sus naciones y hacerse responsables ante su gente. Los de afuera no pueden eliminar la corrupción, no pueden obligar a que se cumplan los contratos, no pueden simplificar los códigos impositivos para que la gente pague lo que debe, advirtió.
"Estados Unidos no puede, y no debe, imponer una solución para el pueblo argentino. Ofrecemos nuestro consejo y apoyo, ofrecemos asistencia técnica. Pero Argentina, como cualquiera otra nación, debe implementar las políticas necesarias para tener Éxito. Cuando esas políticas sean instrumentadas y el camino hacia la sustentabilidad económica y el crecimiento exista, estamos prontos para apoyar a Argentina a través del FMI y otras instituciones financieras internacionales", concluyó O'Neill.